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Una estudiante de la Unne investiga materiales que cambian de forma

Lucrecia Marilyn Trullet estudia materiales que "recuerdan" su forma original y vuelven a ella después de ser deformados. Esta característica podría aplicarse a la creación de estructuras más seguras y duraderas.

Por El Litoral

Lunes, 01 de septiembre de 2025 a las 08:54

La estudiante de Ingeniería Electromecánica de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne), Lucrecia Marilyn Trullet, lleva adelante una investigación que podría tener aplicaciones muy concretas en la construcción: estudia materiales que «recuerdan» su forma original y vuelven a ella después de ser deformados.

Gracias a una beca de Estímulo a las Vocaciones Científicas (EVC-CIN), Trullet investiga bajo la dirección del docente investigador de la Facultad de Ingeniería de la Unne, doctor Juan Manuel Vallejos.  lo que en el mundo científico se conoce como "aleaciones con memoria de forma", metales especiales que tienen la propiedad de poder ser doblados o estirados, pero cuando se los calienta, vuelven automáticamente a su forma original, como si tuvieran memoria.

Estos metales especiales se comportan de manera única: cuando se los deforma aparentemente de forma permanente, un simple calentamiento los hace recuperar su forma original de manera completamente reversible.

La clave de este comportamiento está en lo que ocurre a nivel microscópico dentro del material. Los átomos que conforman estas aleaciones pueden reorganizarse de manera ordenada cuando cambian las condiciones de temperatura o presión, permitiendo que el material "recuerde" y recupere su forma inicial.

Los ensayos en el laboratorio, se realizan con una máquina universal de pruebas que puede medir con precisión las fuerzas generadas.

El proyecto se enfoca específicamente en aleaciones basadas en hierro, particularmente en combinaciones de hierro con manganeso, silicio, aluminio y níquel. Estas mezclas metálicas fueron elegidas no solo por sus propiedades especiales, sino también porque son relativamente económicas y tienen buenas características mecánicas.

¿Para qué sirven estos materiales "inteligentes”?. La aplicación más interesante que investiga Trullet podría influir en la forma en que se construyen edificios y estructuras: usar estos alambres especiales para mejorar la resistencia del hormigón armado.

El hormigón tiene una debilidad conocida: resiste muy bien cuando se lo comprime (como una columna que soporta peso), pero es muy frágil cuando se lo estira o flexiona. Por eso se lo refuerza con barras de acero, creando el hormigón armado por todos conocido.

Actualmente, cuando se quiere hacer hormigón de alta resistencia, se utilizan técnicas de "pretensado": se estiran barras de acero de alta resistencia antes de colar el hormigón, y luego se las cortan. Como las barras no pueden volver a su longitud original debido a que están embebidas en el hormigón endurecido, quedan ejerciendo una presión constante que mejora la resistencia de la estructura.

La propuesta de Trullet es la siguiente: en lugar de estirar mecánicamente las barras de acero, usar alambres de estas aleaciones especiales ya deformados. Una vez que el hormigón esté colocado y endurecido, bastaría con calentar ligeramente la estructura para que estos alambres "recuerden" su forma original y traten de volver a ella.

Como estarían confinados dentro del hormigón y no podrían recuperar completamente su forma, generarían automáticamente las fuerzas de compresión internas necesarias para fortalecer la estructura.

Los alambres de 3 milímetros de diámetro de estas aleaciones de hierro con manganeso, silicio, aluminio y níquel, son sometidos a ciclos controlados de deformación y calentamiento.

Esta técnica tendría ventajas importantes sobre los métodos actuales: sería más simple de aplicar, no requeriría el complejo equipamiento hidráulico que se usa en la actualidad, y permitiría activar el refuerzo en el momento exacto que se necesite, incluso después de que la estructura esté terminada.

Metodología

Para probar su hipótesis de que estos materiales pueden generar fuerzas suficientes para mejorar significativamente el hormigón, Trullet desarrolla ensayos precisos en el laboratorio de la Facultad de Ingeniería de la Unne.

Su metodología consiste en tomar alambres de 3 milímetros de diámetro de estas aleaciones especiales y someterlos a ciclos controlados de deformación y calentamiento, midiendo exactamente qué fuerzas desarrollan cuando se les impide recuperar su forma original.

Los ensayos se realizan con una máquina universal de pruebas que puede medir con precisión las fuerzas generadas, mientras que la temperatura se controla mediante un sistema especial de calentamiento que permite simular las condiciones reales de uso.

Impacto de la investigación

Si los resultados confirman la hipótesis, esta investigación podría abrir las puertas a una nueva generación de estructuras de hormigón más resistentes y eficientes.

Abriría otras líneas de investigación relacionando las características microscópicas de estos materiales con sus propiedades macroscópicas, y calculando el efecto real que podrían tener en elementos estructurales como vigas y columnas, sentando las bases para una eventual aplicación industrial de esta tecnología.

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