Hace pocas semanas, China sorprendió a la comunidad científica y al mundo, informando que una de sus espacionaves automáticas, mientras recorría la Luna haciendo diversas investigaciones, halló una enorme reserva de agua de unos 270.000 millones de agua en cristales. La información coincide con lo determinado por otras misiones realizadas en años anteriores, que confirman la presencia de agua en la superficie de nuestro satélite natural advirtiendo que se trata de cantidades tales que deben expresarse en toneladas, no líquidas sino en forma de hielo, situada por sobre todo en aquellas zonas de sombra perpetua, donde nunca llegan los rayos solares.
De acuerdo a estas nuevas comprobaciones, se facilitaría la instalación de bases permanentes en la superficie selenita, para ser habitadas por humanos. Idea que sigue siendo desarrollada por varias empresa privadas de astronáutica, entre ellas Space X, de Elon Musk. No son proyectos para ser concretados a largo plazo. La idea es enviar pronto misiones tripuladas a la Luna, para los próximos dos o tres años venideros y luego instalar en forma definitiva, algo así como pequeñas ciudades habitadas por humanos que pasarían largos períodos a efectos de realizar estudios e investigaciones que habrán de facilitar el posterior envío de misiones tripuladas a Marte y áun más allá, dentro de nuestro sistema solar. Algunos satélites de Júpiter también están en la mira de estos proyectos futuros. Lo de la presencia de agua en la Luna no es nuevo. Tras lo difundido el vapor de agua fue captado por dos instrumentos denominados detectores supra termales, dejados en la luna por astronautas de las misiones Apolo 12 y 14. Según lo informado, el fenómeno duró 14 horas y se extendía por una superficie de 25 kilómetros cuadrados, al borde oriental del sitio llamado Mar de las Tormentas, esto indica que hay posibilidad de agua líquida en el subsuelo lunar. Indicaba por entonces el profesor Freeman, adjunto de la Facultad de Ciencias del espacio de Texas, que el geiser que dejó escapar vapor coincidió con una serie de pequeños temblores captados por los instrumentos de sismología dejados en la luna por los astronautas de las misiones Apolo. Expresó que no esperaba encontrar geisers similares a la Tierra, pero se sorprendió al encontrarlo. Demás está aclarar que el tiempo fue pasando y nunca más se habló del tema. Qué extraño¡ Lo cierto es que los chinos que venían muy atrás en la carrera espacial, ahora ratificaron la existencia de agua en las profundidades del suelo selenita. Un paso que puede ser clave para instalar futuras bases espaciales.
No es ninguna novedad.
La presencia de agua en la luna no es ninguna novedad, aunque parece ser que irónicamente algunos hallazgos quedaron en el olvido. Tanto es así que instrumentos de las misiones Apolo ya habían captado la existencia de vapor de agua y en su momento al parecer no se le dio mayor trascendencia, vaya a saber por qué circunstancia. Hallar nubes de vapor de agua en algún lugar de la superficie de la luna, no es cosa común. Hoy, en base a la confirmación de este gran descubrimiento, muchas empresas multinacionales que tienen que ver con la conquista del espacio, ya se han puesto a elaborar posibles planes para un futuro no muy lejano, que implicaría la fundación de bases terrestres en la superficie de la luna, para desde allí emprender viaje rumbo al planeta rojo, Marte. Esta posibilidad está prevista para menos de diez años, según los cálculos de la NASA, que es una de las más interesadas en concretar este proyecto.
Siempre a partir de la existencia de agua en la luna, las cosas se simplificarían bastante y es factible establecer una base en Marte, que sería definitiva, ya que los astronautas que allí vayan, la harían en forma definitiva, dispuestos a morir en Marte. La cosa no será tan simple, teniendo en cuenta que un viaje a Marte llevaría unos 6-7 meses del tiempo terrestre. Ya se ha abierto una especie de pre inscripción en Estados Unidos, buscando astronautas dispuestos a viajar a Marte, sin regreso. Se buscan parejas jóvenes, preferentemente matrimonios de jóvenes científicos, médicos, que estén dispuestos a este viaje sin regreso. La cosa no es tan simple, ya que uno no sólo debe estar dispuesto a viajar “sin regreso” sino también estar preparado desde el punto de vista científico, emocional y físico, para poder soportar toda la odisea que implica emprender un viaje de este tipo, del cual están seguros que no volverán a nuestro planeta. Deberán dejar su familia, sus amigos, en fin, olvidarse del planeta Tierra en el cual nacieron, para iniciar una nueva vida en Marte, empezando desde cero. No será fácil, pero ya hay muchos interesados que se anotaron y están preparándose intensamente para esta colosal aventura.
Una parte más que importante en todo esto será la confirmación de la existencia de agua en la Luna. Su presencia en las profundidades de nuestro satélite sería de vital importancia para el futuro de la astronáutica, ya que su existencia, aunque sea en forma de cristales, no impediría que pudiera ser una fuente de energía clave.