Por Eduardo Ledesma
Edición gráfica: Belén Da Costa
“Toda persona tiene que tener alguna vez en su vida una determinación para los virus de hepatitis”, aseguró José Hipólito Vilar, médico cirujano por la Universidad del Nordeste y especialista en Hepatología. En el marco del Día Mundial de la Hepatitis fue el entrevistado de esta semana en el ciclo de entrevistas Eduardo Ledesma Pregunta.
Vilar también es médico por la Universidad Central de Barcelona, España y miembro fundador de la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado. Fue el creador del primer laboratorio de Hepatitis del Nordeste en 1986 en el Hospital Vidal.
Con él hablamos de las enfermedades del hígado y de los trabajos de concientización para eliminar las hepatitis virales en 2030, según propone la Organización Mundial de la Salud.
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¿Quién es José Hipólito Vilar?
Un hombre inquieto, diría yo, que siempre abogó por ayudar, por buscar excelencia en las cosas que hacía, por sobre todas las cosas hacer lo mejor posible. Siempre ayudando, siempre tratando de ayudar.
¿Es un especialista en qué? Pero más importante que eso ¿por qué?
Cuando yo quería hacer algo y empecé a transitar mis primeros pasos como médico, veía que el hígado ocupaba un lugar importante en las enfermedades. Y había algo que siempre veía en el hospital, en los pases de sala, con mis colegas: “Tiene un toque hepático”. El hígado formaba ahí una bola misteriosa para mi, que tenía mucho contacto con la universidad en ese momento, y empecé a buscar lugares para ir a estudiar las enfermedades del hígado. Y así es como encontré tres lugares en el mundo para ir: uno estaba en Francia y dos estaban en España.
¿Y su vínculo con la medicina argentina y correntina, cuál es?
Con la medicina en Argentina fue cuando regresé, después de hacer la especialidad, en el año 1983. Yo vengo a Corrientes, y el doctor Alfred con el doctor Lanari, me abrieron las puertas de su servicio de clínica médica para que empezara a trabajar en el servicio y allí comencé a desarrollar la hepatología.
Igualmente yo seguía con inquietudes y me conecté con gente de Rosario que formó en esa época la Asociación Argentina de Estudios de las Enfermedades del Hígado, en la ciudad de Rosario. De allí salió mi tesis doctoral, donde descubrimos un virus muy poco conocido en esa época.
Así se forma la primera Sociedad Argentina de Estudios de Enfermedades del Hígado, de la cual yo formo parte de la comisión fundadora. Fui miembro por dos años consecutivos y seguíamos trabajando con la pobreza de nuestro lugar.
No obstante, tuve ayuda por mis contactos internacionales con un laboratorio americano e hicimos el primer Laboratorio de Hepatitis del Litoral, que se hizo en una antigua cocina del Hospital Vidal. Comenzamos a trabajar, a hacer lo poco que podíamos, que era hacer diagnósticos. También con ayuda de España y de gente de Estados Unidos, conseguimos hacer la primera detección del virus de la hepatitis E en Argentina, otro virus de este grupo, y por eso obtuvimos un premio de la Facultad de Medicina, el premio doctor Manuel Sherwin.
Este 28 de julio es una fecha especial relacionada con la enfermedad. ¿Cuál es y por qué?
Sí, el día 28 de julio de cada año, desde el año 2010, se puso como día internacional de las hepatitis virales. Se hizo ese día específico porque es el natalicio del doctor Samuel Blumberg, que fue el que descubrió el virus de la hepatitis B y de cual después deriva la vacuna. Entonces, las organizaciones mundiales de estudio de enfermedades del hígado y la OMS declaran ese día como el día de la concientización de las hepatitis virales.
¿Y qué se hace para concientizar?
La OMS declara que el año 2030 será el año de la erradicación. A nosotros nos llevará bastante más tiempo que eso. Lo cierto es que muchas personas la han tenido y no lo saben porque es una enfermedad silenciosa y tiene anticuerpos. Sin embargo, no así los de la hepatitis B y la hepatitis C. Entonces, para determinar estas dos enfermedades, es necesario que al menos una vez en la vida la gente se haga una detección tanto del virus B como del virus C.
Mi lucha es que toda persona que va a ingresar a la administración pública, por ejemplo, se le pida una detección de ambos virus, del virus B y del virus C. Y además, todo paciente que ingrese a un hospital, tenga que tener una determinación del virus B y del virus C. Para ir generando un banco y controlando eso.
¿Cuándo puedo hacer eso, en tanto paciente?
En cualquier momento. El médico le tiene que hacer una indicación porque burocráticamente requiere de una receta. Se puede solicitar en un análisis de sangre común. El tema es que la hepatitis B tiene una vacuna que previene y gracias a Dios también es obligatoria a todo recién nacido. Eso se cumple, al igual que la vacunación de la hepatitis A. Hoy en día en Argentina ya no hay registro de trasplante hepático por hepatitis fulminante por virus A. Está erradicada porque los chicos se vacunan.
¿Cuántas hepatitis hay?
Llevan letras A, B, C, D, E, F y G. G sería la última, la que se está aún estudiando. Lo que no implica gravedad.
¿La hepatitis es la enfermedad más grave del hígado?
La hepatitis simplemente es inflamación. Ahora, usted puede tener una hepatitis no vírica, por ejemplo. Es una de las formas que frecuentemente vemos en la consulta porque vienen pacientes que aumentaron las transaminasas, que son unas enzimas producidas en el hígado e indican inflamación. Esta situación puede ser producida, por ejemplo, por fármacos. Hay muchos fármacos que producen inflamación en el hígado y causan una hepatitis. En ese caso es una hepatitis tóxica. Porque se metaboliza en el hígado y el hígado no es capaz de eliminarlo y se inflama.
¿Cómo está hoy el ámbito investigativo de la enfermedad?
Se avanzó. Por ejemplo, hoy en todos los hospitales se hacen determinaciones para los anticuerpos o los antígenos virales. El Ministerio de Salud Pública entrega por convenios con Nación los tratamientos en forma gratuita. Por lo tanto, yo creo que todo eso ha sido un avance importante en toda esta etapa. Y eso mismo, trasladado al ámbito nacional.
Usted que tiene una mirada más general, ¿cómo está la Argentina en ese sentido?
Luchando. La Asociación Argentina para el Estudio de Enfermedades del Hígado es una sociedad muy inquieta y donde se llevan a cabo estudios importantes y hay gente relevante a nivel nacional e internacional, dedicados al estudio de estas enfermedades. Por supuesto que no a nivel europeo, a nivel de Estados Unidos o de Canadá. Nosotros, y también el Conicet, libramos una lucha permanente por mantener niveles a pesar de las vicisitudes económicas de nuestro país.
Entonces, ¿como principal medida de prevención para la hepatitis destacamos la detección temprana y el tratamiento oportuno de las hepatitis virales?
Es vital, básico diría yo. Yo creo que toda persona tiene que tener alguna vez en su vida una determinación para estos dos virus. Y si no están vacunados, vacunarse. Porque además, por ejemplo, para todo el personal sanitario la vacunación es obligatoria.
Digamos que las herramientas están y las condiciones podrían estar también.
Exacto. Falta el convencimiento o la dirección para hacerlo.