Tras más de dos años de juicio, el Tribunal Oral N° 4 condenó por mayoría a Enrique Juan Blaksley Señorans, expresidente de la firma Hope Funds, a la pena de 8 años de prisión y una multa de “cuatro veces el monto de las operaciones” por que podría ser la mayor estafa de la historia argentina, bajo los delitos de asociación ilícita, 311 estafas, lavado de activos de origen delictivo, e insolvencia fraudulenta.
El negocio de Hope Funds fue, en su núcleo, un esquema de captación de ahorros mediante contratos de mutuo que prometían intereses mensuales de hasta un 18 por ciento, un típico esquema Ponzi. El negocio se convirtió en un entramado internacional de más de 40 firmas. Llegó hasta los Panama Papers y paraísos fiscales como las Islas Vírgenes Británicas. Incluyó la compra de un club de polo en Pilar, propiedades en Miami y Panamá y el patrocinio de deportistas de altísimo perfil como Adolfo Cambiaso. Hope Funds fue parte de la camiseta de La Dolfina en su campaña de 2013, donde ganaron la Triple Corona, el máximo galardón del polo. Hope Funds también fue sponsors de las visitas de Roger Federer, Venus y Serena Williams, y participó de la recordada carrera de Usain Bolt contra el Metrobus. Hope Funds llegó a acumular más de 25 pedidos de quiebra, aportes impagos y casi 5 millones de pesos valor 2016 en cheques sin fondos. El dinero prometido no venía. Ante la presión de sus acreedores, la firma abandonó sus oficinas en la calle Uruguay.
El daño estimado en la causa, iniciada en 2014 e investigada por la jueza María Romilda Servini, la fiscal Alejandra Mangano y la Procelac, es de al menos 90 millones de dólares. El caso no solo se trató de peces chicos, sino también de peces gordos. El lavado de dinero fue el inicio de la caída de Hope Funds, lo que motivó la primera causa en su contra en la Justicia federal. De acuerdo a la Afip, de 521 clientes relevados, solo tres tenían la capacidad de justificar sus movimientos.
El Tribunal que dictó la sentencia fue integrado por los jueces Néstor Costabel, Ricardo Basílico y Jorge Gorini: los dos primeros decidieron la condena por mayoría. El fiscal Abel Córdoba había pedido en su alegato de octubre pasado una pena de diez años de prisión, más una multa de seis veces el monto del daño en el caso. La AFIP, querellante en el caso, había requerido 12 años de prisión para el empresario, lo mismo que los también querellantes Hernán Vega y Victor Varone, del estudio Iezzi & Varone. Gonzalo Romero Victorica, el querellante inicial en el expediente, fue por más: pidió 18 años de encierro.
Blaksley oyó el veredicto vestido con una chomba azul desde su casa, con una tobillera electrónica atada a su pie. Fue detenido en septiembre de 2018 en su casa del country Pacheco Golf. Luego, fue enviado al penal de Ezeiza, donde salió en diciembre pasado gracias a una fianza de 391 millones de pesos en propiedades y autos que entregó su familia y un empresario de origen boliviano.
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