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/Ellitoral.com.ar/ Ciudad

Insólito: vecinos quieren censurar la multipremiada película “Las mil y una”

La trama de la pieza audiovisual tiene un fuerte anclaje territorial y un grupo de habitantes del barrio donde fue filmada demostró su molestia por los tópicos que aborda la producción.  

Un grupo de vecinos de la ciudad de Corrientes realizó una petición online que busca, en primera instancia, cambiar el nombre de la película “Las mil y una”, recientemente estrenada en Netflix; pero también, censurarla y que quede fuera de circulación. 

El motivo de la iniciativa se relaciona con la trama de la pieza audiovisual -estrenada en febrero del 2020 y dirigida por Clarisa Navas-, ya que ésta tiene un fuerte anclaje territorial en el populoso barrio de Las Mil Viviendas, donde habitan más de 8.000 personas según los datos aportados por el último censo nacional realizado, del año 2010. 

La trama de la multipremiada película transcurre en el barrio capitalino Las Mil Viviendas y, si bien la historia se cierra sobre Iris, “Las Mil” es un protagonista más de la película: sus calles, pasillos, recovecos y baldíos forman parte de la narración, tanto como las personas que lo habitan.

Pero el filme también muestra al barrio desde un lugar menos pintoresco: la reacción generalizada ante un grupo de jóvenes que vive su despertar homosexual y debe surfear prejuicios y peligros. La cinta habla de la resistencia adolescente frente a una latente violencia y marginalidad. 

Debido a ello, y sumando que el filme cobró suma relevancia a partir de que la plataforma internacional Netflix compró sus derechos de distribución, la molestia se despertó entre algunos vecinos del barrio, aunque otros festejaron que una producción íntegramente filmada en Corrientes llegara a instancias de distribución tan importantes.

La recolección de firmas fue iniciada por Alberto Rivero, el vecino que administra la página de Facebook que reúne y crea lazos entre los miembros de la comunidad de Las Mil Viviendas. 

El petitorio fue realizado a través de una plataforma online centrada en el activismo y en la creación de campañas en contra (o a favor) de alguna medida, política o personaje. Aunque el título de lo propuesto por Rivero indica que los vecinos buscan el cambio del nombre de la película, al ingresar al petitorio, también suman la idea de “sacar de circulación la película” y algunos comentarios hablan de “censura”. 

“Esta película deja muy mal visto al barrio 1.000 Viviendas donde se filmó, los vecinos nos sentimos difamados y discriminados por el contenido de este audiovisual”, indican en el petitorio. 

La directora de la pieza audiovisual, Clarisa Navas se mostró sorprendida por la iniciativa e indicó a El Litoral que cree que “es muy chocante para los correntinos que esta sea la representación mostrada. Es impresionante cómo cuesta el tema de las diversidades sexuales”.

También admitió estar un poco molesta, pero consideró que tiene un costado bueno: “Se avivó una conversación que es necesaria”. 

Por otro lado, Navas explicó que a la película “se le demanda un nivel de verdad o de apego a la realidad olvidando la dimensión más importante del arte que tiene que ver con subjetividad” y recordó que Las Mil y Una está lejos de ser un documental. 

Hasta el momento, solo 50 personas apoyaron el pedido con su firma y algunos sumaron comentarios: “denigrante”, “deja mal al correntino y a quienes habitamos el barrio”, “opaca al arte y a la historia del barrio”,  “es vulgar, asquerosa, ofensiva”, son algunas de las opiniones.

Aunque las 100 firmas que los vecinos pusieron como meta se consigan, la plataforma no es una herramienta legal, por lo que no existe una consecuencia real. Por esto, el film continuará disponible para su visibilización sin ningún tipo de problema. 

Polémica

Sin embargo, hay quienes no se sumaron al descontento barrial: “En el barrio hay de todo, una película no cambia eso”, escribió Jorge del Castillo. 

Por otro lado, algunos vecinos cuestionaron los temas hacia donde la ciudadanía dirige sus esfuerzos: “En lugar de ofenderse por una película que ‘no representa’ al barrio, deberían tener la misma actitud y juntar firmas para pedir la renuncia de los funcionarios que no representan al pueblo en lo más mínimo”, expresó Ernesto López. 

Otros usuarios apuntaron al deterioro de las estructuras del barrio, los edificios y los espacios públicos y llamaron la atención a las autoridades y los vecinos. 

Por último, la polémica despertó historias personales: una joven vecina del barrio que prefirió permanecer  en anonimato, expresó que la polémica la llevó a reflexionar sobre cómo se sentía hace unos años, cuando se estaba descubriendo. 

“Crecí en Las Mil Viviendas, y sentí mucha cercanía cuando Iris (la protagonista) camina por el barrio con Renata (su interés amoroso); me removieron muchos recuerdos del clóset: el pánico y miedo de las miradas, preguntarse qué dirá la vecina, el verdulero, la amiga de mi abuela, mi mamá, el kiosquero, mi tía, que te hagan un “chistecito” los del almacén”, expresó la joven.

En diálogo con El Litoral comentó: “La tolerancia no es aceptación y nos siguen pasando cosas, nos insultan y nos acosan”. 

En tal sentido, detalló sobre situaciones de violencia que le tocó vivir en el barrio y que aún se repiten: estar con su pareja en la plaza y que desconocidos opinen sobre su relación o que le griten “tortillera de mierda” en la parada de colectivo. 

Mientras que los vecinos que iniciaron la recolección de firmas consideran que la película “no los representa”, esta joven se pregunta acerca de cuáles son las representaciones que están permitidas: “Hay un montón de historias que se pueden contar. ¿Acaso las disidencias no somos parte del barrio?”

(ME)

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