La Fiesta Provincial del Búfalo en Caá Catí dejó mucho más que un récord de ventas: confirmó el crecimiento sostenido de una cadena productiva que hoy impacta en la economía regional, el mercado inmobiliario, la gastronomía y hasta en las proyecciones de exportación del país.
En diálogo con Hoja de Ruta, la médica veterinaria e investigadora Irina Martínez analizó este fenómeno que ya marca el pulso del norte correntino. “Se vendió todo, y por encima del remate anterior. Eso muestra que hay plaza, hay mercado y una demanda que crece día a día”, explicó.
La exposición —que comenzó “a pulmón” hace años— hoy concentra genética de calidad, productores regionales y un ciclo de charlas técnicas que cada vez convoca a más participantes. La región integrada por Ituzaingó, San Luis del Palmar, San Miguel y General Paz se consolida como el epicentro bubalino del país, con un crecimiento estimado del 15% anual entre Corrientes, Chaco y Formosa.
El impacto se extiende más allá del campo
Tierras anegadas que valían 400 dólares la hectárea hoy llegan a cotizar hasta 900 o 1.000 por su aptitud para el búfalo. Productores de Córdoba, Santa Fe, Chaco y Misiones viajan para buscar genética y capacitarse.
La carne bubalina gana aceptación: en paneles de consumidores, solo el 30% detectó una diferencia, y la describió como “más tierna, jugosa y sabrosa”.
Ante la misión provincial que viajó a India —un país con un enorme mercado de carne bubalina— Martínez fue clara: “La demanda existe. Lo que nos falta todavía es volumen para abastecerla”.
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