Se trata de una intervención, denominada como "psicocirugía" que tiene como objetivo mejorar los síntomas en pacientes que no presentaron avances significativos con tratamiento convencional de psicoterapia y medicación en sus cuadros de trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y depresión, informaron desde el hospital.
El innovador procedimiento, conocido como Estimulación Cerebral Profunda, fue realizado por el equipo de Neuromodulación del servicio de Neurocirugía del Hospital Italiano de Buenos Aires.
De qué se trata
La intervención consiste en la implantación de electrodos en áreas profundas del cerebro que se encuentran alterados, con el fin de modular su actividad neuronal a través de los pulsos eléctricos. De esta manera, se restaura la función de los circuitos cerebrales en cuestión, contribuyendo a la disminución de síntomas en los pacientes.
El procedimiento comienza con una planificación computarizada de imágenes (tomografías y resonancias) para establecer la ubicación exacta del cerebro en donde se situarán los electrodos.
Posteriormente, el neuroestimulador se implanta debajo de la clavícula o en el abdomen del paciente, y los impulsos eléctricos que emite se irán controlando y ajustando según cada caso particular mediante bluetooth.
Luego de la intervención, un gran beneficio es que suelen disminuirse las dosis de medicación en los pacientes, y la proyección de su evolución es alentadora: gracias a la neuroplasticidad, los cuadros continúan mejorando con el paso del tiempo.
Además de TOC y depresión, este procedimiento permite tratar la epilepsia, el dolor refractario (migraña, dolor de espalda fallida, Sudeck -dolor regional complejo y dolor pelviano abdominal), y movimientos anormales (Parkinson, espasticidad y distonía -alteración del tono muscular-).
Historias de vida
Un paciente de 37 años con un diagnóstico de TOC con más de 20 años de evolución y episodios compulsivos diarios de más de ocho horas de duración, logró, luego de la cirugía, mejorar el cuadro de conductas compulsivas que perjudicaban su vida social y laboral.
La intervención le permitió valerse por sí mismo nuevamente: volvió a vivir solo, reinició su actividad laboral, logró viajar en transporte público y visitar a familiares en otras provincias, entre otros importantes logros que atañen a su calidad de vida.
También realizaron la estimulación cerebral a un paciente de 45 años que presentaba un diagnóstico de trastorno bipolar y un cuadro depresivo mayor con ideación suicida sin respuesta favorable al tratamiento de psicoterapia y medicación.
En la etapa postquirúrgica, el paciente mejoró su ritmo de sueño, dejó de tener ideación negativa recurrente y pudo volver a salir de su casa.