Jueves 25de Abril de 2024CORRIENTES22°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$853,0

Dolar Venta:$893,0

Jueves 25de Abril de 2024CORRIENTES22°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$853,0

Dolar Venta:$893,0

/Ellitoral.com.ar/ Vivir Bien

¿Cerebro joven toda la vida?

Para el 2050, la OMS afirmó que, en el mundo, el número de personas mayores de 65 años más que duplicará el número de niños menores de 5 años. De qué se trata este método y por qué ya se aplica para quienes padecen covid prolongado.  

La expectativa de vida de la humanidad crece año a año. Hoy, pensar que una persona tiene más de 90 años no es extraordinario. Sin embargo, aquello que desde una mirada cronológica es un avance indudable, desde la “práctica” puede ser un problema. Con poblaciones más envejecidas, las repercusiones sanitarias aumentarán debido a las enfermedades que pueden asociarse. Sin embargo, para las patologías neurológicas existe una innovadora técnica desarrollada en la Argentina que promete cerebros jóvenes toda la vida.

Más allá de que se trate de una analogía porque el paso del tiempo es innegable, los resultados de este método que retrasa el deterioro cognitivo asociado a la edad se muestran más que prometedores. Denominado como Mental Training Tech 245, o MTT 245, este método busca desarrollar nuevas conexiones neuronales a partir de un binomio de intervención, que consiste en la oferta de nuevos datos y su afianzamiento en la memoria a través de 100 técnicas de entrenamiento de habilidades cognitivas.

“Hasta ahora, la ciencia nos dijo que el cerebro tenía un tiempo de vida útil y empezaba a decaer, con un umbral de deterioro a diferente edad para cada persona, dependiendo de los genes y el estilo de vida. Pero desde el 2000, cuando Eric Kandel ganó el Premio Nobel, todos comprendimos que el cerebro puede seguir cambiando su estructura, aprendiendo y mejorando hasta el último día de nuestras vidas”, afirmó la médica Carol Kotliar, especialista y master en Hipertensión Arterial e investigadora clínica independiente de Conicet.

En ese sentido, el cardiólogo argentino Oscar Cingolani, profesor de Medicina y director del Centro de Hipertensión Arterial y de la Unidad de Cuidados Críticos (UCC) Cardiovasculares del Hospital Johns Hopkins, agregó: “Hay que hacer algo, porque todos los estudios que hay en el mundo muestran que haciendo intervenciones uno puede mejorar, pero esas intervenciones por lo general son puestas en marcha tardíamente. ¿Qué pasaría si uno las empieza antes?”.

La revolución de la longevidad

Según el informe anual sobre Perspectivas de la Población Mundial, que difundió las Naciones Unidas (ONU) en julio de este año, “se estima que la proporción de la población mundial de 65 años o más aumentará del 10 % en 2022 al 16 % en 2050”, con lo cual “se espera que el número de personas mayores de 65 años en el mundo más que duplicará el número de niños menores de 5 años, y llegará a igualar la población de niños menores de 12 años”.

“La ciencia, hasta ahora, nos dijo que el cerebro tenía un tiempo de vida útil y empezaba a decaer con un umbral de deterioro a diferente edad para cada uno, por los genes para el estilo de vida, pero que empezaba de caer. Pero ahora sabemos que podemos seguir aprendiendo hasta el último día de nuestras vidas”, afirmó Kotliar y señaló cómo esta situación, que es considerada natural en los niños, no continúa hasta la edad adulta y menos aún en los adultos mayores.

Es por eso que la experta destacó: “No deja de sorprenderme porque lo tenemos claro: cuando somos chiquitos, el niño va al colegio y solo aprende, es una esponja. Pero, ¿por qué terminamos con eso? Cuando somos adultos utilizamos lo que tenemos ya guardado en el cerebro y lo vamos combinando para tomar nuevas decisiones, pero es muy difícil que aportemos cosas nuevas y si las aportamos, las aportamos un ratito”.

La base para afianzar los conocimientos radica en “subir” estos datos de la memoria corta y la memoria permanente. “El tema de la pérdida de capacidad cognitiva ya es un problema en nuestra sociedad y esto va a ir creciendo con el transcurso de los próximos años. Muchas veces, uno recurre a herramientas caseras que dudosa efectividad, pero hoy las neurociencias nos permiten tener un sustento científico lo que está sucediendo y poder pensar herramientas”, señaló. Al tiempo que resaltó que no alcanza con crucigramas u otras actividades similares, sino que es muy distinto el proceso.

“Es impresionante, el cerebro, que es uno de los órganos más chicos del organismo, se lleva el 40 % del oxígeno que respiramos. Pero, además, tiene una alta capacidad, un bajo rendimiento (porque puede desplegar mucho más) y un rápido deterioro. La neuroplasticidad, que hoy se utiliza para recuperar un cerebro dañado, ya sea por un accidente cerebrovascular, un traumatismo u otra situación, se puede aplicar a cerebros sanos para enfrentar el problema del envejecimiento de la sociedad y dar respuesta a esta situación mundial”.

MTT 245

Patentado y avalado por expertos, el MTT 245 es un “sistema inductor de plasticidad cerebral basado en el desarrollo de nuevas conexiones neuronales a partir de un binomio de intervención sobre el desarrollo cognitivo actual individual”, afirma el documento, al tiempo que advierte que es gracias a la asociación inseparable de 2 intervenciones que se logra “preservar y potenciar la eficiencia de las actividades cognitivas trasladas a la vida cotidiana del adulto”.

“Está demostrado en cerebros dañados por distintas patologías que los módulos de nuevas ejercitaciones, que llegan a 245 horas, promueven la neuroplasticidad y devuelven habilidades cognitivas de manera significativa, ¿por qué no se puede aplicar a cerebros sanos?”, señaló Kotliar. Es por eso que resaltó que esta “propuesta no es solo para que tuvo el daño, sino para que todos incrementemos lo que llamamos reserva cognitiva, que son nuestro equipo de soldados que van a estar ahí por si tenemos algún daño o alguna amenaza”.

Actualmente, aunque no en cerebros sanos, este método se aplica en Estados Unidos para atender a las personas que padecen niebla mental poscovid o covid prolongado. “Nosotros, en Hopkins, hemos visto un tendal de gente que, ya sea quemada por la pandemia o por el covid prolongado, está en una situación que quiere dejar su profesión, está deprimida, con ansiedad y ya hay estudios preliminares que muestra que cierta patología cerebral de esa gente tiene los mismos cambios que vemos en demencias. Entonces, hay que hacer algo, porque todos los estudios que hay en el mundo muestran que haciendo intervenciones uno puede mejorar, pero esas intervenciones por lo general son puestas en marcha, tardíamente. Pero ¿qué pasa si uno las empieza antes?”, se preguntó Cingolani.

Según explicaron los expertos, este método permite que tras 245 horas de MTT 245 el umbral del deterioro cognitivo se retrase 10 años. Sin embargo, advierten que, para lograrlo, es necesario “salir de la zona de confort. ¿Por qué nos obligamos todos los días a hacer ejercicio, pero o no nos obligamos a hacer cosas nuevas? A medida que crecemos, vamos de vacaciones a los mismos lugares y hacemos rutinas en zonas de confort; pero como nos obligamos a hacer ejercicio, hay obligarse a hacer ejercicio mental”, resaltó Cingolani.

“También queremos que llegue esta técnica a espacios con personas retiradas y otros adultos mayores, ya que será gratuito. Incluso, se puede aplicar a otros sectores de la sociedad que lo requieran, ya que mejora la performance cerebral”, concluyó Kotliar, al tiempo que destacó que este programa que obtuvo un auspicio otorgado por la Academia Nacional de Medicina para el Programa de Neuroplasticidad Aplicada a la Prevención y el decano de la Facultad de Medicina de la UBA, Luis Ignacio Brusco, asesor del programa, comunicó la designación como institución afiliada (ad referéndum).

¿Te gustó la nota?

Ocurrió un error
Más Info

Las nanociencias son consideradas “una ola revolucionaria” que se desarrolla en un mundo invisible a nuestros ojos, donde se pueden crear nuevos materiales inteligentes que toman decisiones y tienen un “gran potencial” para aplicaciones en salud y ambiente. Galo Soler Illia y María Alejandra Molina son dos referentes de la disciplina en el país y ganadores del premio anual de la Fundación Bunge y Born. Si bien ya se utilizan nanotecnologías en miles de productos como los caños de escape de los autos, televisores, raquetas de tenis reforzadas y hasta en los test de embarazo de las farmacias, estas disciplinas tienen un “gran potencial en tres áreas: salud, ambiente y energía”.