Monte Caseros vive horas de profundo dolor tras conocerse la muerte de Matías Astarloa, un joven artista y escultor cuya creatividad marcó la identidad visual y emocional de la ciudad.
Tras permanecer varios meses internado en Corrientes Capital, la noticia de su partida se confirmó en la mañana de este miércoles, generando pesar entre familiares, amigos y la comunidad cultural correntina.
Astarloa dejó una huella indeleble en Monte Caseros a través de obras que hoy forman parte del paisaje urbano y del corazón de sus vecinos.
El creador detrás del hierro y el fuego
Desde muy joven, Matías descubrió en el arte su modo de vivir y expresar el mundo. Fundó “Casa de Inventos”, su taller, donde dio vida a esculturas que mezclaban técnica, emoción y una mirada profunda sobre la naturaleza y la historia local.
De sus manos nacieron piezas emblemáticas como Las Lavanderas, Andresito, El pez guardián del río Uruguay, la silueta de las Islas Malvinas en la cruz de hierro, y El aguatero, entre muchas otras.
Su obra se distinguió por la capacidad de dar belleza a lo descartado, transformando metales, chatarra, madera o cemento en esculturas cargadas de simbolismo.
Heredero del oficio y del amor por el trabajo manual de su padre y su abuelo, Astarloa supo unir tradición, ingenio y sensibilidad.
“Matías veía posibilidades donde otros veían desechos. Su arte tenía alma, y cada obra hablaba de esperanza y transformación”, expresaron allegados al artista.
Su legado permanece vivo en cada escultura que hoy custodia el río Uruguay y los espacios públicos de Monte Caseros.