Capítulo 2 - final.
El nuevo y progresista Gobernador correntino, asume y nombra Ministro General a Gregorio Valdez, al canónigo José María Rolón y a los doctores Wenceslao Díaz Colodrero y Tiburcio Gómez Fonseca. Acometió la empresa de reorganizar y normalizar la vida provincial, exponiendo sus propósitos en su primer mensaje a la Legislatura 18 de diciembre de 1853.
En el gobierno de Pujol, un tema reiterado fue la ocupación paraguaya de los yerbatales en territorios correntinos, punto conflictivo por muchos años. La cuestión también la manifestó el naturalista Amado Bonpland en correspondencia al gobernador de Corrientes en 1853, preguntándose, ¿Cómo es posible que los paraguayos ocupen siempre las tranqueras y hagan yerba en los bosques de Corrientes? Fue una preocupación constante del naturalista y científico francés quien ya había entrado en una amistad muy fuerte con Juan Pujol, quien lo admiraba y respetaba.
Política comercial - Pujol continuó la línea del Gobernador Virasoro, que había tomado una larga serie de medidas: mantuvo Juan Pujol el arancel aduanero que había fijado el ex gobernador en el 50% sobre el tabaco y la miel, así como las tasas de licencia de comercio y navegación. Sin embargo, tomó al mismo tiempo medidas para fomentar la circulación; creó dos nuevos puertos sobre el río Paraná -Empedrado y Yahapé-, ordenó el dragado del riacho de Goya a fin de facilitar el paso de embarcaciones de cierto calado, e implementó una línea de vapores que unían los puertos de la provincia.
La costa del río Uruguay -separado de su sección superior por el Salto Grande de la inferior por los rápidos de Butuí, y menos poblado, languideció en contrapartida. Para prevenirlo, hizo refundar el pueblo de Monte Caseros en terrenos de Benjamín Virasoro, haciéndolo capital de un departamento de 2.750 km².
Convencido de la necesidad de poblar -según el catálogo alberdiano- para gobernar, Pujol se adelantó a las medidas de fomento de la inmigración en Argentina al proporcionar subsidios, ayudas y tierras a los inmigrantes que se afincasen a cultivar la tierra.
Política educativa - Tras recabar informes de las autoridades locales, el 12 de octubre de 1853 Pujol presentó una Ley de Instrucción Primaria, primera legislación educativa general sancionada en el país. El plan estableció una Escuela Normal en la capital correntina, donde formar preceptores y educadores para nutrir las escuelas departamentales; estableció la gratuidad y obligatoriedad de la instrucción primaria, la exclusiva competencia del Estado para proporcionarla, y el establecimiento de una escuela elemental de varones y una de mujeres en cada uno de los departamentos de la provincia.
Amado Bonpland - Llamó también al naturalista Aimé Bonpland, que residía en las inmediaciones de la actual ciudad de Paso de los Libres, para hacerse cargo de la cura del museo de Ciencias Naturales creado ad hoc y al que el sabio donara sus colecciones particulares. En 1858 dictó los reglamentos para la dirección e inspección de las escuelas.
Nicanor Cáceres - Luego la Provincia se encamina por la senda del orden y hacia un gobierno civil. Su destacada actuación en las contiendas y su personalidad de héroe perfectamente ubicado en la etapa que vivía la ciudadanía de Corrientes, hicieron que Nicanor Cáceres se sume a los que buscaban la deposición de los hermanos Virasoro que seguían actuando con revanchismo y crueldad hacia los opositores. La provincia debía ser administrada por un político civil de ideas acordes a la conducción nacional y sin persecuciones. Con su apoyo se hace cargo Juan Pujol y éste lo asciende a Nicanor Cáceres a General de la Provincia. Se vuelve a su heredad a hacerse cargo otra vez de la jefatura de la frontera sur. Desde entonces la influencia y el prestigio que adquiere Nicanor Cáceres en toda la provincia son singulares. Pasa a ser el árbitro de los destinos de ella y de su gente. Su poder se vuelve omnipotente y su voluntad más poderosa que la Ley. A ésta la dictaba desde su establecimiento rural “El Paraíso”, su bastión en Curuzú Cuatiá de 40.000 hectáreas que heredó de su padre que según sus opositores y sus enemigos, ese lugar era “El Infierno”. A sus peones-soldados lo que no les perdonaba era que le robaran a él. Si esto sucedía, luego de enjuiciarlo en el patio, ordenaba al Sargento-capataz que lo llevara a un montecito cercano y lo degollara.
La tónica civil con que el Dr. Pujol fundamentó su gobierno produjo el desplazamiento de muchos jefes militares i esto molestó a Nicanor Cáceres, quien invadió la provincia con el propósito de destituirlo a Juan Pujol. Después de una ola de calumnias e intrigas que dio lugar a malos entendidos y a movimientos opositores subversivos que culminaron con la persecución de Cáceres por la justicia, la que envía una columna armada para imponerle obediencia. Esta se pasó íntegra a su causa marchando inmediatamente todos hacia la Capital, donde obligan a Pujol a firmar unos tratados y su renuncia entre otros puntos.
Una vez que se volvió a sus pagos, logran sus opositores que sea expulsado de la provincia, afincándose con su bagaje de amarguras en la frontera sur del A° Basualdo.
1ra. Intervención Federal a Corrientes - Esta situación creada por Cáceres llevó a las autoridades de la Confederación a decretar la primera intervención federal a Corrientes, el 1º de septiembre de 1854. Lo hacía Justo José de Urquiza en su carácter de Presidente de la Confederación como una manera de apoyar al gobernador correntino y también de calmar a su amigo Nicanor Cáceres. Urquiza lo apreciaba a Nicanor Cáceres quien finalmente logró radicarse en Entre Ríos una temporada.
TAMBIÉN LO OBNUVILÓ EL PODER – En 1856 Juan Pujol obtiene el 16º Gobierno Constitucional (re-re- electo). Tercer período de gobierno consecutivo. Del 26 de enero de 1856 al 25 de diciembre de 1859. En medio de una fuerte oposición que se enardeció ante la totalitaria maniobra que el Poder Ejecutivo llevó adelante para posibilitar la re-reelección del mandatario, la legislatura viola los términos de la Constitución vigente y empalidece la obra magnífica de gobierno que venía cumpliendo el saladeño.
La ambición personal -dice Mantilla- desvió a Pujol del camino recto. Al terminar su primer período de gobierno en 1853 y para asegurar su reelección cometió excesos oficiales contra la libertad personal y la electoral. Urgía la reforma de la Constitución; sin embargo, reelecto ya, la aplazó, violentando el anhelo de la opinión, con el propósito de que coincidiera con la finalización de su segundo período, a fin de ser reelecto nuevamente.
Esa conducta provocó general descontento. Pujol pretendió dominarlos con procedimientos autoritarios, en vez de poner en juego medios blandos que, sino reconquistaban las simpatías perdidas, al menos le abrían asegurado tal vez una mayor tolerancia. Lo cegaba el deseo de poseer la provincia, para especular en la política nacional, y buscó ese capital dando la espalda a la rectitud de un mandatarios equilibrado. Se organizó un partido oficial del que era cabeza el gobernador y puso la imprenta del estado a su servicio, reemplazando el periódico “La libre navegación de los ríos” por “El Comercio”. El personalismo excluyente, voluntarioso, sin miramiento, imperó como gobierno.
En esa época volvía de Chile Sarmiento y las mensajerías cobraban auge al igual que el transporte, tardando un carruaje 10 días de Rosario a Mendoza. En Buenos Aires se inauguraba el alumbrado a gas. En Santa Fe era derrocado José María Cullen y la revolución consagra a Juan Pablo López gobernador y moría Vicente López y Planes a los 71 años. El fin de año sorprende a Buenos Aires con un artículo de lujo, conocían el hielo, que llegaba desde los Estados Unidos en barco, envuelto en aserrín. El portugués Miguel Ferreira vendía los primeros helados.
Ministro y Senador Nacional - Amigo personal de Santiago Derqui, el Presidente de la Confederación, Juan Pujol asume la cartera del Interior de su gobierno Nacional. Debió hacer frente al conflicto con Buenos Aires, cuya oposición iba en aumento. Su corazón dijo ¡Basta! Y muere muy joven a los 44 años en Buenos Aires, el 8 de agosto de 1861.