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/Ellitoral.com.ar/ Opinión

Cinco desinformaciones sobre la vacuna Sinopharm contra el coronavirus

Por Florencia Ballarino

Publicado en Chequeado.com

La vacuna Sinopharm (Bbibp-CorV) fue desarrollada por la Corporación Grupo Farmacéutico Nacional Chino en colaboración con el Instituto de Productos Biológicos de Beijing (China). Se encuentra aprobada en la Argentina y en otros 55 países.

Es una de las 3 vacunas que producen actualmente laboratorios de China. También desarrollaron CoronaVac, de Sinovac Biotech -vacuna que actualmente se está aplicando tanto en Uruguay como en Chile- y Convidecia de la compañía Cansino Biologics junto con el Instituto de Biotecnología de Pekín. Esta última vacuna se encuentra aprobada en 8 países, incluida la Argentina, donde se firmó un acuerdo por 5.400.000 dosis pero hasta el momento no arribó ninguna al país.

El 7 de mayo último, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incorporó en la lista de uso en emergencias a la vacuna de Sinopharm contra la covid-19 y dio luz verde para que estas vacunas se desplieguen mundialmente a través del mecanismo Covax.

Es la vacuna con la mayor cantidad de dosis que cuenta la Argentina hasta el momento: arribaron 14 millones al 23 de julio último, un 46% de las 30 millones de dosis adquiridas. Sin embargo, también es una de las vacunas sobre las que han circulado más narrativas desinformantes, como muestra un trabajo de la organización First Draft.

En esta nota te contamos las desinformaciones más comunes que Chequeado ha identificado en torno a la vacuna Sinopharm en la base LatamChequea Vacunas y en sus monitoreos diarios de redes sociales, y qué dice la evidencia al respecto.

Sinopharm es “la peor vacuna” porque es menos efectiva. Falso.

Esta desinformación surgió tras las declaraciones del director del CDC Chino, Gao Fu -que luego fueron aclaradas- y la difusión de un estudio preliminar de la Universidad de Chile que mencionaba una efectividad del 3% con una sola dosis pero para la vacuna Sinovac, como contamos en esta nota.

Lo cierto es que la eficacia de Sinopharm para evitar cuadros sintomáticos y hospitalizaciones fue del 78% tras la aplicación de 2 dosis con un intervalo de 21 días de diferencia, según el análisis interino de los resultados del ensayo clínico de la fase III realizado en Emiratos Árabes Unidos y Bahrein que fueron publicados en la Revista de la Asociación Médica Estadounidense (Jama, por sus siglas en inglés).

Un reciente estudio realizado por el Ministerio de Salud de la Nación (que hasta el momento no fue publicado) muestra que las 3 vacunas que se aplican actualmente en la Argentina disminuyen en más de un 80% el riesgo de mortalidad con el esquema completo (2 dosis) en mayores de 60 años. 

Al discriminar por vacuna, se observa que la Sputnik V tiene una efectividad (es decir, qué tan bien funciona la vacuna en la vida real) con 2 dosis del 93,3%, la de AstraZeneca del 88,8% y la de Sinopharm del 84%.

“La eficacia de la vacuna Sinopharm es muy parecida para cualquier tipo de infección a las de las otras vacunas, alrededor del 80%, muy similar a la de AstraZeneca”, explicó a Chequeado Ricardo Rüttimann, coordinador de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (Sadi) y miembro de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain). 

Y agregó: “El estudio realizado por el Ministerio también mostró que Sinopharm tiene una efectividad con 2 dosis similar a la de AstraZeneca y para 1 dosis sí un poco menor. De ahí la importancia de las 2 dosis para cualquier vacuna y esta en particular”.

Como no produce efectos secundarios, la vacuna no funciona. Falso.

En redes sociales, varios usuarios contaron que no tuvieron efectos adversos tras darse la vacuna de Sinopharm, con lo cual pusieron en duda su efectividad.

“La ausencia de efectos secundarios no significa que la vacuna no funcione. Nadie sabe realmente por qué algunas personas tienen muchos efectos secundarios y otras ninguno. Lo que sí sabemos es que los jóvenes tienen una respuesta inmunitaria más fuerte a las vacunas que los mayores, cuyo sistema inmunitario se debilita con la edad”, aclaró la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (Save).

“Tenemos mucha experiencia con las vacunas inactivadas como la de Sinopharm”, explicó a Chequeado Rüttimann. “La ventaja es que es una plataforma ya conocida: la vacuna antirrábica o la de la Hepatitis A son vacunas inactivadas. Sabemos que son muy seguras y por lo general son menos reactogénicas (es decir, producen menos efectos adversos) pero eso no quiere decir que su eficacia sea menor”, agregó.

Para el especialista, hay que desterrar el concepto de que si una vacuna produce más efectos adversos es más efectiva: “Tenemos incorporadas al Calendario Nacional vacunas muy efectivas, como la de la Hepatitis A que con una sola dosis nos protege para toda la vida contra esa enfermedad y es una vacuna inactivada y muy poco reactogénica”.

La vacuna de Sinopharm requiere de una tercera dosis. Apresurado.

Hasta el momento, 2 dosis de cualquiera de las vacunas que se aplican en la Argentina han demostrado efectividad para prevenir que se desarrollen formas graves de la covid-19. No existe aún evidencia científica sobre la necesidad de una tercera o más dosis que sirvan como refuerzo a la vacunación. 

Solo hay 2 países en el mundo en los que se está aplicando una tercera dosis de refuerzo a la vacuna de Sinopharm 6 meses después de la segunda dosis: Bahréin y Emiratos Árabes Unidos. 

“Por el momento no hay ninguna recomendación en la Argentina de utilizar dosis de refuerzo para ninguna vacuna. Las recomendaciones locales deben estar basadas en la situación epidemiológica y eso también va a depender de cuales sean las variantes que circulen en el futuro en la Argentina. Dar una recomendación de un refuerzo para cualquier vacuna por ahora es equivocado o arriesgado”, sostuvo Rüttimann. 

Los datos científicos “no justifican por el momento” una dosis de refuerzo, que además “incrementa la desigualdad” en un momento en el que muchos países en desarrollo todavía no han podido inmunizar a sus poblaciones más vulnerables, advirtió el doctor Didier Houssin, presidente del Comité de Emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la covid-19.

Las vacunas de origen chino, como la de Sinopharm, están relacionadas al aumento de casos de covid-19. Falso.

La vacuna Sinopharm se basa en una plataforma de virus inactivado. Esto significa que mediante calor o productos químicos se destruye la capacidad del virus para replicarse y provocar la enfermedad, pero se mantiene “intacto” para que el sistema inmune todavía lo pueda reconocer y genere una respuesta inmune, detalló la OMS.

Esta tecnología ya ha demostrado que funciona contra enfermedades que afectan a los seres humanos. Por ejemplo, este método se utiliza para fabricar las vacunas antigripales y antipoliomielíticas.

En el caso de presentar síntomas compatibles con covid-19 con PCR positiva, existen múltiples posibilidades (en orden decreciente de probabilidad), según explica la Save:

Personas que fueron vacunadas inadvertidamente durante el período de incubación de la enfermedad.

Personas que se infectaron pocos días post-vacunación, ya que la respuesta del sistema inmune demora hasta 28 días y, si bien se conoce su protección frente a la enfermedad, aún se desconoce su posible efecto protector sobre la infección.

Personas que se enfermaron a pesar del efecto protector de la vacuna, ya que las mismas no ofrecen una protección del 100%.

La vacuna de Sinopharm está hecha con células de fetos humanos. Falso.

Como explicamos en esta nota, esta es una desinformación que circula hace varios años. Las vacunas no están elaboradas con células de tejidos de fetos humanos.

Como indica la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el proceso de producción de algunas vacunas se utilizan líneas celulares. Estas se generan a partir de células obtenidas de tejidos (humanos, animales o vegetales) y se cultivan en un laboratorio; por ejemplo, para investigar nuevos medicamentos o vacunas.

Los científicos usan líneas celulares porque los virus, a diferencia de las bacterias, necesitan células para crecer y multiplicarse. Las líneas celulares son necesarias para que los virus crezcan y se multipliquen, y puedan estudiarse en el laboratorio.

Las líneas celulares obtenidas en el laboratorio son copias de copias de fotocopias de una célula original de tejido fetal obtenido de abortos realizados en Suecia e Inglaterra hace más de 40 años. Estos abortos fueron voluntarios, respetaron la legislación de estos países y no se realizaron con la intención de generar líneas celulares para fabricar vacunas.

Por lo tanto, aunque en la investigación y producción de algunas vacunas se usan líneas celulares, ninguna vacuna contiene células fetales.

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