Independiente Rivadavia de Mendoza se coronó campeón de la Copa Argentina tras vencer por penales a Argentinos Juniors en el Estadio Monumental Presidente Perón. El conjunto dirigido por Alfredo Berti soportó la expulsión de dos jugadores, la lesión de su arquero titular —figura en la tanda previa ante River— y la ausencia del entrenador en el campo por expulsión.
La “Lepra” se recuperó después de sufrir el empate en los últimos minutos del tiempo regular y terminó imponiéndose desde los doce pasos gracias a la figura del arquero Gonzalo Marinelli.
Sebastián Villa fue una de las figuras determinantes en la conquista. Protagonista en la tanda de penales, donde convirtió el gol definitivo, el colombiano se convirtió en ídolo del club mendocino.