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Borges y el Martín Fierro

(Homenaje con motivo de un nuevo aniversario del fallecimiento de J.L.B.,14/6/1986)  

Por El Litoral

Domingo, 15 de junio de 2025 a las 00:04

Por Dr Nelson R Pessoa
Especial para El Litoral

Abogado. Profesor Titular de Derecho Penal de la Universidad Nacional del Nordeste. Profesor de Posgrado en la Universidad Austral. Profesor invitado en Universidades nacionales y extranjeras. Ex Juez de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal de Corrientes. Autor de libros y publicaciones en materia penal y procesal penal.

 

En cierta ocasión Borges escribió: “Martín Fierro” es de los libros que yo más quiero; por eso mismo, trato de defenderme de esa pasión y de juzgarlo con probidad”, (“La vuelta del Martín Fierro”, Diario La Prensa, Buenos Aires, 24/11/1925, en “Jorge Luis Borges, Textos Recobrados”,1931-1955, pág.129.). Otra vez (en libro “Discusión”, artículo “El escritor argentino y la tradición”), escribió: ”Creo que el Martín Fierro es la obra más perdurable que hemos escrito los argentinos”; y a modo de comentario, pensaba que el otro gran libro es el “Facundo” de Sarmiento. 
La lectura de la obra de Borges, cuentos, ensayos, poemas, artículos, sus conferencias y clases dictadas en el país y extranjero (existen versiones escritas y videos), muestran su admiración por la obra de José Hernández.
Escribió tres prólogos a diferentes ediciones del célebre poema (ver Obras Completas, Emecé, Bs. As., 2003, Tomo IV, pág.84; forma parte de “Prólogos con un Prólogo de Prólogos”, pág.13 y ss., en el que se recopilan prólogos de Borges a diversas obras literarias.). En distintos momentos meditó sobre las opiniones de Lugones, Rojas y otros autores respecto del célebre poema. 
Analizó el “Martín Fierro” en numerosos ensayos, por ejemplo, en su extraordinario trabajo “Poesía Gauchesca” (Obras Completas, I, “Discusión”, pág.179), tema sobre el que dictó clases y conferencias, (ver Textos Recobrados 1931-1955, pág.261). En ese ensayo nos ilustró sobre las obras de Bartolomé Hidalgo, Hilario Ascasubi, Estanislao del Campo, Antonio Lussich, y al momento de tratar a Hernández dice: ”Llego a la obra máxima: el Martín Fierro” (pág.193).    
En la conferencia pronunciada en el Instituto de Cultura Hispanoamérica de Madrid, 19/11/1964, dijo: “Hernández, sin saberlo, sin proponérselo, ha agregado un hombre a la memoria de los hombres, un hombre que seguirá creciendo y modificándose en esa memoria lo cual me parece es lo propio de las obras que podemos llamar inmortales”.
Y, producto de esa admiración de la obra de Hernández, una breve prosa es “Martín Fierro” (en “El Hacedor”), pero en un trabajo de intertextualidad (habitual en la obra del Maestro Borges) merecen destacarse dos cuentos: “El Fin” y “Biografía de Isidoro Tadeo Cruz”.
En el primero (en “Ficciones”) se imagina un duelo entre Fierro y el hermano del “Moreno” al que mató en un duelo en el poema de Hernández. Aquí Borges pone “El Fin” a aquella historia, que comenzó con aquella muerte causada por Fierro y culmina con la imaginaria muerte de Fierro. El escenario es una pulpería perdida en la inmensidad de la pampa: “La llanura, bajo el último sol, era casi abstracta, como vista en un sueño”. 
En esta ficción borgeana el hermano del “Moreno” aguardó algún tiempo la llegada de Fierro, ejecutando “modestos acordes” con una guitarra. Y, nos narra cómo llegó Fierro a la pulpería: “Un punto se agitó en el horizonte y creció hasta ser un jinete, que venía o parecía venir a la casa”. 
Luego hay un diálogo entre los dos protagonistas de la historia y culmina con la narración breve del duelo. Muere “Fierro”; nos dice haciendo referencia al hermano del “Moreno”: “Cumplida su tarea de justiciero, ahora era nadie. Mejor dicho era el otro: no tenía destino sobre la tierra y había matado a un hombre”. Fueron los únicos testigos Recabarren, dueño de la pulpería, casi inmóvil en un catre y que “había perdido el habla” y “un chico de rasgos aindiado… taciturno”, tal vez, hijo del primero.
El otro cuento, de una enorme belleza, “Biografía de Tadeo Isidoro Cruz” (El Aleph). Nuestro escritor ensaya una biografía de Cruz, el personaje compañero de Fierro en el poema de Hernández, a partir de episodio cuando la policía busca a Fierro por las dos muertes que “debía”. La belleza de este relato – además del insuperable manejo de ese lenguaje simple, (se volvió enemigo del “barroco”), la ausencia de sinónimos, su maestría en el manejo del adjetivo, de la hipérbole, del oxímoron, de la metáfora  – es que Borges inventa una “biografía” de Cruz. En la obra de Hernández no hay elemento alguno en tal sentido. Cruz en esta ficción biográfica también tuvo una pelea con la policía, luego se hizo policía y ejecuta la acción de detener a Fierro (conforme el poema de Hernández). Y es entonces cuando aparece una idea presente en muchas obras de Borges: que tenemos un destino inevitable y en algún momento comprendemos tal destino y ese es un instante esencial en la vida humana (entre otros, “Poema conjetural” en “El otro, el mismo”, dedicado a su antepasado Francisco N. Laprida, Borges se imagina el pensamiento del héroe de la Independencia antes de ser asesinado: “Al fin me encuentro con mi destino sudamericano… Al fin he descubierto la recóndita clave de mis años, la suerte de Francisco de Laprida, la letra que faltaba, la perfecta forma que supo Dios desde un principio…”).
Cruz (he aquí una explicación borgeana de la conducta de este personaje policía que ahora pelea junto a quien viene a detener, que es el famoso episodio en el poema de Hernández), en ese momento comprende su destino al ver a Fierro en una situación similar a la que él vivió (en la imaginaria ficción que nos presenta el cuento) y nos dice: “Comprendió que un destino no es mejor que otro, pero que todo hombre debe acatar el que lleva adentro. Comprendió su íntimo destino de lobo, no de perro gregario; comprendió que el otro era él. Amanecía en la desaforada llanura. Cruz arrojó por tierra los quepís, gritó que no iba a consentir el delito de que se matara a un valiente y se puso a pelear contra los soldados, junto al desertor Martín Fierro”.

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