Los astronautas, testigos privilegiados de los ovnis

Por Francisco Villagrán

villagranmail@gmail.com

Especial para El Litoral

Desde que el hombre comenzó a salir al espacio, la mayoría de los astronautas fueron testigos de increíbles avistamientos de luces y extraños objetos que los acompañaron en casi todos sus viajes orbitales. El primer hombre en salir al espacio, el norteamericano John Glenn, también fue el primero en dar cuenta de la presencia ovni en el espacio profundo.  A pesar de que la NASA no reconoce oficialmente las fotos y filmaciones, muchas de ellas han sido “filtradas” y se han publicado en muchos prestigiosos medios de todo el mundo. Desde que fue lanzado el primer satélite artificial por parte de los rusos, han sido reportados muchas veces avistajes de distintos objetos.

Las misiones Geminis y especialmente casi todos los vuelos de las misiones Apolo, han sido testigos de la presencia de estos extraños aparatos, que son una muestra más de que no estamos solos en este infinito universo y somos observados por otras civilizaciones del espacio. Sin ir más lejos, durante el alunizaje de la Apolo XI, los astronautas Armstrong, Collins y Aldrin, manifestaron que extraños objetos acompañaron al módulo lunar Aguila, antes de que alunizara  y aún después de esto. Por supuesto que estas manifestaciones fueron desmentidas por las autoridades de la NASA, como fue siempre su costumbre en estos casos.

Detalles

Cuando la misión Apolo XI alunizó, dos naves no identificadas se encontraban estacionadas en la superficie de la Luna observando atentamente toda la maniobra. También existen fotos sacadas desde el módulo de comando de estos extraños aparatos que acompañaban a la misión. Cuando finalizó la misión Apolo XI, los astronautas tomaron rumbos distintos, pero las manifestaciones de muchos hombres que participaron en las distintas misiones Apolo, en especial Armstrong y Aldrin, confirmaron la presencia de los misteriosos objetos volantes a pesar la opinión en contrario de las autoridades. Pero, ¿cómo podrían contradecir o refutar el testimonio más que calificado de los astronautas, que estuvieron allá arriba, cara a cara con los objetos? Incluso hay firmes versiones de que Apolo XI  debió cambiar sobre la marcha y en forma urgente, el lugar elegido originalmente para el alunizaje (el cráter Aristarco) por el alternativo del Mar de la Tranquilidad, donde finalmente descendió el primer ser humano que pisó la Luna.

Hay un diálogo entre los astronautas y el Control Central de Houston, donde mencionan la existencia de extrañas naves que se mueven sobre la superficie de la Luna. Este diálogo “top secret” fue captado por un radioaficionado italiano y reproducido textualmente y, por supuesto, fue negado por las autoridades. Sin embargo es cada vez mayor el número abrumador de pruebas de la existencia de estos objetos y sus tripulantes, que en muchos casos, en los últimos tiempos, se muestran abiertamente e incluso mantienen algún tipo de contacto. La última  misión de la serie Apolo, fue la Apolo 17. El astronauta Eugene Cernan, escribió las iniciales de su hija en el polvo lunar, cerró la escotilla de su módulo de comando y justo antes de despegar dijo: “Larguémonos de aquí, es suficiente”. No se habría imaginado que las suyas serían las últimas palabras de un astronauta en la superficie lunar y que sus pisadas serían las últimas huellas humanas en la superficie de la Luna. La misión Apolo XVII se realizó en 1972 y fue el último viaje a la Luna del siglo.

Valiosos testimonios

Recordemos algunos de los contundentes encuentros protagonizados por naves espaciales estadounidenses: el 20 de febrero de 1962, en la Misión Mercury, John Glenn, el primero en salir al espacio exterior dando apenas un par de vueltas alrededor de la Tierra, tomó una sorprendente foto de dos objetos brillantes, uno más grande que el otro, que seguían a la cápsula espacial. El astronauta Conrad registró desde la cápsula Geminis 11, el 15 de noviembre de 1966, varios objetos luminosos que lo acompañaron durante mucho tiempo mientras circundaba la Tierra. Otro: el 3 de julio de 1966 el astronauta JamesMc Divitt fotografió un extraño objeto cilíndrico siguiendo a su cápsula. En la misión Géminis 7 fueron fotografiados dos objetos siguiendo la nave.

En julio de 1969, Neil Armstrong, el primero que caminó sobre la luna, fotografió a dos ovnis claramente en la superficie y vio a una enorme nave suspendida sobre él durante la caminata y se vieron perfectamente en las filmaciones y fotos, que aún hoy circulan. El informe que dieron los astronautas de esta misión hablaba de “una gran cantidad  de platos voladores los escoltaban permanentemente” las autoridades de la NASA no dieron mayores informes sobre esto, aunque tomaron el relato de los astronautas como verídico, no le dieron mayor importancia.

Lo concreto es que en todas las misiones espaciales, hubo una serie de extrañas experiencias con objetos no identificados  nunca aclaradas. El ex astronauta Brian OLeary´, profesos de Física y Astronomía de la Universidad de Princeton, fue el primero en romper el silencio impuesto por la NASA y el Departamento de Defensa a los astronautas. En una conferencia brindada en la Universidad sobre el espacio y su conquista, señaló que “a la luz de mi experiencia y de acuerdo con las investigaciones realizadas en el espacio, se debe tomar el fenómeno Ovni y las inteligencias de otros mundos, como algo que forma parte indisoluble de nuestra realizad cotidiana. Hay cosas que no se pueden negar, no podemos tapar el sol con una mano, es hora de que se conozca la verdad definitivamente.”

Estas no son presunciones ni testimonios aislados, sino solo algunos de los miles de relatos fundamentados de hombres de ciencia y pilotos cuidadosamente elegidos y entrenados para volar al espacio exterior, más allá de cualquier fantasía y todo intento por descalificar la realidad actual del fenómeno ovni.