Los cercos naturales cumplen la función de delimitar diferentes espacios, mientras que al mismo tiempo se comportan como fuente de recursos naturales y aportan otros beneficios ambientales: algunas especies de plantas brindan frutas y, en general, propician que también aumente la fauna autóctona en los patios.
El vivero correntino Divino Giardino (ubicado en la localidad de Santa Ana) propuso cuatro especies de plantas de exterior que se caracterizan por ser, casi en su totalidad, de crecimiento rápido, prefieren una ubicación a pleno sol (toleran las altas temperaturas), suelos fértiles y de follaje perenne.
Dos de estas especies fueron incluidas en una reciente investigación de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne) sobre diversidad vegetal, estructura y usos complementarios en cercos realizados por comunidades tradicionales en los Esteros del Iberá (publicada por la revista Bonplandia).
De este modo, las cuatro especies presentadas aquí son una combinación de nativas y exóticas con aptitud para crecer en este ambiente cálido y húmedo.
Eugenias, ñangapirí o pitanga
Es una planta nativa de la familia de las Myrtaceae y, según el estudio de la Unne, es una de las que más se suele encontrar en los cercos de las viviendas de los Esteros del Iberá. Su presencia atrae aves frugívoras y mariposas.
De acuerdo con el sitio Argentinat, esta especie se planta generalmente de semilla, que germina en el plazo de un mes, aunque la viabilidad de las mismas disminuye espectacularmente a partir de las 4 semanas de recolección. Los esquejes y los injertos son también viables, pero tiende a presentar chupones en la zona del injerto.
Bambúes
También es una especie vegetal muy utilizada en los Esteros del Iberá, aunque la Bambusa tuldoides (Poaceae) es una especie exótica. La misma se cultiva delimitando la vivienda con la finalidad de protegerla y actuando también como cortina rompeviento.
Además, al conservarla viva en el cerco sirve como reservorio de “tacuaras” utilizadas para otras aplicaciones comprometidas en la subsistencia de las comunidades locales.
La variedad nativa es Guadua chacoensis, o tacuara de monte. Las dos variedades están presentes en la investigación publicada por Bonplandia.
Durantas variegadas
Debido a su atractivo follaje verde-amarillento, el cual genera un contraste visual deseable con otras especies ornamentales, se las puede observar en los espacios verdes públicos y privados.
De porte arbustivo, el duranta es muy utilizado para formar setos, aunque también es apta para cultivar en macetas e, incluso, en bonsái. La floración se da durante los períodos calurosos del año y suele ser muy abundante, además de aromática.
Oleas texanas
De rápido crecimiento, con hojas amarillas muy vistosas. Es ideal para hacer contrastes con hojas grandes verdes. Florece en primavera con flores pequeñas y blancas que llenan de aroma el lugar.
Crecen hasta 2m de altura, pueden podarse y requieren pleno sol.
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