La adolescencia es un momento de la vida clave para formar la personalidad, para fortalecer la autoestima. Pero para algunos, las inseguridades propias de esos años se ven amplificadas por una enfermedad limitante, estigmatizante, que los aísla socialmente y de la que recién hace muy poco tiempo se empezó a tener conciencia y a diagnosticar: la hidradenitis supurativa. Por eso, desde la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) lanzaron una campaña para detectarla tempranamente en esta población.
La hidradenitis supurativa (también llamada HS) es una enfermedad de origen autoinmune que se expresa en la piel. Provoca pústulas muy dolorosas, que suelen aparecen en los pliegues de la piel (por ejemplo, en la ingle), que además supuran y dan mal olor. Por mucho tiempo tuvo una alta tasa de subdiagnóstico, por falta de capacitación en los médicos o porque se la confundía con otras patologías. En los últimos dos años, a partir de la aparición de nuevas opciones terapéuticas, desde la SAD comenzaron a capacitar fuertemente a los dermatólogos y a lanzar campañas de concientización.
Sin embargo, para quienes la padecen, la HS es una enfermedad tabú: los enfermos suelen aislarse socialmente, con las lógicas consecuencias emocionales. “El impacto psicológico se manifiesta en la conducta sexual y social. Por eso, el abordaje de la enfermedad es aún más complejo. Se trata de un proceso que lleva al paciente a convivir con una enfermedad dolorosa, que puede dejar cicatrices en última instancia y que provoca supuración y mal olor durante los brotes de la enfermedad”, explica el dermatólogo Alberto Lavieri, máximo referente en el país en el tratamiento de la HS.
Se calcula que unos 500.000 argentinos sufren hidradenitis supurativa. “Si bien la enfermedad suele diagnosticarse aproximadamente después de entre los 21 y 24 años, los síntomas pueden iniciarse antes, tanto en la adolescencia, durante o inmediatamente después de la pubertad, e incluso un 1% inicia en la niñez. Se estima que el 36% de los casos de hidradenitis supurativa debutan entre los 11 y los 22 años”, señala Cristina Pascutto, presidenta de la Sociedad Argentina de Dermatología.
Preguntas frecuentes
1. ¿Cuál es su causa?
La causa de la HS es desconocida. El evento primario en la HS es el taponamiento de la piel en la salida del vello/pelo (canal folicular). Dentro de la piel, asociado al canal folicular están las glándulas sebáceas y las glándulas sudoríparas. La oclusión del canal folicular condiciona una ruptura del mismo y la extrusión de sus contenidos, incluyendo las células de la piel, bacterias que viven asociadas al folículo, sebo, y los folículos pilosos en el tejido circundante, y aparece la respuesta inflamatoria característica de la HS, que conduce a la formación de nódulos y abscesos, que afectan a todas las estructuras asociadas al folículo.
Paralelamente a este acontecimiento, en los pacientes con HS, la respuesta inmunitaria que se produce en respuesta a la oclusión y ruptura folicular parece alterada, de manera que se produce una cascada de liberación de moléculas inadecuada, lo que conduce a una respuesta inflamatoria exagerada.
No es infrecuente la colonización de las lesiones por bacterias como el Staphylococcus aureus. Éstas se postulan como un evento secundario en la patogenia de la enfermedad y se ha desestimado el papel protagonista de las mismas en la etiología de la enfermedad.
Así, cada vez conocemos y nos acercamos más al verdadero origen de la HS. Inicialmente se postuló que se trataba de una infección; posteriormente una enfermedad de la glándula sudorípara apocrina; en la última década tomó protagonismo la oclusión del folículo piloso. Recientemente, se aboga por centrar la enfermedad en esta respuesta inflamatoria inadecuada a la oclusión folicular, y se engloba dentro de las enfermedades autoinflamatorias, es decir, los pacientes con HS producen respuestas inflamatorias exageradas frente a eventos comunes.
2. ¿Cuáles son los factores de riesgo?
Los tres factores de riesgo más bien identificados para el desarrollo de HS son: el hábito tabáquico, la obesidad y la historia familiar de HS. Las probabilidades de tener HS son 9,4 veces mayores entre fumadores activos (89%) que entre los no fumadores o ex-fumadores (11%). Además, el tabaquismo activo se asocia con presentar una enfermedad más severa.
Distintos estudios también relacionan la HS con la obesidad, y más concretamente con el índice de masa corporal (IMC). El riesgo de padecer HS se ha estimado que aumenta 1,12 veces, por cada unidad de aumento en el IMC. Recientemente, se ha identificado la relación de la HS con el síndrome metabólico (que incluye la obesidad del abdomen, la hipertensión arterial, la hiperglicemia y la alteración del perfil lipídico) y se sugiere que las anormalidades metabólicas pueden ser un factor contribuyente en el desarrollo de HS, particularmente en los pacientes más jóvenes.
Uno de cada tres pacientes con HS tiene algún familiar con la enfermedad. En algunas familias, se ha conseguido hallar el gen alterado implicado, y la herencia del mismo, aunque son casos excepcionales y en la práctica clínica no se realizan tales estudios. Parece que el hecho de tener antecedentes familiares a la enfermedad condiciona la aparición más precoz de los síntomas. La predisposición familiar parece que condicionaría la respuesta inmunitaria e inflamatoria aberrante en los pacientes con HS, igual que sucede en otras enfermedades autoinflamatorias.
3. ¿Cómo detectar un brote?
En la mayoría de pacientes la enfermedad evoluciona a brotes, esto es, alternando períodos de inactividad con periodos de reactivación de las lesiones y los síntomas. El síntoma más frecuente cuando empieza el brote es la sensación de dolor intenso, sobretodo punzante, en las localizaciones características. Se empieza a palpar entonces un nódulo debajo de la piel, que frecuentemente en esta fase no es visible, aunque es doloroso (se palpa una estructura dura, tipo garbanzo, debajo de la piel). Si la inflamación evoluciona, el dolor se mantiene y se visualiza el nódulo: la piel aparece enrojecida y se palpa el nódulo bien delimitado. Su progresión hacia absceso va acompañada de aumento del dolor, aumento de la rojez de la piel, y el nódulo ya no se palpa tan bien delimitado. El absceso puede drenar material purulento espontáneamente o bien después de una incisión.
En algunos pacientes, especialmente con HS grave, aparecen fístulas; después de un brote con varias lesiones, se establecen puentes por debajo de la piel entre los abscesos, que drenan pus durante mucho tiempo. Estas lesiones al curar dejan cicatrices, que pueden simplemente ocasionar una molestia estética o bien comprometer la extensión del brazo, cuando suceden en la axila.
4. ¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se efectúa de forma clínica, en base a la aparición de las lesiones descritas en las localizaciones características, de forma recurrente.
En algunos casos, su médico puede solicitar pruebas complementarias, que variarán en función de los síntomas del paciente y si presenta comorbilidades. Estas pruebas pueden incluir la práctica de biopsias cutáneas, cultivos de exudado, pruebas de imagen (ecografías, resonancias magnéticas), estudios reumatológicos y digestivos.
EN LA WEB
>> sad.org.ar
>> hidradenitis.com.ar
EL DATO
La HS es una enfermedad crónica que se caracteriza por la aparición recurrente de nódulos, abscesos, fístulas y/o cicatrices en las áreas anatómicas donde existen glándulas sudoríparas apocrinas, esto es, las axilas, las zonas submamarias e intermamarias, las ingles y genitales externos, los glúteos y la zona perianal.
La enfermedad es conocida con otros nombres como hidrosadenitis supurativa, enfermedad de Verneuil, apocrinitis o acné inversa.
DESTACADO
La hidradenitis supurativa es una enfermedad de origen autoinmune que se expresa en la piel.