Las afirmaciones hubieran resultado inverosímiles hace tan solo dos semanas. El guión del chavismo, al igual que el de cualquier estamento de poder, consiste en escenificar unidad. Cuando se producen grietas, como ocurrió en Venezuela, las piezas del relato casi siempre acaban señalando a un traidor antes insospechado.
Según Nicolás Maduro, el máximo responsable de lo sucedido la madrugada del pasado 30 de abril fue el ex jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), a quien este viernes acusó de ser un infiltrado de la CIA.
No es una novedad que el general Manuel Cristopher Figuera desempeñara un papel en la operación, liderada por Juan Guaidó, que liberó al dirigente opositor Leopoldo López y buscaba alentar una quiebra de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, las palabras del mandatario son relevantes por el estado de ánimo que pretende trasladar a sus bases. El sucesor de Hugo Chávez viene a decir que, una vez identificado al colaborador que le dio la espalda, ha vuelto a tener pleno control de la maquinaria del régimen.