Juan Lavalle nació en Buenos Aires el 17 de octubre de 1797. Con tan solo quince años, inició su carrera militar en el regimiento de Granaderos a Caballo. En 1814, con el grado de teniente, participó en el sitio de Montevideo y en 1815, a las órdenes de Manuel Dorrego, luchó contra José Gervasio Artigas.
En 1816, se incorporó al Ejército de los Andes, en donde tuvo una larga y sobresaliente actuación: intervino en Chacabuco y Maipú, desembarcó en Pisco y combatió en Nazca con el grado de mayor. En esta última acción, venció con ochenta hombres a una división de ochocientos realistas. Además, junto con el General Juan Antonio Álvarez de Arenales, realizó la campaña a la Sierra. Asimismo, en Pasco y en Cangallo, con un grupo de Granaderos de los Andes, venció por completo a una partida de realistas que estaban en retirada y que los superaban ampliamente en cantidad de hombres (acontecimiento que fue el preámbulo de lo que unos meses después sería su mayor epopeya: "Riobamba").
Luego, luchó en Pichincha y asombró con su valentía y bravura en Riobamba donde, con noventa seis Granaderos, arrolló a cuatro escuadrones realistas. A partir de esa proeza, fue bautizado como “El León de Riobamba”.
En 1824, tras estar en desacuerdo con Simón Bolívar, se retiró a Chile y más tarde retornó a las Provincias Unidas del Río de la Plata. Posteriormente, participó en la guerra contra el Brasil y fue un factor decisivo en el triunfo de Ituzaingó (20 de febrero de 1827). Al retornar a su patria, fue el autor de la insurrección de 1828 que abrió el período de guerras entre unitarios y federales, hecho que encadenó al país a la tiranía de Juan Manuel de Rosas. Además, mandó a fusilar a Dorrego sin proceso ni juicio previo (decisión que con los años lamentó).
Cabe mencionar que Lavalle prestó servicios a la provincia de Corrientes y, al frente de su ejército, luchó contra Echagüe en Don Cristóbal y Sauce Grande. Sin embargo, tras su retirada a Santa Fe, dejó a la provincia indefensa, ya que llevó al ejercito correntino con él, sin permiso del gobernador Pedro Ferré.
En 1939, inició una campaña contra Juan Manuel de Rosas, pero fue vencido en la batalla de Famaillá (Tucumán), el 15 de septiembre de 1841. Huyó a Salta, donde pensaba entablar una resistencia de guerrillas, pero los correntinos, que había traído sin permiso, desertaron y retornaron a Corrientes. Esto lo obligó a retroceder hacia San Salvador de Jujuy.
Finalmente, el 9 de octubre de 1841, una partida de Oribe (mano ejecutora de Rosas) dio con él y dispararon en la puerta, porque sabían que estaba detrás. La mala fortuna hizo que una de las balas atravesara la cerradura e hiriera de muerte a Lavalle, quien murió horas más tarde. Su cadáver fue conducido por sus compañeros hasta Bolivia (para evitar que los rosistas lo decapitaran y exhibieran su cabeza en una pica) hasta que fue repatriado en 1858.
Juan Lavalle, “El León de Riobamba”, siempre estuvo orgulloso de su condición de Granadero y soldado de San Martín. Condición que lo hizo sobresalir en centenares de batallas y combates en pos de la libertad e Independencia de América. Este patriota argentino, poco reconocido y estudiado, merece ser recordado por su valentía, honor y entrega a la patria.