Los incendios en Corrientes alcanzaron estatus internacional, al ser punto de observación de analistas mundiales que se refieren a esta catástrofe como una consecuencia del calentamiento global.
Así, el presidente de la COP26 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), Alok Sharma, sostuvo ayer que debemos con urgencia cumplir lo que todos los países firmaron en Glasgow: acciones concretas para la preservación y la mitigación de las consecuencias.
En una columna aparecida en Infobae, Sharma sostuvo: “Los incendios que desde hace semanas afectan a la provincia argentina de Corrientes, arrasando con los Esteros del Iberá, su flora y su fauna, constituyen un triste recordatorio de las consecuencias que el cambio climático produce en nuestro planeta. Y refuerzan la necesidad de mantener un compromiso global para mitigar su impacto. Si continuamos en la misma senda, la ciencia nos indica que las altas temperaturas seguirán aumentando y las sequías intensificándose”.
“El mes de noviembre de este año fue un momento decisivo para el planeta, varios países del mundo se reunieron en Glasgow, en el Reino Unido, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26). Después de un maratón de dos años y dos semanas de negociaciones, alcanzamos nuestro objetivo y casi 200 países firmaron el Pacto Climático de Glasgow. Este es un acuerdo histórico del que cada una de las 197 partes puede estar orgullosa. Podemos decir con credibilidad que mantuvimos nuestra meta de limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales a nuestro alcance”.
“COP26 fue la reunión política más grande de cualquier tipo en el Reino Unido. Glasgow recibió a representantes de 194 países, a 120 líderes mundiales y a 38.000 delegados acreditados”.
(...) Las reuniones se centraron en proteger la vida y el sustento de aquellos que se encuentran en la primera línea de la crisis climática. En resguardar a las futuras generaciones, que estarían condenadas a vivir en un mundo peligroso, empobrecido y lleno de incertidumbre si fallamos. Como mencionó la Primera Ministra de Barbados, Mia Mottley, durante la COP26 respecto a los pequeños estados insulares, “1,5 es lo que necesitamos para sobrevivir, 2 grados es una sentencia de muerte”.
“La ciencia nos dice que el planeta ya se encuentra en promedio 1,1 °C más caliente que en los tiempos preindustriales y ahora podemos ver estos agudos efectos sobre millones de personas. El clima extremo continúa aumentando a lo largo del mundo y el cambio climático no reconoce fronteras nacionales. La prolongada sequía histórica que está en el origen de los incendios de Corrientes y que también ha provocado una bajante histórica en el río Paraná son una triste realidad que los argentinos están sufriendo”.
“Por otro lado, la cooperación global que hemos visto en este proceso de la COP debe darnos esperanza. Ha habido algunos desacuerdos, pero en un mundo con fracturas políticas globales, los países han mostrado unidad alrededor del clima. La confianza entre países creció junto con la determinación de alcanzar acuerdos”.
“Impulsado por la ciencia, el Pacto Climático de Glasgow reconoce la brecha entre los acuerdos de los países para la reducción de emisiones y donde ya deberíamos estar. También enfatiza la urgente necesidad de acciones rápidas y compromete a los países a reconsiderar y fortalecer la reducción de sus emisiones para 2030 durante el 2022”.
“Por primera vez, el Pacto compromete a los países a alejarse de la energía de carbón y de las ineficientes subvenciones a los combustibles fósiles. Después de seis años de discusiones, este pacto lleva a término los elementos que estaban pendientes en la Convención de París —firmada en 2015— y cuya resolución desatará todo el potencial que vislumbramos entonces”.
Y define en forma categórica: “Debemos aprovechar este momento. El mundo debe estar a la altura y tomar más acciones financieras, de adaptación y respecto al límite de 1,5 °C. Cumplir lo que acordamos en Glasgow se lo debemos a las personas en la primera línea de la crisis climática y a las futuras generaciones, tanto de Corrientes y de toda la Argentina, como del resto del mundo”.