El Ministerio de Producción de Corrientes inició esta semana la etapa más intensa del año para el programa provincial de nuez pecán, con la entrega de plantines a productores inscriptos. “Estamos en nuestra época más álgida. Mañana hacemos la primera entrega en Curuzú Cuatiá, el lunes en Goya, y así hasta principios de septiembre”, explicó Federico Debona, coordinador del programa Nuez Pecán de Corrientes.
Actualmente, Corrientes cuenta con 1.500 hectáreas plantadas, lo que la ubica como la tercera provincia productora del país, detrás de Entre Ríos y Buenos Aires. La mayoría de las quintas son recientes y se prevé que las primeras cosechas significativas lleguen recién en 2030, cuando los árboles tengan entre 8 y 9 años. “A partir de ahí, el pecan produce por 40 o 50 años”, destacó.
Zonas aptas para cultivo
Las áreas más adecuadas para este cultivo se concentran en el sur y centro-sur de la provincia, y en el oeste sobre el Paraná desde Bella Vista hacia el sur, explicó el profesional. Para ingresar al programa, la unidad productiva mínima es de 10 hectáreas y el riego es un requisito obligatorio. “Sin riego no podés inscribirte. El agua es indispensable: conduce nutrientes, fitosanitarios, hidrata y sostiene todo el ciclo fenológico del árbol”, señaló.
El proceso de admisión incluye una evaluación técnica en el campo del interesado: análisis de infraestructura, capacidad de trabajo y recursos disponibles. El Estado provee los plantines y asistencia técnica, y el productor comienza a devolver el costo recién al sexto año, en cuotas sin interés, para reinvertir en nuevos beneficiarios.
Aunque hay productores agropecuarios tradicionales, el 75% de los inscriptos en el plan proviene de otros rubros. “Tenemos médicos, comerciantes, profesionales con campos chicos que no son viables para ganadería o cultivos tradicionales. En superficies de 20, 50 o 70 hectáreas, el pecan es rentable y sustentable”, indicó.
La plantación se realiza entre el 25 de julio y el 25 de agosto, ya que el pecan se comercializa a raíz desnuda, en su etapa de dormancia. Los viveros correntinos y, en mayor escala, los entrerrianos abastecen el programa.
Debona remarcó que la mayor limitante para el pecan es geográfica: necesita varios meses de frío y calor bien definidos, lo que restringe su producción a pocas regiones del mundo. “El suelo se puede mejorar, la genética se puede elegir y el agua la tenemos; el clima es lo que no podemos controlar”, concluyó.