Una pareja danzaba al ritmo del dos por cuatro sobre un escenario emplazado en el patio de la institución. Aplausos acompañaron el cierre de la presentación de uno de los números artísticos que nutrieron la agenda de la “Expo Soler/2012”, oportunidad en la cual, los alumnos, sean menores o mayores de edad, exhiben el trabajo de todo un año.
A la Escuela Profesional Nº 9 “Doctor José Francisco Soler” concurren más de 450 estudiantes cuyas edades no conocen de barreras ya que asisten niños, amas de casas, abuelos y adolescentes. La institución se proyecta desde sus cimientos. Ubicado en la esquina de Reconquista y Lamadrid en el barrio Santa Teresita, un grupo de vecinos y allegados decidieron brindar una copa de leche a los chicos en tiempos de crisis, 40 años atrás.
Con clases de apoyo escolar, el centro fue extendiéndose a la par de la constitución orgánica de la comisión directiva. Luego se abrieron talleres de capacitaciones hasta convertirse en una escuela profesional donde se enseñan oficios como gastronomía, talabartería, costura e indumentaria, panadería, pintura sobre tela (allí concurren niños), cotillón, diseño gráfico, computación y reparación de PC, electricidad y peluquería.
Vale mencionar que en los cursos relacionados con seguridad e higiene sólo asisten mayores de 18. Mientras que la alumna de mayor edad supera la séptima década.
Allí, además, asisten seis alumnos de la modalidad especial donde se capacitan en oficios. El proceso educativo forma parte de un convenio con el Instituto Crecer. Los chicos aprenden con docentes cuyos perfiles se adecuan a la modalidad.
La expansión de la Soler fue tal que también cuenta con un Nivel Inicial con salas de 4 y 5 que nació como demanda de las amas de casas que concurrían a clases. En el turno mañana funciona una Escuela Secundaria, con aproximadamente 300 alumnos. También cuentan con dos anexos, uno en el barrio Laguna Seca en el Centro “Nuestra Señora de Itatí” y otro en el Jardín Botánico de Corrientes, ubicado sobre la continuación de avenida Medrano.
Sin embargo, desde la institución, han decidido mantener su actividad primigenia ya que están en funcionamiento dos centros de apoyo escolar para alumnos primarios donde también se sirve la copa de leche y se refuerza el plan alimentario con desayuno y almuerzo. “Estamos abiertos permanentemente hacia la comunidad”, dijo a El Litoral la profesora Miriam Valenzuela.
En la tarde del viernes, la Escuela se convirtió en una vidriera de exposición de trabajos y números artísticos. Así, en los stand se podría apreciar panificados, reparación de PC, entre otros.
“La exposición forma parte de la caja curricular de la escuela que responde al plan de estudio”, indicó Valenzuela. “Cada especialidad expone sus trabajos”, señaló la docente, quien además, explicó que algunos estudiantes, especialmente, las mujeres de mediana edad, concurren no sólo para obtener una salida laboral rápida, sino también como una especie de terapia.
El objetivo de la escuela, no obstante, es “otorgar una salida laboral” y con ello, el acceso al mundo del trabajo, según explicó la referente educativa. De gestión privada, el mantenimiento de la escuela se sostiene con la venta de los trabajos de los alumnos. Mientras que el salario del personal corre por cuenta del Estado.