Paraguay quedó devastado y las secuelas de la guerra se dejaron sentir por largo tiempo también en la República Argentina. El conflicto no terminó con el cese del fuego. Los problemas pendientes fueron resueltos por la diplomacia. El imperio del Brasil impuso a los paraguayos los límites que a él le convenían; la República Argentina negoció largamente los territorios en conflicto, tras haberse iniciado la paz con la generosa doctrina de Mariano Varela, el ministro de Relaciones Exteriores de Domingo F. Sarmiento.
Evolución Cultural - La enseñanza después de Caseros, 13 años antes de producirse la guerra con el Paraguay, se hacía necesaria su organización, cuyo contenido no había variado desde el período colonial, habiendo sufrido en la época de Rosas, los nocivos efectos del decreto del tirano que suprimía los presupuestos destinados a educación (23 de abril de 1838, Archivo Oficial de La Nación).
Es así como, al iniciarse la etapa de la organización la generación influida por el romanticismo francés, trató de conseguir la afirmación de la nacionalidad argentina, mediante la Instrucción y la Civilización.
En la tarea de consolidar la escuela primaria, base del progreso de las naciones, al igual que en la formación del personal docente y en el establecimiento de estudio superiores, es notoria la tarea desplegada en este período por Urquiza, Mitre y Sarmiento, verdadero gestor de la legislación educativa: 1858, sanción de la Ley de edificación escolar; 1870, Ley de Bibliotecas populares: 1875, la ley de educación común de la provincia de Buenos Aires.
A través de sus publicaciones y escritos, Sarmiento cimentó las bases de nuestra pedagogía. Digno continuador de esa obra fue el Presidente Nicolás Avellaneda.
También durante la presidencia de Sarmiento se realizó la fundación de las primeras escuelas normales en Paraná y Rosario y en Corrientes el Colegio Gral. José de San Martín, donde encontró un aliado de “fierro” para eso, el Gobernador José Miguel Guastavino.
El establecimiento de la Academia de Ciencias Exactas de la provincia de Buenos Aires, que puso en marcha Bernardino Rivadavia en 1822.
La lucha por la secularización de la enseñanza y el establecimiento de la educación común se concretó pocos años después con la sanción de la Ley 1.420.de enseñanza gratuita, obligatoria y gradual, pilar de nuestra evolución en materia educativa.
Decía Sarmiento: En el discurso que pronuncia cuando llega de los Estados Unidos ya electo Presidente en 1868 dirigido a los maestros que lo reciben en el puerto: “Para tener paz en la República Argentina, para que los montoneros no se levanten, para que no haya vagos, es necesario educar al pueblo en la verdadera democracia, enseñarles a todos lo mismo, para que todos sean iguales.
El célebre Lord Henry Brougham, el gran estadista británico que se convirtió en Lord de Gran Bretaña, al morir acaba de dejar a la Inglaterra una frase que ha sido acogida como un testamento importante: “La misión de los ejércitos ha concluido en el mundo; entra ahora a llenarse la del maestro de escuela.” Sí, una escuela donde todos aprendan, donde todos se ilustren, y constituyan así un núcleo sólido que pueda sostener la verdadera democracia que hace la felicidad de las repúblicas.”
Consecuentemente con la evolución mundial, hay marcado interés en la exploración en el campo de las ciencias naturales. Los focos de investigación, la Academia de Ciencias de Córdoba y la Sociedad Científica Argentina, cuyo primer presidente fue Luis A. Huergo.
Se estructuró la enseñanza de la medicina. En esta especialidad se destacan los estudios realizados por Juan Antonio Natalio Fernández, (Cuyo nombre lleva el famoso Hospital de Palermo en la ciudad de Buenos Aires, muy visitado por el SAME en el rescate de accidentados, nacido en Salta en 1786 y fallecido en 1855), fue un cirujano, miembro fundador y primer secretario de la Academia Nacional de Medicina (1822), catedrático de cirugía, patología y terapéutica, y primer presidente de la Facultad de Medicina (1852). Participó en las guerras de la independencia de Argentina como médico voluntario.
Francisco J. Muñiz y Guillermo Rawson otros dos notables fueron creadores de establecimientos hospitalarios, muchos de ellos pertenecientes a comunidades extranjeras: hospital Británico 1859, Hospital Italiano 1863, San Roque, actual Ramos Mejía, 1873, de Niños 1875, Español 1877, Alemán 1878, Clínicas 1882, Rivadavia 1887.
Los diarios importantes aparecidos en esta etapa fueron: El Nacional 1852-1893 fundado por Dalmacio Vélez Sarsfield y en el que colaboraron Miguel Cané, Aristóbulo del Valle, Lucio V. Mansilla, Vicente Fidel López, entre otros; Los Debates 1852-1858; en el que actuó Mitre; La Tribuna 1853-1884.
Desde 1874 la vinculación del país con Europa a través del cable telegráfico interoceánico dio veloz acceso a los sucesos del Viejo Mundo y de los Estados Unidos.
La prensa satírica. El buen humor, llevado a la política a través del periodismo, tuvo sus exponentes en una serie de publicaciones en las que los sucesos, hombres de ideas eran tema de bromas, ironías y pintorescas insinuaciones, -muchas veces excesivamente directas- que, en líneas generales, fueron toleradas por los gobiernos de la época. Entre estos ocupa un lugar destacado “El Mosquito”, publicado desde 1863 hasta 1893, en el que tuvo un lugar preponderante el caricaturista francés Enrique Stein. El “Mosquito” desarrollaremos en nuestra próxima entrega.