El profesor Fernando Gonzalez Azcoaga presentará la obra completa de Ernesto Ezquer Zelaya, editado por Moglia Ediciones, en la tradicional feria del libro de Caá Catí que en esta edición lleva el nombre de “Don de la luz no muere”. El evento será el próximo viernes a las 19.
Aqui un reseña del presentador y gestor del proyecto.
Ernesto Eliseo Ezquer Zelaya (1904-1952) es una de las personalidades más controvertidas de la Historia de Corrientes en el siglo XX. Caudillo y Estanciero, Señor de Vidas y Haciendas. fue también el gran escritor de pluma sólida y contundente para describir las costumbres y tradiciones camperas al punto de constituir hoy a setenta años de su muerte en uno de los referentes más notables y trascendentes de la temática abordada en la literatura, junto a Velmiro Ayala Gaúna y Pedro Meza Toledo.
No es común que en nuestro realidad y más allá también, contemos con la posibilidad de editar las Obras Completas de nuestros autores en ese rico calidoscopio de la literatura correntina que tantos aportes ha hecho siempre convirtiéndose en un referente insoslayable para aprehender el espíritu identitario de Corrientes.
Las Obras Completas de Ezquer Zelaya que vienen a exhumar del pasado remoto su mejor legado se compone de cuatro tomos que incluye aquellos títulos que inmortalizaron al controvertido escritor: “Poncho Celeste Vincha Punzó”, tal vez las más recordada obra y la única repetidas veces reeditada, “Puñado Yohá” y “Sucedió”, “Payé”, “Corrientes Ñu” y “Cartas Correntinas”.
En cada una de ellas el autor desarrolla una temática típicamente nuestra, mucha vinculada a “Santa Tecla” la Estancia del caudillo-escritor en la que usos, costumbres, creencias, fantasmas, actitudes, dejan al descubierto el sentir varias generaciones y su tiempo, en la forma y modo de entender la vida cotidiana alimentada de acciones que no siempre podemos comprenderlas si no buscamos la esencia misma del correntino, y de su circunstancia histórico-espacial.
La literatura de Ezquer Zelaya es rica por todo ello, pero más aún, por salvaguardar ese legado ancestral entre mítico y real que generacional y secularmente se ha transmitido y que en el cambio de los usos y costumbres inexorablemente tenderá a desaparecer.
Con Ezquer Zelaya y su literatura, ese legado identitario se inmortalizará, porque sus libros, su obra, su mítica, también las grandes pasiones que engendró, son hoy ya los símbolos no buscados pero visibles y contundentes de una realidad que supo saber existir.
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