¿Cómo nació su vocación por la literatura? ¿Cuál fue su primera creación y dónde la publicó?
“Pienso que ella nació de una incitación natural que el ambiente propició: familia, gustos de ese grupo hacia estas especulaciones, conversaciones. Mi padre fue un viejo tradicional; con su guitarra de vez en cuando animaba los atardeceres. En esa pausada instilación de estilos criollos que su mano desgranaba, ensamblados ellos cobre el crepúsculo ¿no estaría una de las raíces del canto y del grito que en mi persona se hizo, si no expresiva, una modesta intención?
No podría hablar de primeras creaciones quien, confinado en el campo donde transcurrió mucha parte de su vida de maestro, pudieron ella traducirse en muy esporádicas colaboraciones que alguno que otro periódico o revista de pueblo daba cabida. Y como se puede imaginar, no faltaban esos pecados juveniles de los versos. Todo en forma irregular, tanto que puedo asegurar que las más orgánicas son de reciente data, estos cuentos reunidos en libro, y otros publicados y no publicados.”
¿Para quién escribe? Mi intención se dirige a todo público. He hablado de expresión. Si la angustia de traducirla se canaliza en el grito cuando no halla otro cauce, como le ocurre a nuestro comprovinciano con el del sapukay, hallo que, refiriéndose a aquel concepto de la antropología que “sitúa a la narración como constituyente esencial del hombre: ser que no solo habla sino que también refiere” (Knneth Burke), esta de la narración es una vía de ese anhelo de expresión por la que transita la canción o la protesta. Ella no puede sino dirigirse al lector genérico, de toda condición, más concretamente al cercano, al prójimo, a los parientes y amigos y a aquellos que por virtud de enlace podrán ser amigos míos en el futuro”.
¿Qué es la literatura para usted? - “El compromiso, con los demás y con uno mismo. Si la naturaleza y vocación te ha dado una voz para emitirla, no lo hagas sin causal y derrotero fijo. Pero aparte de esta convicción, cuantas veces no se dicen inmotivadas frases?
Vemos sí que las auténticamente vertidas, con pasión y verdad, son las que perduran. Solo recordamos el verso con mensaje, es decir, con belleza y veracidad.
Aparte esta rápida incursión en tan difícil tema, creo necesario reconocer con tantos autores y Raúl Castagnino en particular, que no todo lo que se escribe con intención es literatura sino solo lo que ha llegado a un estadio de belleza, lengua de la fuerza expresiva, poesía en suma. Podrá haber prosa mediata, podrá ella ser científica, culta, pero sólo alcanzará a ser literatura la que se haya rodeado de un hálito en el que quepan, por descontado la expresión gramatical, y la belleza inmanente, digamos con Castagnino : “ese no sé qué” de inefable que la exalta
¿Su creación literaria refleja el medio en que vive? Mi propósito ha sido ese. Tema central de mi libro “Sapukay Adentro” (cuentos) es el ambiente y el carácter del corentino del campo, del gaucho correntino, y allí juega, como otro personaje, el característico grito guaraní, con ese estado de soberbia y coraje que le es habitual en sus enfrentamientos, donde también vocea su candor (porque su salvajismo es cándido, virginal). Aunque interpretación muy personal, la considero válida. ¿Qué piensa de la literatura correntina? – Es una literatura importante, con exponentes de valía. En el cuento, que es lo que conozco, me atrevo a señalar un Gregorio Pisarello entre los veteranos, y son varios los jóvenes que hacen camio con firmeza. Esto dicho para la literatura actual (1971), pero no podemos dejar de mencionar la cuentística de Esquer Zelaya y la de Velmiro Ayala Gauna., con aquella autenticidad expresiva y de ambiente que domina su temática. Me inclino más por la del primero, en cuanto a su sinceridad, aunque la de Ayala Gauna se afina, en la medida que pierde distancia con el medio físico y humano que trata.
El campo correntino, por otra parte, representa un venero inexplotado por los literatos, puesto que en su seno duermen tradiciones bellas que esperan la pluma que las “despierten y hagan andar” por sus arroyos de leyendas para apearse en el hospitalario rancho de paja y terrón y despertarlo de su siesta correntina, que aún dormita; no habrá sino que acercarse a su leal hombre de campo, por substancial, como es él, conocer su “coquetería” de coraje, y trasmitir un mensaje de humanidad y comprensión del vaquero y agricultor esforzado que por gracia de un culto ancestral, entramó en su ser dos potencias que marchan y brotan coligadas ; su coraje y el grito Sapukay.
¿Tiene algunas proposiciones para su desarrollo? - Las proposiciones para su desarrollo tendrán que partir del conocimiento y proyección del ambiente natal, como dejo dicho, pero considero que no se debe caer por ello en la exageración de santificar por sí aun lo negativo. Tampoco habrá que dar sólo la nota jocosa con la que algunos cultores de letras para musicalizar han pretendido inventar un cocoliche correntino. Creo sí que habrá de exaltarse los valores que por tradición viven aún en el habitante del campo (donde se conservan puros los modos de una moral antigua y noble), el respeto hacia los padres y mayores, el sentido de la lealtad, su tremendo amor propio, pero habrá de denostar el afán suicida de jugar a la muerte, por ejemplo, en cuanta ocasión de riesgo se ofrezca, así como otros aspectos negativos que el alcohol, principalmente, genera.
¿Por qué literatura se inclina, Martín Fierro de 1870 o por Discépolo en 1930? Y la prueba de que ambas son acogidas por todo público, señala como se ha dicho en 1964 que la literatura nacional marcó una explosión con la literatura argentina. El grupo de Boedo precisamente, acusa esa necesidad de “retorno a las fuentes”, de un regreso a la temática nacional. En la línea -tanto en el plano del lenguaje como de la situación-. Con este propósito, un integrante de ese grupo (Elías Castelnuovo) hace unos años emitía declaraciones que afirmaban las diferencias existentes entre ellos y los del grupo Florida. Mientras aquellos se empeñaban en modificar solo las envolturas (lenguaje, imágenes, expresión), estos iban más lejos, hacia las estructuras de la sociedad, “ellos propiciaban la revolución de las imágenes y nosotros la revolución social. Me atrevo a decir tantas cosas impulsado por las preguntas y la cordialidad suya (dirigiéndose a Darwy Berti) un excelente periodista que engalanó las páginas del diario El Litoral. Fue un ensayista, poeta y narrador comprometido con la sociedad. Había nacido en Corrientes capital en 1937. Cursó sus estudios primarios y secundarios en Córdoba. Trabajó como periodista en el diario El Litoral hasta febrero del 2022, donde se destacó en las páginas culturales. A los 21 años de edad Darwy Berti fundó “Ediciones del Nordeste”, dos años después publicó su libro “La caverna”, poemas surrealistas. En 1972 publicó “Cuentos de payé y cuchillo” editado por la Dirección de Asuntos Estudiantiles de la Universidad Nacional del Nordeste y “Aspectos de Corrientes”, edición del XIV Congreso Argentino de Librerías. Publicó además los ensayos: Los greco guaraníes (1981) y Latín de Iglesia (1999); Cosmovisión de la literatura correntina (recopilación de artículos)
A Berti, no le atraían las alabanzas. Más bien le molestaban. Insensible a las ponderaciones, le daba lo mismo que lo aplaudan o rechiflen. Seguro de sí mismo, afirmaba sus razonamientos y defendía sus argumentos en forma tan rotunda que bordeaba la exaltación, convencido de lo que se trataba, porque conocía a fondo y con exactitud lo que decía y escribía. Gracias Maestro por permitirme recuperar esta nota desde un amarillento diario del año 1971, hallado en mi biblioteca la que siempre está aguardo sorprenderme.
Este diálogo que sostiene con Osvaldo Pérez Chávez, la considero una “clase magistral” que deberían aprovechar los Alumnos y Profesores de Literatura para enriquecer su verbo y su imaginación.