n La Batalla de Ñaembé fue un enfrentamiento armado producido el 26 de enero de 1871 entre las tropas del gobernador de Entre Ríos, el general Ricardo López Jordán, y las fuerzas conjuntas del gobernador de la provincia de Corrientes teniente coronel Santiago Baibiene y el ejército nacional, al mando del entonces teniente coronel Julio Argentino Roca. Concluyó en la total derrota de las fuerzas entrerrianas, marcando el fin de la insurrección de López Jordán contra el gobierno nacional, del que juzgaba que había violentado la autonomía provincial garantizada por el federalismo de la Constitución Argentina de 1853. López Jordán se exiliaría en el Uruguay poco más tarde, de donde regresaría para emprender una nueva y fallida intentona dos años más tarde.
Todo se genera cuando asesinan a Urquiza el 11 de 1870 abril en su Palacio San José de Concepción del Uruguay. Una banda en la oscuridad de la noche termina con la vida del gobernador. El origen del rencor del autor ideológico de esta matanza, proviene de la actitud que asume Urquiza en la batalla de Pavón, en la que asumió una actitud no compartida por muchos de sus seguidores y sumando a ello, su reciente abrazo con el Presidente Sarmiento quien lo visitó en su casa de concepción del Uruguay. Aparecen estos hechos como factores desencadenantes que ponen en acción un movimiento revolucionario encabezado por el general entrerriano Ricardo López Jordán, que asume el mando de la provincia entrerriana el 14 de abril a partir de este asesinato. El Presidente Sarmiento lo declara reo de rebelión a López Jordán y el 19 de abril, con la oposición de su vicepresidente Adolfo Alsina, ordena la Intervención Federal a Entre Ríos. Sarmiento no admite que “un asesinato sea el origen de un gobierno”, aludiendo a la responsabilidad de López Jordán en la muerte de Urquiza.
El presidente Domingo Faustino Sarmiento ordenó al general Emilio Mitre invadir Entre Ríos, a quien se le plegó en tren de apoyo, desde Corrientes, el coronel Plácido Martínez al frente del Batallón Goya.
El Gobernador de Corrientes Santiago Baibiene no había visto con buenos ojos la vinculación afectiva creada entre el Presidente Sarmiento y el general Urquiza, verdadero Jefe del Partido Federal. Grato a su colaboración eleccionaria con el aporte de electores entrerrianaos, Sarmiento resolvió visitar al vencedor de Caseros en su palacio de San José, y el hecho, revestido de la mayor trascendencia, soldó una amistad que tradujo un brindis trascendental para los argentinos. Que el 3 de febrero, dijo Sarmiento, sea siempre un talismán para acercar a los argentinos que las agitaciones políticas pudieran separar.
La fuerza nacional actúa de inmediato y el primer enfrentamiento se da en Arroyo Sauce. Esto ocurre el 20 de mayo en las inmediaciones de este cauce de agua ubicado en el departamento de Nogoyá y las fuerzas revolucionarias de Ricardo López Jordán son puestas en retirada por el ejército nacional luego de reñido combate.
El 12 de octubre se produce otro enfrentamiento entre las fuerzas nacionales y las del entrerriano López Jordán junto al arroyo de Santa Rosa, ubicado entre los departamentos de Colón y Uruguay, provincia de Entre Ríos. Los revolucionarios optaron por retirarse en orden, sin abandonar las operaciones de hostigamientos sobre la vanguardia nacional.
Y llega Ñaembé, fue una de las últimas gestas guerreras que Corrientes tuvo que enfrentar con su reconocido coraje y decisión en procura de preservar las instituciones del país.
La batalla tuvo lugar en el paraje de Ñaembé, donde se levanta el actual pueblo de Colonia Carolina, en las inmediaciones de Goya. López Jordán había avanzado sobre territorio correntino luego de seis meses de hostilidades en los que había tomado y defendido la mayoría de las ciudades entrerrianas contra el ejército nacional, dirigido primero por el general Emilio Mitre y luego por Juan Andrés Gelly y Obes.
La necesidad de mantener un triple frente con tropas escasas, lo lleva a Sarmiento a designar al gobernador Santiago Baibiene, alineado con él políticamente y sabiendo que contaba Corrientes con unos 6.000 jinetes, 1.000 infantes y una docena de piezas de artillería.
La milicia correntina, compuesta por 7 batallones de infantería y 6 cañones, recibió oportunamente el refuerzo del Regimiento VII de Infantería, comandado por Julio Argentino Roca, que regresaba del frente de la Guerra del Paraguay, y se apostó en posición favorable.
El gobernador Santiago Baibiene, instalado al frente de las tropas correntinas e impuesto de la eminente invasión de López Jordán a la provincia, concibió el plan de atraer al entrerriano hacia la ciudad de Goya y desplegó toda su estrategia en torno a la Laguna de Ñaembé. El coronel Desiderio Sosa tuvo una activa participación al decidir el momento del ataque.
La acción se inició y en determinado momento el espectáculo llegó a ser imponente, una batalla digna de las grandes epopeyas guerreras de la historia universal.
La batalla duró varias horas y finalmente triunfaron las armas nacionales y que contaba en sus filas con prominentes hombres de armas del país, actuando también muy joven el capitán Julio Argentino Roca.
La notable estrategia del gobernador Baibiene, la habilidad militar del Coronel Desiderio Sosa y el incomparable ímpetu y coraje de Plácido Martínez, fueron los símbolos más nítidos de esta memorable batalla.
A primera hora de la mañana López Jordán intentó una carga contra los cañones Krupp de carga posterior adquiridos de Alemania; la carga de lanza avanzó sobre la infantería, pero el fuego enemigo y la carga de la caballería correntina al mando del coronel Manuel de Jesús Calvo deshicieron su avance y lo obligaron a retroceder hasta más allá del río Corriente, abandonando la artillería y perdiendo 1.150 hombres, entre muertos, heridos y prisioneros.
Poco más de un mes más tarde, batidos sus lugartenientes en Gená y Punta del Monte, se exiliará López Jordán en el Uruguay primero y luego en Brasil. Entre sus compañeros estaba el escritor José Hernández, futuro autor del Martín Fierro.