1837 - Juan Manuel de Rosas desplegaba todo su plan tal cual lo había descubierto Pedro Ferré al otro día que asumió la gobernación de Buenos Aires. Los vecinos porteños, muchos amigos de Ferré lo habían notificado al gobernador correntino de lo que se proponía realmente llevar adelante Rosas: Disfrazarse de Federal y “pialar” a todas las provincias, sometiéndolas a su poder central y ni hablar de constitución. Era consciente el tirano, que si las provincias se fortalecían económicamente terminarían sometiéndola a la provincia más extensa y rica del país.
Tanto era su astucia y maldad, que engañó al gobernador de Corrientes Rafael Atienza, y lo puso a sus órdenes. No pudo prever que los hombres no son eternos. Muere el gobernador de Corrientes Rafael Atienza repentinamente, el 2 de diciembre de 1837, mientras inspeccionaba y organizaba tropas en Curuzú Cuatiá.
El Congreso Provincial se reunió el 12 de diciembre de 1837 y al reorganizarse desplazó de su seno a varios “federales”. Se aprestaban a elegir al 7º Gobernador constitucional de Corrientes, única provincia del país que respetaba su Constitución Provincial y elegía cada 3 años gobernador y no había reelección continuada.
El cuerpo legislativo eligió gobernador al teniente coronel Genaro Berón de Astrada, de quien dice el historiador Manuel Florencio Mantilla: “pertenecía al grupo joven, que sin desconocer los títulos y méritos de Pedro Ferré, no aceptaba su predominio, ni tampoco la sumisión creada por la política de su predecesor Rafael Atienza, por entonces, con un engaño del tirano, obediente al gobernador de Buenos Aires.
Fue preferido - dice Mantilla- por ser el militar con más alta graduación y porque despertaba esperanzas entre las familias cultas y antiguas. De recomendables cualidades personales, bastante inteligente, no escaso de conocimientos, estimado por sus compañeros de armas, conocedor de la provincia, de carácter accesible y prudente”.
Este capítulo que concluye con la trágica jornada de Pago Largo, el 31 de marzo de 1839, cuyo desenlace inevitable y trágico, es por todos sobradamente conocidos, Corrientes debe y pudo abocarse a la constitución de otro ejército.
La Comisión Argentina entusiasma a Lavalle. Emigrados argentinos refugiados en Montevideo, alientan al general Lavalle, auto-exiliado desde hacía 10 años en el Uruguay, a que se ponga al frente de la lucha contra Rosas.
Juan Lavalle se encontraba radicado en Mercedes, Uruguay, donde recibió el 28 de junio la visita de Florencio Varela, quien luego de charlar por espacio de horas, convenció al prestigioso general de las bondades que para la civilización traería la caída de Rosas, según los emigrados que integraban la “Comisión Argentina”. Lavalle aceptó el desafío y se dirigió a Montevideo, aunque el héroe de Riobamba e Ituzaingó y primera espada de San Martín, tuvo que expresar su obediencia al jefe oriental Fructuoso Rivera, como una condición para contar con el apoyo necesario, al menos para procurar llegar a Corrientes, donde si sabía que iba a contar con un gran ejército para cumplir con su cometido.
Proclama de Lavalle - El general Juan “Galo” Lavalle expresa por entonces: “Os brindo un rango en mis filas para pelear contra el salvaje que os asesina y os vende, so pretexto hipócrita de amigo de los pobres. Dóciles a las voluntades victoriosas de los pueblos, nosotros venimos a someternos a ellas con honor y gritar, si es necesario, a la faz de la Nación: ¡Viva el gobierno republicano, representativo y federal! Federal o unitario seré lo que me imponga el pueblo”. Y dirigido a comerciantes, importadores y exportadores dice: “Vosotros también sois invitados a pelear contra el poder que ha cerrado los puertos, arruinado el comercio y aniquilado el movimiento de la Nación”. Finalmente expresaba Lavalle: “este poder que ha cerrado nuestros puertos no es el de Luis Felipe de Francia, como más de un despistado pudiera imaginar, sino el de don Juan Manuel de Rosas”.
Lavalle sale de Montevideo rumbo a Martín García al frente de 130 hombres, vestido de general y luciendo una divisa celeste “unitaria” con la inscripción “Libertad o muerte”, Llega a la isla Martín Garcia e invade Entre Ríos el 5 de septiembre, transportado en los buques franceses “Expeditive”, “Vigilant”, “Bordelaise” y “Ana”, al frente de 350 hombres, desembarcó y se dirigirá a Corrientes.
Lavalle llega a Curuzú Cuatiá. Es recibido el 18 de octubre con alborozo por los habitantes de la Villa y en ella lo esperaba el gobernador de Corrientes Pedro Ferré, quien lo designa General en Jefe del 2º Ejército Libertador. El encuentro se produce en la casa de la Estancia “La Luz” (hoy conservada con su lógico desgaste), ubicada a 20 kilómetros de Curuzú Cuatiá, donde se hospedó el ilustre visitante.
No coincidieron en principio Lavalle y Ferré sobre la manera de llevar adelante la guerra contra Rosas. El porteño creía en la necesidad de llevar la lucha a Buenos Aires y Ferré, con la responsabilidad de cuidar su provincia, consideraba que primero era necesario liquidar el peligro de Pascual Echagüe, gobernador de Entre Ríos y amanuense de Rosas. Recién después encarar el pasaje del río Paraná para atacar Buenos Aires.
Con esta designación Lavalle perdía su independencia para actuar como mejor creyera y no podía disponer del ejército libremente para llevar adelante sus planes, sin la autorización del gobierno de Corrientes. Le dan plenos poderes a Lavalle y denominan a esas tropas “Ejército Libertador”. El gobernador Ferré envía al mismo tiempo comunicaciones pidiendo apoyo a los presidentes del Estado de Río Grande del Sur (Brasil), del Uruguay y a la representación francesa en el Río de la Plata a fin de iniciar negociaciones.
El cuartel general del nuevo ejército se instaló en el Rincón del Ombú, campo limítrofe entre los departamentos de Mercedes y Curuzú Cuatiá.
Corrientes le declara la guerra a Rosas. Ferré comunica el 23 de octubre sobre la decisión de reiniciar la guerra contra el gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas y anuncia la incorporación de Juan Lavalle, con sus hombres, al ejército de Corrientes. El 1º de enero da a conocer un segundo manifiesto de guerra en contra Juan Manuel de Rosas. Corrientes ya tenía armado su 2º Ejército Libertador, esta vez bajo el mando del general Juan Lavalle.
Aparece en Corrientes el diario “Pueblo Libertador” Órgano periodístico que impulsó Pedro Ferré. Fue el segundo periódico que aparecía en la provincia el 23 de enero de 1840, Por entonces, era una de las pocas voces del país contrarias a Rosas. El nombre proviene de la mención que hizo el general Juan Lavalle cuando se aproximaba a Curuzú Cuatiá, en esa oportunidad saludó al pueblo de Corrientes con la frase: “saludo al Pueblo Libertador”. El 17 de marzo conocían los porteños los primeros ejemplares del diario "Pueblo Libertador".
Parte Lavalle desde Corrientes. Salió el 27 de febrero del campamento de Rincón del Ombú al frente del 2º Ejército Libertador. Esta fuerza estaba integrado por 3.360 hombres (menos la reserva), 531 eran de infantería y 58 de artillería, con dos piezas de a cuatro. La división y las legiones llevaban los nombres de sus respectivos jefes.
A la lid - Iniciaron la marcha libertadora con gran entusiasmo y valentía, de los que hicieron derroche, entonando la canción guerrera que habían adoptado, el himno “A la lid” atribuido al poeta uruguayo Francisco Acuña de Figueroa:
Coro
!A la lid, correntinos, corramos!
!A la lid, argentinos, volad
!Guerra y muerte al cobarde tirano!
!Guerra, guerra, y después habrá paz!
Hoy el blanco y azul estandarte,
recupera su antiguo esplendor
y al abrirlo Lavalle y sus bravos
palidece el tirano opresor.
De Ferré generosa la espada
os anuncia segura victoria,
que en sus filos refleja la gloria
del campeón de una causa sagrada.
Correntinos: la hora ha sonado
de venganza contra los tiranos.
!A las filas venid! Los porteños
más que amigos son vuestros hermanos.
Dice Manuel Florencio Mantilla que la música era casi la misma del “Himno de Bilbao” y que el “poder fascinador de A la Lid en aquellos tiempos sólo es comparable al de la Marsellesa durante la Revolución Francesa”.