El 21 de mayo de 1947 el presidente Juan Domingo Perón y el presidente de Brasil Eurico Gaspar Dutra inauguraron el Puente Internacional Agustín P. Justo-Getulio Vargas, que une la ciudad de Paso de los Libres con la localidad brasilera Uruguayana, del Estado Rio Grande do Sul.
Desde ese entonces, tanto por carretera como por ferrocarril, quedaron enlazados los pueblos argentinos y brasileros.
De dicha ceremonia participaron Eva Duarte de Perón; el gobernador Corrientes, Blas Benjamín de la Vega; el intendente de Paso de los Libres, Félix María Gómez; el obispo de Corrientes, monseñor Francisco Vicentín.
Según la crónica de la época, Perón y su comitiva arribaron a la ciudad correntina por el ferrocarril “General Urquiza”, y en la estación local fueron recibidos por De la Vega, el jefe comunal libreño; el obispo Vicentín; el comandante de la 7 División, Cándido L. Motter, y el comandante de la guarnición local coronel Carlos Hernández.
Desde la estación, Perón se trasladó junto con Evita al puente internacional por las calles Belgrano, Colón y Pago Largo. En la Belgrano se formaron las fuerzas de la Guarnición y en la calle Colón, las escuelas, recordaron en las efemérides compartida ayer por el Municipio de Libres.
Festejos
La formación de las tropas brasileñas se fijó en el tramo argentino del puente y de las tropas argentinas en el segmento brasileño, quedando las respectivas bandas de música en el centro del puente, flanqueando la plataforma erigida para la ceremonia de la bendición.
Las comitivas de ambos mandatarios se reunieron en las extremidades del puente y luego se encontraron en el centro del puente pasando revista a las tropas. A continuación, se entonaron los himnos de ambos países. Perón y Dutra fueron al encuentro uno del otro, cortando previamente la cinta con los colores nacionales de su país.
En el centro del puente se izaron los pabellones de ambos países y simultáneamente se disparó una salva de 21 cañonazos. Mientras, aviones civiles brasileños sobrevolaron Libres y Uruguayana en homenaje a la trascendental inauguración.
Los jefes de ceremonial de ambos países presentaron a los presidentes y los obispos de Uruguayana y de Corrientes, monseñor Almeida Baptista y Francisco Vicentín, quienes procedieron a la bendición.
Luego, ambos presidentes y sus comitivas abordaron el tren que los llevó a territorio argentino.