"No hay una edad para comenzar. Desde el momento en que los chicos empiezan a comprender la importancia de sentarse a la mesa en familia se les puede enseñar a tener un buen comportamiento", explicó durante una entrevista KarinaVilella, directora del Centro Diplomacia Karina Vilella y encargada de los encuentros de protocolo para niños que se dictan en el Alvear Palace Hotel de la ciudad de Buenos Aires.
Por supuesto, como todo en la vida, los adultos somos los primeros que debemos predicar con el ejemplo porque, tal como explica la especialista, nuestros hijos buscan el espejo de sus padres y los copian, por lo que no sólo debés corregir con un llamado de atención verbal sus malas actitudes sino que, sobre todo, debés mostrarles con hechos cuál es la manera correcta de proceder.
Modales básicos
Lo primero que deben aprender es a tener una buena postura. Sentarse derechos y no recostarse en la silla ni sostenerse la cabeza con la mano mientras comen. Además, hay que explicarles que los bocados van a la boca y no la boca a los bocados.
En cuanto al uso de la servilleta (que se coloca doblada sobre las piernas), hay que secarse la boca con la cara interna de la primera tapa "así cuando baja, la mancha y la suciedad quedan del lado de adentro", dice Vilella.
Si están en un restaurante o fiesta donde les sirven la bebida en copa, deben tomarla siempre del pie, sin importar qué estén tomando. De esta manera no calientan la bebida ni dejan huellas en el cristal.
Los cubiertos: "Una vez que uno los levanta del mantel, nunca más lo vuelven a tocar", sentencia la especialista. Y continúa: "Si los tomo para cortar un pollo, para descansar hay que dejarlos en el borde del plato, con el tenedor a la izquierda y el cuchillo a la derecha. Cuando descansan, las púas del tenedor van hacia abajo y cuando uno termina de comer, el tenedor va siempre con las púas hacia arriba y ya se ponen los cubiertos juntos y paralelos marcando imaginariamente las 11.25 de un reloj". Prohibido dejar la mitad sobre el plato y la otra sobre el mantel como si fueran remos.
Para comer el pan, es necesario poner un plato especial, a la izquierda de cada comensal. Allí es donde los chicos deben trocearlo con la mano. "Se corta sólo el bocadito que se va a untar con manteca para ser llevado a la boca", dice Vilella, quien suma un dato: el pan con manteca se come después del primer plato y no antes porque se utiliza para limpiar el paladar entre plato y plato y no para saciar el apetito.
La sopa se toma del borde del plato y de arriba hacia abajo. No se aspira ni se sopla (ni la sopa ni ninguna otra comida caliente).
De la boca sólo se pueden retirar con la mano los carozos y las espinas. Si les queda un huesito de pollo o alguna otra sorpresa, hay que levantarse, ir al baño, resolver el problema y regresar.
Dudas afuera
Si van a comer pizza o empanadas, nada de cuchillo y tenedor. ¡Se comen con la mano! Además, adentro de casa hay algunos permitidos que fuera del hogar no podemos reproducir. Comer las papas fritas con la mano o mojar el pancito en el tuco son algunos de ellos.
Si llevás a los chicos a un local de comidas rápidas, ¡disfrutalo y dejá que lo disfruten! Eso sí, debe quedar súper claro que si bien ahí pueden hacer algunas cosas (como comer las papas fritas sin cubiertos y mojarlas en la salsa de tomates), cuando van a un restaurante o son invitados a una casa no podrán repetirlo.
Por último, no queda bien levantarse a cada rato para ir al baño, por lo que sólo está permitido ir en caso de urgencia. Por supuesto, estos y otros modales hay que inculcarlos con el ejemplo y corregir a los chicos con mucho respeto y cariño. "Siempre hay que hacer la llamada de atención lo más cortés posible, sin que parezca un reto", recomienda Vilella.