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Gimnasia se impuso a Barracas en un final con incidentes

Benja Domínguez se despidió del Lobo con el gol del triunfo.

Por El Litoral

Jueves, 22 de agosto de 2024 a las 19:00
El Lobo espera por el ganador de Boca-Talleres (foto gentileza Copa Argentina).

En un partido que terminó con serios incidentes, Gimnasia y Esgrima La Plata le ganó a Barracas Central por 1 a 0 y accedió por tercera vez a los cuartos de final de la Copa Argentina.
Un zurdazo de Benjamín Domínguez en su último encuentro en el club le dio el triunfo y el pase al selecto grupo de los ocho mejores del certamen federal al Lobo platense en un partido disputado en el estadio Néstor Díaz Pérez-Ciudad de Lanús del club granate.
Con este resultado, los dirigidos por Marcelo Méndez esperan por el ganador entre Boca Juniors o Talleres en la próxima fase.
Mostrando un buen fútbol, con combinaciones y conexiones, el Lobo sometió desde el inicio del partido a Barracas, que no pudo hacer pie más allá de un remate aislado de Coronel que supo tapar, sin mayores sobresaltos, Marcos Ledesma.
La figura del encuentro por esos minutos fue el arquero del Guapo, Marcelo Miño, quien tapó una doble chance inmejorable para que el Tripero no se fuera ganando al entretiempo.
En la segunda mitad, Gimnasia abrió el marcador enseguida a través de Benja Domínguez, quien se irá a jugar al Bologna de Italia. 
Con el correr de los minutos, la intensidad del Lobo cayó, y aunque tuvo ocasiones para ampliar la ventaja no lo sufrió porque el Guapo no le generó mayores situaciones de peligro. 
Antes del final, con Barracas Central lanzado al ataque para lograr el empate, Cabral había golpeado a Candia en el borde del área en un intento por despejar en el que su pierna siguió de largo y dio en la espalda del delantero, pero el juez no advirtió esa situación. Tras el pitazo, el jugador del Guapo decidió cobrarse desquite por mano propia. Y allí fue donde se desbordó todo, con el arquero Marcos Ledesma sumándose a la pelea y Candia recibiendo un golpe de atrás de Gustavo Cantó, uno de los suplentes.
Enseguida, los jugadores de Barracas comenzaron a perseguir al futbolista del Lobo, que estaba de zapatillas y pantalones largos, y se sucedieron nuevas patadas, piñas lanzadas que no llegaron a destino y una trompada que sí le dio en el rostro, mientras aparecían integrantes del cuerpo técnico, entre otros, para interceder. Incluso, voló un cartel de publicidad, el que se utiliza para las notas luego del partido. Y entonces, las cosas se pusieron peor.
De pronto el campo de juego del Granate se llenó de gente que corría, se peleaba, trataba de separar y se cruzaban piñas, mientras el árbitro Darío Herrera lanzaba tarjetas rojas al aire sin que se llegara a advertir para quiénes eran. Todo desbordado e impresentable.
 

 

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