Cayó la cotización de tomates: costos de la gran producción en Corrientes

La consultora Alfa detalló que desde el inicio del invierno cayó la cotización de tomates provenientes de Corrientes en la ciudad de Buenos Aires. Notificaron un exceso de oferta y un posterior porcentaje de madurez, lo que provocó que en la zona productiva de Goya y Lavalle los cultivadores ofrezcan la cosecha a precios simbólicos. 

Anteriormente, en un informe técnico, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria advirtió sobre la caída de la rentabilidad en la producción de tomates en invernadero. Allí señalaron que la tasa interna de retorno para este sector productivo cayó del 26 % en 2004 al 6,6 % en 2022.

También indicaron que la mano de obra aumentó en su participación en el costo del 47,2 % al 64,9 % en los mismos años. Un cooperativista de la ciudad de Goya dijo a este diario que pudieron vender estas semanas a $500 el cajón de tomates en Buenos Aires. 

En su “Análisis económico del tomate bajo invernadero. Campaña 2022”, Néstor Molina fijó el ingreso que le queda al productor $138 y el resultado neto por kilo $76. El Mercado de destino es el Mercado Central de Buenos Aires (Mcba). 

En tanto que los costos de producción de una hectárea de tomate ascienden a $8.026.210 y de un kilo $27,55 teniendo en cuenta un rendimiento de 143 toneladas, según el último informe técnico del Inta. 

“Los ingresos provenientes del norte del país y Corrientes tuvieron una baja en sus cotizaciones por mercadería con un gran porcentaje de madurez, debido a las altas temperaturas registradas en dichas zonas. Los ingresos provenientes de Santa Fe mantuvieron su precio”, agregó la consultora Alfa en su reporte semanal.

Entonces los precios variaron y en la provincia de Corrientes se pudieron conseguir cajones a $50 y un kilogramo en verdulerías a $100. “En la zona hay 1.100 hectáreas de tomate, eso es mucho volumen. Nadie quiere tirar la mercadería, invertimos muchos millones para esto, pero a veces no queda otra”, dijo el productor hortícola y  ganadero correntino José Alberto Soto.

Inta

Con el fin de asesorar al sector productor y comercializador de tomate en la provincia de Corrientes, desde el año 2001 se presentan los costos de producción de tomate bajo invernáculo; siempre teniendo como base de datos los ensayos de la Estación Experimental Agropecuaria Bella Vista, y un conjunto de entrevistas a productores hortícolas.

El objetivo de Molina (doctor en Economía, investigador de la Estación Experimental Agropecuaria Inta Bella Vista, Corrientes) es determinar los costos de producción y rentabilidad, buscando el equilibrio financiero entre los costos e ingresos. Pero hay que tener en cuenta que el tipo de cambio oficial al momento de realizar los costos fue un dólar a $103.

Invernaderos

Durante el período 1991-2020, la plasticultura dedicada al tomate en la provincia de Corrientes, se multiplicó por seis, pasando de 260 hectáreas en 1991 a 1.532 en 2021. Según el Ministerio de la Producción de Corrientes, se observa un aumento de la velocidad del crecimiento de la superficie bajo cubierta: en la década del 90 crecía a un ritmo de 23 hectáreas por año; en los 2000, 42 y en 2010, 53. El principal departamento productivo es Lavalle con 900 hectáreas, le sigue Bella Vista con 207 y Goya con 160 en la campaña 2021.

La especialización regional se asocia a las ventajas naturales de cada provincia y, en menor medida, al aprovechamiento de economías de escala, o estímulo estatal. En su informe, Molina lo entiende como la trayectoria de la superficie bajo cobertura plástica a nivel departamental.

La provincia de Corrientes está formada por 25 departamentos, y en los últimos años la producción de tomate bajo invernadero se encuentra difundida en veinte de ellos. Tomando en cuenta la especialización regional, surge una región formada por los departamentos de Lavalle, Bella Vista y Goya, que en las tres décadas del análisis crecieron del 60% al 84% y otros departamentos escogidos, Mburucuyá, Monte Caseros y Saladas para el mismo período cayeron del 20% al 4%. El resto de la provincia fluctúa entre el 12-20%.

La participación de la producción de tomates bajo invernaderos en estos grupos de departamentos se mantiene constante desde inicios de la década del 2000.

Desinfección de suelos

Molina incluyó en su informe las siguientes técnicas: (a) Con restricciones ecológicas: Bromuro de metilo, (b) Recomendables ecológicamente: Vapor de agua y solarización, y (c) Metan sodio.

En los estudios mencionados, el método de menor costo por invernadero fue el de solarización, en este caso se utilizó Metan Sodio con una aplicación de 0.125 litros por metro cuadrado, sólo a los lomos; la superficie que se desinfectó fue la mitad. 

Adicionalmente, realizaron una aplicación de nematicida hasta 15 días posterior al trasplante, y se utilizó 10 l. de Fenamifos. 

El costo por hectárea en concepto de desinfección de suelos es $352.541. En tanto que el costo de fertilización por hectárea es de $506.314. 

Control de plagas

El doctor en Economía consideró las siguientes plagas claves: polilla del tomate y mosca blanca. Se entiende por plaga clave aquella cuyo manejo exige la intervención con productos químicos; en caso contrario, la producción hortícola se vería económicamente afectada. La principal limitante es el período de carencia corto requerida en plena cosecha. El costo del control de plagas por hectárea es $140.186. 

Los costos anuales por tratamiento de mosca blanca son: $44.839; polilla del tomate $90.582 y otras $4.768. El costo de tratamiento con insecticidas alcanza a $140.186.

Control de enfermedades

Una de las principales enfermedades del tomate bajo invernadero es dumping-off (Pythium spp., Rhizoctonia solani, Fusarium spp., Phytophthora spp., entre otros), la muerte de la semilla en la preemergencia y pudrición de la base de tallo en la posemergencia. Al trasplante provocan pudriciones de raíces, tallos descoloridos, marchitamiento y finalmente la muerte de la planta.

Otra es la podredumbre de la base del tallo (Sclerotium rolfsii): los primeros síntomas consisten en una lesión acuosa de color oscuro en la base del tallo. Rápidamente la lesión crece y provoca el marchitamiento de la planta. Se desarrolla un micelio blanco algodonoso alrededor de la lesión.

En cambio, el moho gris o tizón de la flor lo causa el hongo Botrytis cinerea y lo favorecen las condiciones ambientales bajo cubierta. El daño inicial se observa en flores o ramilletes florales que se cubren de eflorescencia gris. Cuando las condiciones de higrometría bajo cubierta son altas pueden producir podredumbre blanda de frutos y lesiones acuosas en hojas.

Oidio (Erisiphe sp. - Oidium neolycopersici) afecta a todos los órganos de la planta de tomate, produciendo una eflorescencia blanca que termina con necrosis de los tejidos afectados. Es poco frecuente y su aparición se limita a condiciones de años secos.

Podredumbre bacteriana del tallo (Pseudomonas mediterránea): su importancia económica es variable ya que su aparición está fuertemente condicionada a los factores ambientales.

Mancha gris (Stemphylium lycopersici): produce lesiones en los folíolos de color castaño, con el centro más claro y puede llegar a rajarse el tejido en el centro de la lesión. Solo afecta hojas y progresa en forma acrópeta produciéndose defoliación de las hojas basales más afectadas. La favorece condiciones de clima cálido y húmedo. 

Tizón temprano (Alternaria spp.): el síntoma se observa en hojas basales, también puede afectar foliolos, pecíolos, tallos y hasta frutos verdes que se descubren a la madurez cuando no tienen valor comercial.

El costo anual por tratamiento de enfermedades es $26.333.

Calidad

Como la producción primaria de pimiento y tomate se debe adecuar a las condiciones de calidad exigidas en el mercado, Molina midió el costo de producción acotado a las prácticas fitosanitarias consideradas de calidad en el departamento de Bella Vista, Corrientes.

Los productos utilizados en los tratamientos se encuentran aprobados por la policía fitosanitaria (Senasa). La desinfección del suelo es una práctica preventiva que permite alcanzar los estándares de producción normales en la región.

Las aplicaciones por plagas y enfermedades se hicieron siguiendo las recomendaciones de la Estación Experimental Agropecuaria Bella Vista en los últimos años. La participación del costo sanitario en el costo final del producto, se encuentra para la campaña 2022 en el 7 %, aproximadamente, para tomate.