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¿Cerro Porteño? o ¿Cerro de los Porteños?

La batalla de Paraguarí, también conocida como batalla de Cerro Porteño o, por error ortográfico, batalla de Paraguay, fue un enfrentamiento militar ocurrido el 19 de enero de 1811 en las cercanías de la localidad de Paraguarí (Paraguay), entre las fuerzas enviadas por la llamada Primera Junta de gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata, al mando de su representante, el coronel Manuel Belgrano, y las fuerzas de la Provincia del Paraguay, al mando de su gobernador, Bernardo de Velasco y Huidobro. Culminó con el rechazo del ataque de Belgrano y su posterior retirada hacia el río Tebicuary.
Al estallar la Revolución de Mayo en Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, el gobierno surgido de la misma, la llamada Primera Junta, invitó a las demás ciudades y provincias del mismo a unirse a la Revolución. La invitación, en realidad, no dejaba margen para la negativa, y todo gesto en el sentido de conservar los gobiernos anteriores a la Revolución fue interpretado como hostil.
Una de las razones para la resistencia a la “invitación” de la junta es que ésta intentaba mantener los privilegios del "orden colonial en beneficio del bloque comercial porteño. Este intento de “apropiación de poder” que llevó adelante “un sector de la burguesía porteña, que no va a dar muestras de querer compartirlo o distribuirlo entre los otros pueblos”, encontró resistencias en el Paraguay, en el Alto Perú, en Córdoba y Montevideo, las que cuestionaron su legitimidad. 

La provincia del Paraguay manifestó que su posición era reconocer al Consejo de Regencia de España e Indias como representante legítimo de Fernando VII, y mantener “armonía” y “fraternal amistad” con la junta de Buenos Aires "suspendiendo todo reconocimiento de superioridad en ella”. 
La capacidad que tenía la junta para enviar rápidamente diversas misiones militares al interior se basó en la fuerte militarización que había alcanzado Buenos Aires a partir de las invasiones inglesas en 1806. 

Las instrucciones a Belgrano  “Debía observar Manuel Belgrano que intensidad social vivía el pueblo paraguayo y consistían en dejó  a la provincia (del Paraguay) en completo arreglo, removiendo todo el Cabildo y funcionarios públicos, y colocando hombres de entera confianza en los empleos; y si hubiera resistencia de armas, morirán el Obispo, el Gobernador y su sobrino con los principales causantes de la resistencia (Los prisioneros y/o desertores deberán ser enviados a Buenos Aires para ser alistados en el ejército).
Belgrano salió de San Nicolás el 29 de septiembre de 1810 hacia Santa Fe, cruzó el Paraná y tras reunir sus fuerzas en la Bajada (antigua denominación de la Capital de entre Ríos), a fines de octubre reinició la marcha, haciendo su posta más prolongada en Curuzú Cuatiá, donde permaneció 11 días, arreglando carretas, armamentos y recibiendo donaciones importantes, como asimismo Fundó Formalmente la Villa de Curuzú Cuatiá y bendijo la bandera tricolor (amarilla, roja y azul), cuyas telas compró en Santa Fe y las damas de Curuzú las cosieron para que su Ejército y estado mayor tuviera “colores” que los diferenciara de las tonalidades españolas como las que tenía el Ejército Paraguayo. 
Arribó a Candelaria a mediados de diciembre. El día 19, el ejército inició el cruce del Paraná y ocupó Campichuelo, y al día siguiente Belgrano desembarcó directamente en Itapúa. inició su avance desde Itapúa hacia Asunción encontrando a su paso las casas abandonadas, cultivos destruidos y la ausencia de ganado que los lugareños habían arreado hacia el norte o escondido en los montes. 
Atribuyó esto al miedo que habían propalado los soldados paraguayos que se retiraron de Itapúa y Campichuelo. En un oficio confidencial Belgrano informó a la Junta la moral del ejército ante esta situación: "es prodigio el sufrimiento de los soldados que sostienen los derechos legítimos del amado Fernando VII”. ?

Sobre este avance comentó Velasco: Como Belgrano ignoraba el plan de defensa que yo tenía premeditado y no estaba convencido de la fidelidad al Rey y heroico valor de los habitantes de esta Provincia, ya se contemplaba dueño del Paraguay. En este supuesto emprendió su marcha con mil modestos soldados más o menos y seis piezas de artillería ligera, dirigiéndose con la mayor precipitación hacia el río Tebicuary, siempre observado por nuestras partidas que venían replegándose al ejército.     
El 5 de enero de 1811, José Ildefonso Machaín, al mando de la primera división del ejército argentino, cruzó el río Tebicuary. Dos días después Belgrano hizo lo mismo con el resto de sus fuerzas y viendo que persistía la actitud negativa de la población modificó su estrategia a una más prudente y conservadora, pero que a larga debilitaría progresivamente su capacidad ofensiva. En sus Memorias comentó: “Se pasó el Tebicuary, y nuevas casas abandonadas, y nadie aparecía. Entonces ya no me apresuré a que las carretas siguiesen su marcha, ni tampoco el coronel Rocamora, porque veía que marchaba por un país del todo enemigo, y que era preciso conservar un camino militar, por si me sucedía alguna desgracia, y asegurar así la retirada”.?
No obstante, Belgrano siguió avanzando confiado en la capacidad de sus fuerzas, y desde Itapúa, el coronel Tomás de Rocamora envió apresuradamente 150 hombres al mando del capitán Clemente López para que se sumaran rápidamente a Belgrano, mientras él avanzaría lentamente para alcanzarlo en el río Tebicuary. Pero Rocamora recién llegó al paso del río Tacuarí el 19 de enero, dos días después de producida la batalla de Paraguarí. Además, para complicar el abastecimiento de Belgrano, Velasco desalojó de hombres y alimentos el hinterland entre Itapúa y el lugar que él, a su conveniencia, elegiría para presentar batalla. 

¿Cerro Porteño?  o  ¿Cerro de los Porteños? 
Al cruzar el río Tebicuary, Belgrano superó la segunda línea defensiva que disponía Velasco para frenar su avance hacia Asunción. El 4 de enero de 1811, Velasco llegó a Paraguarí. Decidió organizar allí su línea defensiva. Una vez que Belgrano tomó posición en el cerro Mba'e (o Rombado). Queda instalado para siempre el nombre de Cerro Porteño, a partir de una casualidad: “El cerro era elevado y amplio; desde una altura de 4 o 5 metros se observaba todo el frente de la “inminente batalla”. El general Belgrano lo convoca a su Secretario el Coronel Ignacio Warnes, y le dice: “Este Cerro Warnes se lo mejor que nos pudo haber puesto Dios en nuestro camino. “Desde aquí tenemos una visión  clara y un panorama que abarca todo el terreno que nuestros ojos pueden ver”. ¿Cómo es el nombre de este Cerro? Y Warnes contesta: “Buscaré a nuestro “baqueano coronel Belgrano y que en su idioma me lo diga. Vuelve Warnes le comenta a Belgrano: el verdadero nombre es Mba'e pero los paraguayos ya le han empezado a llamar “Cerro de los Porteños, ¡Por nosotros! Deduzco. Y así quedó para siempre esta denominación que llena de orgullo desde siempre al pueblo guaraní. 
  
Batalla de Paraguarí
El 15 de enero de 1811, patrullas adelantadas de Belgrano hicieron contacto con una partida paraguaya cerca del arroyo Mbaey o Ibáñez. Belgrano subió al cerro Mba'e (que luego se conocería como "Porteño"), distante unos 6.500 metros de Paraguarí: Eché el anteojo y vi en efecto un gran número de gente que estaba formada en varias líneas a la espalda de un arroyo (el mYukyry) que se manifestaba por el bosque en sus orillas. Ya entonces me persuadí que aquel seria el punto de reunión y defensa que habían adoptado los paraguayos y que sería muy perjudicial retirarme pues decaería el espíritu de la gente y todo se perdería; igualmente creía que había allí gente de nuestro bando.
Sin tener otros datos sobre el enemigo, Belgrano pensó en enviar esa misma noche a Machaín con 200 hombres y dos piezas de artillería para "sorprender" a los paraguayos y obligarlos a huir mientras él se quedaba sobre el arroyo Ibáñez con el resto de las fuerzas a "cubrir la retirada". Este ataque no se realizó y mereció a posteriori el siguiente comentario del general José María Paz: "¡Rara operación! ¡Pobre mayor general Machain!".  Luego de fijar su cuartel en el cerro Mba'e, durante tres días, del 16 al 18 de enero, ambas fuerzas solo tuvieron contactos con patrullas de sondeo. Belgrano aprovechó la pausa para enviar proclamas y gacetas al enemigo.
Belgrano intentó aprovechar este tiempo para propiciarse la voluntad de los "nobles, fieles y leales paraguayos", haciéndoles repartir en la noche del 17 una proclama, preñada de dulces palabras y de lisonjeras promesas. "Vengo, decía, de representante de la excelentísima Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata, que a nombre de su Majestad, el señor don Fernando VII, rige dichas Provincias, y de general en jefe del ejército que a la vista de vuestros clamores ha dispuesto enviar para libertaros de la opresión".
Sin duda el poder de persuasión que Belgrano tuvo en sus charlas con personalidades civiles y militares del Paraguay, ese cultivo vio su resultado más pronto que tarde: “Llega el Día de la Independencia del Paraguay el14 de mayo de 1811, un día cargado de esperanza, de deseos, de libertad, de anhelos de patria libre. Fue una noche plena de valor, de resolución fuerte y segura de hombres generosos, valientes, decididos a regir los destinos de la patria.

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