José Luis Zampa
Los dos años de pandemia significaron una pausa obligada para muchos automóviles históricos que, dadas sus características singulares, solamente pueden circular por la vía pública en eventos especiales como exposiciones y carreras de regularidad custodiadas por la autoridad municipal. Por ese motivo el protagonista de este informe, un Ford T de 1919 estilo “Speedster”, estuvo parado en un galpón hasta que surgió la oportunidad de volver al ruedo, en una competencia histórica a realizarse en la ciudad de Rafaela, Santa Fe.
El Ford T que aparece en esta página nunca fue un auto “civil” o de calle, sino que desde su más tierna juventud fue utilizado para correr en las categorías del incipiente automovilismo nacional de los años 20 y 30.
Dan fe de sus antecedentes las modificaciones realizadas por las manos diestras de algún preparador de entonces, anónimo inoculador de las “vitaminas” que el popular modelo de Ford recibió para cumplir con la faena de enfrentar a otros bólidos en la pistas de tierra, caminos rurales y hasta hipódromos de la provincia de Buenos Aires.
En esos escenarios comenzó la pasión por las carreras de autos, con fierros como este biposto enrolado en la categoría antiguamente conocida como “Fuerza Limitada”, hermana menor de la más potente “Fuerza Libre”, que permitía la incorporación de máquinas mucho más rabiosas que el “Model T” que nos ocupa, afincado en Corrientes desde que su propietario actual lo adquirió en un taller de restauraciones de Pergamino, en el norte bonaerense.
Este Ford T se caracteriza por una angulosa carrocería “cola de bote” (así llamada por las terminaciones con reminiscencias náuticas) y por su máscara de alpaca originaria de un Morris Cowley británico, responsable de que las líneas del auto hayan recibido esos cantos afilados que le quitan redondeces pero le agregan personalidad. Tanta que uno de los pioneros del conservacionismo mecánico de Corrientes, quien en vida fuera Jorge Vertiz, bautizó al auto con el apelativo “Vampiro” por su negrura y su apariencia gótica.
El “Vampiro”, a punto de cumplir 104 años de vida, volverá a las pistas en la ciudad de Rafaela, provincia de Santa Fe, con motivo del Rally de Regularidad organizado por el Club de Autos Antiguos de esa ciudad.
Se trata de un encuentro nacional de vehículos clásicos e históricos que en esta oportunidad se realizará los días 2, 3 y 4 de septiembre, sobre un trazado de aproximadamente 130 kilómetros que en tres etapas pondrán a prueba la resistencia de ancianos gladiadores del camino.
La tripulación correntina que viajará a Rafaela participará con el Ford T “Vampiro” en la categoría más antigua, integrada por vehículos construidos antes de 1920. Será la segunda presencia de este “Racer” en Rafaela, donde ya había largado en primer lugar desde la recta principal del autódromo de esa ciudad, uno de los sitiales más emblemáticos del deporte motor del país. En esa oportunidad, el T correntino llegó segundo en su categoría, por lo que mereció el trofeo entregado en ese momento por el gobernador Miguel Lifschitz (fallecido durante la pandemia) en el podio situado en adyacencias del Museo Bucci, en la localidad de Zenón Pereyra.
El retorno del “Vampiro” equivale a un volver a vivir para los apasionados por los vehículos de otros tiempos. Por estas horas, luego de ser trasladado a un taller especializado de las afueras capitalinas, se espera que su motor vuelva a rugir como en sus mejores años. Sin dudas que así será. Este Ford T, más que un auto viejo, es un sobreviviente.
Campeón 2016
El Ford T “Vampiro” que volverá competir en regularidad dentro de algunas semanas fue un activo participante de las competencias de regularidad que en su momento fueron organizadas por el Club de Autos Clásicos de Corrientes.
Tanto fue así que en la edición 2016 del certamen se consagró campeón de la categoría “Preguerra” (autos anteriores a 1940), con la dupla Zampa-Zampa al volante.
Posteriormente dicha categoría fue suprimida, razón por la cual este singular biposto de la vieja “Fuerza Limitada” solo puede ser apreciado en acción en pruebas realizadas en otros puntos del país.