Por Silvia Zarza
Abogada, especialista
en Derecho Previsional
Especial para El Litoral
En un mundo en constante evolución, los sistemas de seguridad social y el derecho sucesorio se enfrentan a desafíos sin precedentes, es por ello que es imperativo analizar a fondo estos desafíos y proponer soluciones que garanticen la equidad y la justicia en estos ámbitos críticos.
Podemos describir algunos de los problemas clave y las posibles soluciones para afrontarlos.
La seguridad social es un componente fundamental del bienestar de una sociedad. Proporciona un colchón financiero en momentos críticos de la vida, como la jubilación, la invalidez o la pérdida del causante como sustento principal de la familia.
No obstante, enfrenta
múltiples desafíos:
1. El envejecimiento de la
población
Uno de los desafíos más prominentes es el envejecimiento de la población. A medida que las personas viven más tiempo, los sistemas de pensiones y jubilaciones se ven sometidos a una presión creciente. Es fundamental buscar fuentes de financiamiento sostenibles y garantizar que los sistemas de seguridad social no sean insostenibles a largo plazo.
2. Cambios en la
dinámica laboral
La evolución de la dinámica laboral presenta otro desafío. La proliferación de trabajadores autónomos y empleados temporales plantea la cuestión de cómo incluir a estos individuos en los sistemas de seguridad social. Todos deben tener acceso a una red de protección, independientemente de su forma de empleo. Esto requiere una revisión y adaptación de las leyes y regulaciones laborales.
3. Desigualdad de género
La igualdad de género es un asunto crítico en este tema. Las mujeres, a menudo, enfrentan lagunas en sus beneficios debido a interrupciones en sus carreras para cuidar de la familia o a salarios más bajos en comparación con los hombres. Es fundamental abordar estas desigualdades para garantizar una seguridad social justa y equitativa para todos.
4. Innovación y tecnología. La innovación tecnológica está cambiando la forma en que trabajamos y vivimos, la automatización y la inteligencia artificial pueden afectar la estabilidad del empleo, lo que plantea preguntas sobre cómo adaptar los sistemas de seguridad social a esta nueva realidad laboral.
A esta revolución tecnológica tampoco escapó la justicia. Existen en el mundo, en Argentina y en Corrientes, pruebas piloto de aplicación de esta tecnología para hacer más eficiente los procesos judiciales, e incluso, aun con las discusiones éticas y jurídicas, se usa para el dictado de sentencias.
Por su parte, los desafíos que enfrenta el derecho sucesorio son significativos puesto que el mundo actual exige dinamismo, no admite juicios eternos con activos inmovilizados y destruyéndose por falta de acuerdo de las partes
La planificación sucesoria adecuada es esencial para proteger los activos y garantizar que se distribuyan de acuerdo con los deseos del fallecido. Es importante promover la educación sobre la planificación sucesoria y ofrecer recursos para que las personas tomen decisiones informadas.
Hoy por hoy, también se habla de ciertas herramientas para evitar entrar en un proceso judicial, que ser largo y tedioso.
La planificación sucesoria y la planificación patrimonial sucesoria son dos herramientas que pueden resultar eficientes tanto en la distribución de bienes como también la aplicación de los impuestos propios de toda transferencia patrimonial.
Es crucial que el marco legal en materia de sucesiones sea claro y justo. Los conflictos sucesorios son desgarradores y pueden dividir a las familias. La justicia y la equidad deben ser los pilares de la regulación sucesoria para evitar disputas innecesarias y proteger los derechos de herederos y legatarios.
En cuanto al contexto internacional en un mundo cada vez más globalizado, la protección de activos y la sucesión de patrimonio a nivel internacional se han vuelto temas de relevancia. La coordinación entre jurisdicciones y la armonización de las leyes sucesorias pueden facilitar una transición sin problemas de activos entre diferentes países.
En conclusión: dada la magnitud de estos desafíos, es crucial que gobiernos, instituciones, expertos y la sociedad en su conjunto colaboren para abordarlos de manera efectiva. La equidad, la sostenibilidad y la adaptación a las nuevas realidades deben ser los pilares de nuestras soluciones. Para abordar el envejecimiento de la población, es esencial buscar fuentes de financiamiento sostenibles. Esto podría incluir reformas en la edad de jubilación, un enfoque en la inversión estratégica de los fondos de pensiones y la promoción de planes de ahorro privados. Se debe prestar especial atención a los trabajadores autónomos y temporales, los que deben ser incluidos en los sistemas de seguridad social. Esto podría lograrse mediante la creación de mecanismos de contribución flexibles y la promoción de la educación financiera para estos grupos.
Se debe abordar la desigualdad de género como política de estado que atraviesa todos los ámbitos de la vida y en especial en los momentos de mayor vulnerabilidad como es en la vejez.
Se debe propiciar la regulación adecuada de la tecnología en el ámbito laboral lo que es esencial. Esto implica garantizar que la automatización y la inteligencia artificial no generen una exclusión masiva de trabajadores y que los sistemas de seguridad social se adapten a la nueva realidad laboral. En cuanto al derecho sucesorio es necesario que sean revisadas las leyes y regulaciones para garantizar la justicia y la equidad en la distribución de activos, considero que ante todo debe primar la voluntad del dueño de los activos. La mediación y la resolución alternativa de conflictos pueden desempeñar un papel crucial en la reducción de disputas sucesorias.
A nivel internacional, es importante promover la cooperación entre jurisdicciones para facilitar la sucesión de activos en el ámbito global. Esto podría incluir acuerdos de reconocimiento mutuo de testamentos y leyes sucesorias.
En conclusión, para garantizar que el derecho sucesorio y previsional que sigan desempeñando su papel en un mundo en constante cambio, en el que la equidad, sostenibilidad y adaptación a las nuevas realidades deben guiar nuestras acciones.
Juntos podemos construir sistemas legales y operativos más sólidos y justos para todos, preservando así la seguridad y la justicia en la sociedad.