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Carta al lector: 25 años de la promoción en la Facultad de Medicina de la Unne

Por El Litoral

Martes, 09 de diciembre de 2025 a las 08:12

El 6 de diciembre nos reencontramos en la sede de la Morgue de la Facultad de Medicina de la Unne para celebrar los 25 años de nuestra promoción 2000. Muchos volvimos a Corrientes después de décadas; otros nunca se habían ido. Pero todos llegamos con agendas apretadas, pacientes que atender, familias que dejar por unos días. No es sencillo decidir ir a estos encuentros… y, sin embargo, ahí estábamos. Y cuando regresaba en el avión me pregunté: ¿por qué fui? ¿Qué me empujó después de tantos años? Y aparecieron, una tras otra, palabras envueltas de emociones:

Alegría, la alegría simple y enorme de abrazar a compañeros, a amigos, algunos presentes en nuestras vidas hasta hoy y otros que se quedaron allá. Dicha, porque más de una vez, familias correntinas nos abrieron sus puertas, nos alimentaron los domingos, nos cuidaron como si fuéramos propios. Nostalgia por los lugares, los olores, anécdotas infinitas, charlas eternas, locuras compartidas, los chistes. En esa edad donde se aprende todo: lo bueno, lo malo, lo gris, lo indefinido. Íbamos juntos y volvíamos juntos.

Orgullo de haber pertenecido a esos míticos grupos de cursada, donde convivían competencia, compañerismo y esa sensación de que, si el otro podía aprobar, yo también tenía que poder. Gratitud por haber tenido la oportunidad de estudiar, en mi caso, como la primera generación de mi familia en acceder a la universidad pública.

Y entonces me quedé pensando en el cómo. Cómo se construye un recuerdo así. Cómo el cerebro decide guardar todo eso con tanta fuerza. Para que eso ocurra, hace falta algo más que aulas: hace falta una estructura humana y académica sintonizada. Y apareció una palabra que lo resume todo: casa.

La Facultad fue eso: una casa nueva. Un espacio físico, humano, creativo, lleno de una energía inagotable. A veces la imagino como una especie de Silicon Valley del Nordeste. Sí, ya sé: Silicon Valley es una cuna tecnológica de California… pero la versión correntina tenía lo suyo. Mucho calor, mucho río, muchísimos jóvenes, creatividad desbordada y un ingenio infinito para sobrevivir el mes. Con pequeños “detalles”: casi nadie tenía aire acondicionado, y nuestros grandes avances tecnológicos eran el walkman, el cassette, las fotocopias, la birome, los libros gordos, la biblioteca… y hacia el final, allá por 1997, la primera banda ancha de internet, el Messenger y todo lo que vino después.

Éramos un grupo joven inmerso en una casa habitada por profesores de un nivel que hoy, con el tiempo, se valora todavía más. Intenté recordar si alguna vez escuché las palabras “paro” o “clase cancelada”, y no pude. Siempre estaban. Comunicadores de ciencia “a capella”, sin powerpoint, sin coaching, sin colores, sin aditivos. Comunicadores rústicamente elegantes. Llegaron a nosotros con una palabra justa, al hueso, un reto a tiempo, un reconocimiento necesario.

Eso fue la Unne: una familia. Un lugar que no se movía mientras nosotros sí lo hacíamos, aprendiendo con una exigencia feroz —sí, feroz— que en ese momento naturalizamos, pero que hoy entendemos, nos templó. Ahí vimos disciplina, orden, dedicación.

El 6 de diciembre fue un día para agradecer a esta casa de estudios. A la Facultad, a quienes la conducen, a los visionarios de este sistema que sigue vivo. A nuestros profesores, que confiaron en aquella generación del 2000 y nos acompañaron desde lo académico, lo ético y lo humano. Recordamos con admiración las palabras en la ceremonia del Dr. Lombardo Sosa, Jefe de Cátedra de Fisiología, y deseamos con ansias que las generaciones futuras sigan formándose en esta casa con la misma pasión y ambición de ser mejores profesionales y ciudadanos. Con inteligencia artificial o sin ella, serán ellos quienes nos cuiden.

Ese día brindamos por la salud y la educación públicas: pilares esenciales para el desarrollo, la equidad y el bienestar de todos. Ese día brindamos por el Silicon Valley del Nordeste que, para nosotros, fue la Unne. 

Valeria Muro. MN 114254

Egresada  de la Facultad de Medicina de Unne.

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