Rechazamos las declaraciones del Intendente de San Luis del Palmar (Corrientes), Néstor René Bujan. Resulta preocupante que declaraciones como las del intendente busquen deslegitimar —e incluso demonizar— la defensa de los derechos a un ambiente sano y equilibrado, desviando la atención de los verdaderos desafíos que los gobernantes deberían afrontar y aún no han atendido.
En un hecho insólito, el jefe comunal responsabilizó a “los ambientalistas” por las inundaciones sufridas en su municipio. Según sostuvo, al impedir que continuaran las obras de dragado en el arroyo Riachuelo (2018), San Luis del Palmar permanece bajo agua por más tiempo. Esta afirmación es falsa y revela un desconocimiento profundo.
Quienes acudimos a la justicia para detener este desastre ambiental provocado por una obra millonaria sobre el Riachuelo —su lecho y sus márgenes— acreditamos que, lejos de brindar una solución al problema recurrente de las crecidas del río y las inundaciones, la situación se agravó.
Precisamente, fueron las tareas de dragado las que alteraron negativamente las funciones ecosistémicas del Riachuelo, impidiendo el amortiguamiento de los eventos climáticos extremos. El bosque ribereño, que cumplía el rol clave en retener los sedimentos arenosos y prevenir la erosión de la ribera, fue destruido por el paso de maquinaria pesada a lo largo de ambas márgenes. La draga —que no podía desplazarse por sí sola a lo largo del arroyo— era arrastrada por dos retroexcavadoras ubicadas a cada lado, lo que intensificó aún más el daño sobre el lecho y las orillas. También se afectaron los humedales asociados, que quedaron cubiertos por el material producto del refulado (arena y agua), impidiéndoles por un lado, ser refugio de la fauna en época de sequías y, por otro, retener el agua de las inundaciones.
El Estado Provincial y el Instituto Correntino del Agua y el Ambiente (ICAA) debían demostrar en la justicia que la obra era necesaria y que constituía la única alternativa para evitar inundaciones. Eso jamás ocurrió: no pudieron demostrarlo. No presentaron ni una sola prueba idónea. En consecuencia, la sentencia (15 de julio de 2022), que se encuentra aún vigente y a la espera de ser cumplida, ordena al ICAA a reparar el daño causado al ambiente.
Insistir nuevamente con intervenciones que ya demostraron generar daños de alto impacto para la vida de todas las especies resulta absurdo y, cuanto menos, irresponsable. Como sociedad, deberíamos haber aprendido que las soluciones impuestas sin comprender el funcionamiento de los ecosistemas terminan profundizando los problemas que pretendemos resolver. Las obras deben ser integrales, planificadas con rigor y respetuosas del ambiente.
A su vez, se trata de un entorno que constituye hábitat comprobado de una especie declarada Monumento Natural: el lobito de río. ¿No es acaso un objetivo central de la provincia proteger su biodiversidad y sostener, con hechos, el compromiso ambiental que proclama?
Por otro lado, es fundamental comprender que ya nos encontramos atravesando la crisis climática y ecológica que la comunidad científica mundial viene advirtiendo desde hace décadas, a partir del registro sistemático de datos y el desarrollo de modelos predictivos. La combinación es letal: una crisis climática GLOBAL, que hace que los eventos extremos sean cada vez más frecuentes e intensos; y la destrucción LOCAL de ecosistemas —bosques, humedales, pastizales—, que potencia sus efectos devastadores y nos vuelve más vulnerables, afectando con particular rigor a los sectores económicamente más desfavorecidos.
Rechazamos de plano cualquier intento de DRAGAR el Riachuelo, una intervención que solo ha demostrado generar daño ambiental, financiado además con fondos de los propios correntinos. Y, a su vez, solicitamos al Estado, a la sociedad y a los medios de comunicación que impulsen un debate serio sobre las causas reales de los eventos climáticos extremos en nuestra región y la responsabilidad humana, promoviendo políticas públicas basadas en evidencia científica, justicia ambiental y el respeto por los ecosistemas.
Firmantes
- Renata Nicora Chequín
- Nora Rosana Maciel
- Silvia Zaninovich
- Melanie Browne
- Sofia Zalazar
- Belén Natalini
- Enrique Viale
- DEFENSORES DEL PASTIZAL
- ASOCIACIÓN ARGENTINA DE ABOGADOS AMBIENTALISTAS
- EL RIACHUELO SE DEFIENDE
- Fundación Mo.Ti.Cu