Como todo padre, Frank Sinatra no era la excepción. Nancy Sinatra, su hija mayor se llevaba todas la de ganar, a quien le prestaba toda su atención en su incipiente vocación artística.
Convengamos Frank estaba casado con Nancy Barbatto, había nacido en el Barrio de Hoboken, Nueva Jersey. Sus hijos en total fueron: Nancy, Frank Junior, y Tina Sinatra.
Frank se volcó a Nancy, haciéndole estudiar una vez establecidos en Hollywood, California, donde desarrolló una importante actividad profesional, canto, baile, piano, como era costumbre en aquellos hogares con posibilidades de acceder a los grandes estudios. Tanto de radio, cine o televisión, que por entonces nadie se perdía la remota posibilidad de tener una estrella en familia.
Su primer álbum discográfico fue, “Boots” en el año 1966, haciendo el recordado dueto con su padre en el tema “Somethin stupid”. Pero indudablemente la estrella lo ha sido desde siempre, Frank que comenzó cantando entre amigos, luego presentándose en el concurso “Major Bowes Amateur Hour”, acompañado por su grupo musical “Hoboken Four”.
Sobre este principio profesional del padre, existe una versión que sitúa a nuestro querido Carlos Gardel en el devenir profesional de “los ojos azules”, como lo llamaban.
Estando Carlos Gardel en la ciudad de Nueva York, realizando algunas de sus más populares películas, “El día que me quieras”, “Volver”, “Tango Bar”, “Cuesta abajo”, como así “El tango en Broadway”, Nancy Barbatto pudo conocer y conversar con el popular Carlitos.
Estaba escrito, la estrella era él.
Ella, le hizo referencia, que Frank Sinatra era potencialmente un buen cantante, pero que le faltaba oportunidad como mejores amistades que lo llevaban más por las noches que en la verdadera búsqueda de su destino.
Carlos Gardel con su soberana simpatía le hizo saber al crooner en desarrollo, que se dedique a la búsqueda de ese cometido muy próximo, si es que quiere triunfar y que por lo pronto se presente en el concurso. Así lo hizo, y así ganó, convencido y perseverante, aconsejado por el porteño.
La primera con la que cantó Frank, fue la orquesta de Harry Arden, para pasar luego a la proyección que lo eyectó haber conformado con la flamante orquesta del trompetista Harry James, que venía de ser primera trompeta de la banda de Benny Goodman.
Hablando de Nancy la hija mayor de Sinatra, este la confirmó como integrante del elenco del espectáculo “Frank Sinatra Timex Show”. En la búsqueda de notoriedad igual que su padre en sus principios, amplió su repertorio de canto abordando los géneros de pop, country, y rock, acompañándose en piano, guitarra u orquesta.
Hizo películas también, especialmente una muy popular “Speedway” con el propio Elvis Presley como cabeza de reparto.
No le fue mal a Nancy con el canto en cualquiera de los medios más importantes de la radio, televisión y cine. Estaba el talento a mano, se respiraba y lo practicaban, hasta que lo citaron a Frank para una película de mucho éxito.
“De aquí a la eternidad”, con Burt Lancaster, Deborah Kerr, Montgomery Cliff, que le valió un Oscar a la mejor actuación, sin haber estudiado nunca teatro, ni menos cine.
Volviendo a la hija de “La Voz”, en su carrera como cantante, Nancy produjo 10 álbumes, mezclados con simples que eran las punta de lanza de cada exitosa emisión. El último larga duración, lleva por título “Shif ting Gears” en el año 2013.
Cuenta la historia, como todo tiene que ver con todo, siempre hay algo que ata circunstancias, que sirven para explicarnos cosas que no entendimos al principio, y sirven como corolario de algo.
En 1981, cuando Frank Sinatra fue contratado por Palito Ortega con la orquesta de Don Costa, para actuar en Buenos Aires, pidió por favor que lo acerquen al Barrio del Abasto, donde está la casa museo donde vivió Carlos Gardel, que quería conocerlo personalmente.
Agradeció la deferencia y el placer de reencontrarse con un pedazo de historia que alguna vez, en Nueva York lo aconsejó a que persista y se dedique a full a lo que los sueños lo empujaban.
Es más aún, muchos años después cuando Palito Ortega gestionaba para abrir una empresa de representaciones artísticas en los Estados Unidos, y le pedían referencias comerciales, se animó solicitarle al mismísimo Frank Sinatra.
El, apeló a sus contactos e hizo posible el sueño del argentino. Consultado años después por su noble gesto, respondió: que lo hizo porque vio personalmente en él los sacrificios que hizo para cumplir con el alto cachet de Frank Sinatra, y que realmente se merecía esa deferencia como alguna vez lo hizo Carlos Gardel para con él.
Las historias permiten conocer a las personas, porque a veces se atan cabos dispersos que tienen mucho que ver entre sí, dándonos una moraleja inesperada, más que nada aleccionadora.
Nunca terminamos de conocernos.