La beatificación de la religiosa fue proclamada poco después de las 11.30 por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de los Santos, quien viajó especialmente desde el Vaticano, hecho que conmovió a los pergaminenses de fe católica, los cuales aplaudieron su presencia.
El inmenso altar fue levantado en el predio en las inmediaciones de la ciudad y allí subieron unos cincuenta obispos mientras que abajo estaban sentados unos 160 sacerdotes y otros tantos seminaristas llegados de distintas partes.
Una inmensa imagen de María Crescencia rodeada de flores fue descubierta en el transcurso del emotivo acto y en la que familiares de la familia de la nueva beata, familias Pérez y Rodríguez portaron el pan y el vino para ser consagrado en la misa.
En el momento de la homilía, el cardenal italiano brindó una semblanza de María Crescencia, dijo que la llamaban "sor Dulzura" y que el Papa Benedicto XVI ha visto" en ella "a una consagrada que ha vivido heroicamente".
"Los testigos afirman que llevaba una existencia angelical. Estaba dispuesta a la ayuda al prójimo" y además profundizaba su "espíritu de oración para salvar almas". Destacó que su jaculatoria era "hágase la voluntad de Dios" y que "los testigos decían que tenía el corazón en el cielo", con "un amor intenso al prójimo: su caridad era total, mansa y paciente con todos".
"Tenemos mucha alegría porque esto es una gracia muy profunda del Señor, esperemos que este acontecimiento nos sirva para ser mejores, para la conversación", explicó la hermana Hilda de la Congregación del Huerto, a la que pertenecía la nueva beata.
Religiosos y fieles llegados de Brasil, Chile --donde vivió y murió María Crescencia-- India, Uruguay, Paraguay, Congo entre otros países, además de provincias argentinas, dieron un marco de universalidad a la ceremonia.
En el momento de la proclamación de su beatitud, muchos pergaminenses, entre los que se incluían fotógrafos, no podían suprimir las lágrimas".
El cardenal Amato, en el final de la lectura que realizó en perfecto castellano, afirmó: "Argentina puede estar orgullosa de haber dado a la Patria una gran benefactora de la humanidad".