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/Ellitoral.com.ar/ Cultura

Durante 10 noches, la nación chamamecera volvió a reír, cantar, confiar y ser feliz

Con la Sole como artista principal de la última velada, la 31ª Fiesta Nacional del Chamamé se despidió hasta el año que viene. La próxima edición será desde el 13 hasta el 22 de enero.    

Verónica Echezárraga 

@veroechezarraga 

Después de dos años de tristeza, el pueblo chamamecero volvió a reír, a cantar, volvió a confiar, los artistas pudieron trabajar, pudieron sentir otra vez el afecto de su público, y esta nación, que ya es internacional, se llenó de esperanza. Terminó la 31ª Fiesta Nacional del Chamamé y la noche de cierre fue realmente una ráfaga de vida en tiempos de dolor y miedo. El broche de oro estuvo a cargo de Soledad que preparó un espectáculo especial para el escenario Osvaldo Sosa Cordero desde donde minutos más tarde se anunció que el año que viene la celebración comenzará el 13 de enero, se extenderá hasta el 22 del mismo mes y su lema será “Chamamé para un nuevo mundo”. 

“Chamamé, no lo entenderías”, dirían los chicos y es una simpática expresión para contar que no se puede explicar lo inexplicable. El chamamé es un modo de ser, algo que simplemente es, y solo experimentándolo se puede conocer. Quitarle su fiesta al pueblo es arrebatarle su poder y eso ya sucedió el año pasado, pero no esta vez. 

¿Fue un riesgo? Posiblemente sí, pero no mayor al que se experimenta cada fin de semana en los locales bailables, tampoco fue mayo al riesgo de aquel multitudinario velorio de Maradona en lo peor de la pandemia. Probablemente esta fiesta no fue más masiva que los festejos por el triunfo de Argentina en la Copa América o más “peligrosa” que aquel pago a los jubilados en ese primer invierno pandémico donde los abuelos (que según se había dicho eran la población de mayor riesgo) estaban amontonados en las calles de todo el país. Al hacer la Fiesta del Chamamé se corrió un riesgo, sí, como cada vez que se toma una decisión, pero en una sociedad de adultos, la responsabilidad debe estar a cargo de cada persona, no deberían haber “niñeras” prohibiendo cosas para que las personas eviten enfermarse. 

Intensa noche 

Intensa, así fue la noche en que la fiesta de los chamameceros se despidió hasta el año que viene. La grilla no dio descanso, comenzó temprano con buen chamamé como es de Nahir Rodríguez, Los Mecedeños, el acordeonista brasileño Renato Fagundes, el Conjunto Vera-Monzón y más tarde el Grupo Remanso. Gustavo Miqueri con Trébol de Ases puso más leña al fuego musiquero que se mantuvo encendido hasta bien entrada la madrugada. 

La propuesta del grupo Ñamandú enamoró al anfiteatro y el romance continuó inmediatamente con el virtuoso trío Delvalle-Fernández- Galarza. Desde ese momento en adelante, dejar de mirar el escenario ya no fue una posibilidad porque cada solista y cada conjunto puso todo al servicio de la música y su poderoso encanto.  

Con una extraordinaria voz, Ramiro Ojeda y su grupo integrado por músicos de renombre regalaron temas como “El último sapucay” y “Niña del ñangapirí” y después el maestro Tilo Escobar festejó sus 55 años con la música. 

A pesar de que el coronavirus dejó a Matías Galarza sin cinco integrantes en su Orquesta Chamamecera, este grupo supo rearmarse con cinco nuevas artistas y dio un espectáculo de ensueño. La chaqueña Verónica Noguera volvió a brillar con su voz que es, sin dudas, una de las más lindas del chamamé.  

Palabra mayor 

Hay artistas que tienen tanto carisma y tanta potencia que estén donde estén hacen “zafarrancho”. Este es el caso de Simón de Jesús Palacios, que el domingo hizo de las suyas desde que apareció en el escenario del Sosa Cordero hasta que se retiró con dos reconocimientos en mano. “Está pesado esto. Lindo para vender”, bromeó luego de recibir el galardón por sus 63 años de música. 

Los excombatientes también quisieron homenajearlo y aprovecharon el show para hacerle un regalo que lo dejó muy emocionado. La alegría que contagia este ser humano supera todo lo imaginado y su espontaneidad le da ese plus que solo tienen los grandes. 

“¿Dónde está mi chinita?”, reclamó en reiteradas oportunidades porque había empezado el espectáculo acompañado por su amada, pero en cuanto se distrajo, la china se le fue. “¿Qué pasó con mi chinita, me la secuestraron o qué?”, preguntaba entre tema y tema, tanto que hasta el público quería salir a buscar a la mujer. 

Otro de los números que no tiene desperdicio es el que ofrece La Pilarcita. Año tras año, la joven acordeonista suma fanáticos y su presencia es cada vez más esperada.

Ella se divierte mucho, pero eso no le alcanza, entonces busca que el público sienta lo mismo y sale con el instrumento a caminar entre la gente, haciéndola zapatear y gritar sapucay, La Pilarcita, sin lugar a dudas, es gigante y no para de crecer. 

Con el auditorio enloquecido después de estos dos espectáculos, la Fiesta del Chamamé comenzó a despedirse con otros dos números grandes.

Por un lado, el del paraguayo Vichito (así, con ve corta) Echeverría, que hace años pisó por primera vez el Sosa Cordero con Americanta, siendo un niñito genio del acordeón, y hoy tiene un espectáculo propio con el que realiza giras internacionales llevando la música de la nación chamamecera. 

Mas tarde llegó Ernestito Montiel y el Cuarteto Santa Ana, cuyo liderazgo heredó hace 10 años, durante esta década en la que fue no solo el que supo sostener el legado del abuelo Ernesto Montiel, sino que también hizo que el conjunto siga creciendo. 

La Sole hizo la tarea 

Cuando el reloj marcaba poco más de las 2.30 de la madrugada (ya del lunes), apareció en escena Soledad Pastorutti, hoy también conocida como “La Gringa” y lo hizo con extremo cuidado y mucha humildad.

Pocas veces un artista ajeno al género se esmera tanto en diseñar un espectáculo chamamecero.

La Sole no solo cantó chamamé de una manera extraordinaria, sino que también estudió y eso se notó porque habló mucho de las canciones y de sus autores. Hizo, además, comentarios sobre noches anteriores (de la presente edición de la fiesta) y aseguró que estuvo siguiendo la celebración. 

Muchos son los que anhelan estar con Soledad en el escenario Osvaldo Sosa Cordero y la elegida este año fue Sofía Morales, una de las cantoras chamameceras con gran proyección que además integró el team Soledad en el certamen televisivo La Voz Argentina.  

Soledad no se tomó el chamamé a la ligera y eso, además de aplaudir, se agradece. 

Lo que viene  

Luego de la presentación de Soledad, se realizó en la madrugada del lunes un emotivo cierre de la Fiesta donde se despidió del escenario la imagen de la Virgen de Itatí y también desfilaron las esculturas gigantes de los rostros de los íconos del género que estuvieron expuestas durante todas las noches en el predio. 

En la oportunidad se anunció el lema y la fecha de la próxima edición.   

“La pandemia arrasó la humanidad sin distinción de razas, geografía y creencias, dejando dolorosos vacíos para todos, y a la vez desnudó carencias, el descuido de nuestro medioambiente, individualismo y falta de solidaridad.” 

El chamamé -expresión de nuestra forma de ser- desde su cultura puede contribuir a la reconstrucción de una nueva humanidad basada en valores como el respeto y la convivencia armónica con la naturaleza, el amor a la tierra y a la familia; la amistad, la integración y el abrazo que enchamiga.

Por eso del 13 al 22 de enero de 2023 será la 32ª Fiesta Nacional, 18ª Fiesta del Mercosur, y 2ª Invitación Mundial a celebrar juntos con el lema “Chamamé para un nuevo mundo”.

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