Con balance positivo, finalizó la primera diplomatura para presos en la Unne

Mediante un proyecto auspiciado por Nación, la Universidad Nacional del Nordeste (Unne), la Red de Derechos Humanos de Corrientes y el Colectivo Yajá Porá lograron gestionar la implementación de la primera diplomatura para personas en contexto de encierro, que se dictó en la casa de estudios regional. La temática de la oferta educativa fue “Economía Popular” y, tras unas demoras por cuestiones burocráticas, comenzó a dictarse a mediados de mayo con unos 27 internos inscriptos de las unidades penales 1, 3, 4 y anexo San Luis del Palmar.

La semana pasada egresó la primera cohorte de esta propuesta que, si bien por el momento no está previsto que siga el año que viene, desde la organización consideran que tuvo éxito. La directora del Centro Cultural Universitario (CCU) y encargada de la diplomatura, Fernanda Toccalino, comentó a El Litoral que ahora están “haciendo el cierre de esta primera experiencia que creemos que fue muy rica, y estamos haciendo un análisis de cómo se fue desarrollando en función de los contenidos y módulos propuestos, los talleres que lo acompañaron alternativamente y considerando la respuesta por parte de los estudiantes, además de la pertinencia de los temas desarrollados”.

Si bien el objetivo a largo plazo es extender la oferta hacia las cárceles de Resistencia, Toccalino aseguró que por el momento “no está pensada una segunda cohorte” porque “nos quedaron cosas pendientes y queremos hacer un seguimiento de estos estudiantes al menos un año más”.

Progreso

De acuerdo a lo descripto desde la Unne, el cursado “estuvo orientado a una formación que les permitiera reconocer el contexto en el cual desempeñan su actividad productiva/económica, ya sea como microemprendedores o como trabajadores de la economía informal”. Al respecto, Toccalino señaló que si bien “hay algunos microemprendedores que se afianzaron en ese rol y sistematizaron su trabajo”, también “hay avidez de muchos por seguir estudiando”. “Me llamó la atención que varias personas consultaron si se podía incorporar psicología social”, agregó, y puso como ejemplo a una de las alumnas que “escribe poesías y cuentos cortos, y estábamos viendo si hay algún tipo de editorial autogestiva para ayudarla”.

“Hay que destacar que las clases fueron mixtas, lo que hizo que fuera un pequeño espacio de libertad para ellos, fue algo que les daba gusto y aportó mucho a la dinámica y al clima cordial que se vivió”, finalizó.