Por primera vez desde que hace tres meses comenzaron las protestas contra el Gobierno de Hong Kong, la Policía utilizó ayer cañones de agua para dispersar a los manifestantes en medio de violentos incidentes.
Ya antes de comenzar provocó controversia porque inicialmente fue prohibida por la Policía pero luego autorizada, después de que los organizadores se comprometieran a mantener un recorrido acordado.
Sin embargo, aunque estaba previsto que la marcha continuara con una concentración en un parque, una hora después algunos manifestantes comenzaron a armar barricadas, lo que provocó el despliegue de unidades antidisturbios que comenzaron a lanzar gases lacrimógenos para dispersarlos. Los manifestantes respondieron a la Policía con ladrillos y bombas de gasolina, por lo que se reprimió con vehículos de cañones de agua, dijeron fuentes de la fuerza de seguridad.
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