Un equipo del Laboratorio de Tecnología Inmunológica de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) desarrolla una vacuna nasal experimental contra el Trypanosoma cruzi, el parásito que causa la enfermedad de Chagas. En el proyecto participan investigadores del Conicet, la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y la Universidad Nacional del Nordeste (Unne).
La magíster Mónica Pérez Gianeselli, integrante de la Cátedra de Farmacología y Toxicología de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Unne, forma parte del equipo desde 2017. Su participación se centra en el análisis histopatológico del tejido cardíaco, un aspecto clave para evaluar el efecto del tratamiento en el corazón, órgano donde el parásito suele alojarse durante la fase crónica de la enfermedad.
El estudio fue publicado en la revista científica Frontiers in Immunology y muestra resultados prometedores para la prevención y el tratamiento de la cardiomiopatía chagásica crónica, una de las complicaciones más graves del Chagas. El proyecto apunta a pacientes crónicos, dado que existen medicamentos para la fase aguda de la enfermedad, pero no tratamientos efectivos para los daños cardíacos que surgen posteriormente.
Actualmente, el ensayo se encuentra en fase dos y se realiza en modelos experimentales con ratones, observados durante períodos de 54, 90 y 140 días. El equipo logró patentar el coadyuvante de la vacuna, un componente que mejora la respuesta del organismo al tratamiento.
Resultados alcanzados
Los investigadores demostraron que la vacuna nasal logra reducir la inflamación, la fibrosis del tejido y la cantidad de parásitos en el corazón de los modelos experimentales infectados.
En los ensayos profilácticos, la vacuna previno por completo las alteraciones electrocardiográficas, mientras que en tratamientos aplicados después de la infección disminuyó a la mitad la incidencia de arritmias, evidenciando beneficios incluso en etapas avanzadas.
En cuanto a los efectos sobre el sistema inmunológico, los investigadores observaron que la vacuna logró estimular defensas capaces de proteger mejor el corazón frente al parásito. También se registró una menor presencia de anticuerpos que dañan el propio tejido cardíaco, lo que indica un mejor control de la respuesta inmunitaria.
La vía intranasal representa una alternativa menos invasiva que la inyectable, permitiendo una absorción rápida y eficaz de los componentes y una estimulación directa del sistema inmune. Esta metodología, común en farmacología veterinaria, ofrece ventajas en seguridad y comodidad.
Pérez Gianeselli explicó que su trabajo consiste en observar mediante microscopio los tejidos cardíacos y comparar los resultados con los estudios inmunológicos realizados por otros integrantes del equipo, liderado por Iván Marcipar (UNL) y Ana Rosa Pérez (UNR).
El grupo presentó sus avances en distintos congresos científicos y acumula ya cuatro publicaciones en revistas internacionales. Actualmente continúa la fase experimental en animales antes de avanzar hacia la fase tres, que implicará ensayos clínicos en humanos.
“El modelo de infección oral empleado en este estudio será importante para evaluar la eficacia de las respuestas inmunitarias frente a otras vías de infección, constituyendo un objetivo esencial para futuras investigaciones”, destacó Pérez Gianeselli.