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“Soy músico por Tarragó Ros, él me dio todas las oportunidades”

Por El Litoral

Domingo, 06 de octubre de 2013 a las 01:00
De visita por Corrientes anduvo el músico Miguel Salazar Fernández y con la intención de promocionar su último disco, “Los Reyes del Chamamé. 50 años”, se presentó en la Redacción de este diario. De impecable traje y con poncho colorado, llegó además con una interesante historia para contar, ya que Salazar Fernández integró durante 17 años el conjunto de Tarragó Ros, tocando la guitarra, el contrabajo y cantando a dúo con Gregorio De la Vega, a quien tuvimos el gusto de aplaudir en la Fiesta Nacional del Chamamé 2012, junto a Antonio Tarragó Ros.
Miguel, oriundo de Rosario, Santa Fe, comenzó integrando el conjunto de Emilio Chamorro, ya en la última etapa del consagrado artista. Grabó con Abelardo Di Motta y con Las Hermanas Caballero, con Ramonita Galarza y cuando supo que Tarragó Ros necesitaba un guitarrista, se presentó ofreciendo sus servicios. “Aunque me puede ser de utilidad con el contrabajo”, le sugirió Tarragó. “Usted es un muchacho inteligente y va a aprender enseguida. Hay que comprar el instrumento”, invitó.
“En ese tiempo había muchos modelos, él eligió sin medir gastos y me lo entregó casi como un regalo. Nunca me reclamó el pago, la música estaba por sobre esas cuestiones que desde su generosidad, se volvían mínimas”.
Salazar Fernández menciona las distinciones que lo enorgullecen a sus 79 años: medalla de plata en Sadaic, socio activo en Adicapif, músico honorario en el Sindicato de Música de Rosario, entre otras.
Además de ejecutar con ductilidad la guitarra y el contrabajo, es autor de composiciones como “Del campo en llamas”, “Tierra de la yerba”. “Casi todos los conjuntos grabaron mis temas y gracias a eso sobreviví”, dice.
El ambiente chamamecero que frecuentó codeándose con nombres más que cercanos a nuestra cultura, señala en una lista de admirables, por lo que fueron, por lo que hicieron, por lo que nos dejaron y por lo que habrá de suceder siempre a partir de ellos, a Tránsito Cocomarola. “No teníamos una amistad fluida, pero nos encontramos varias veces en Buenos Aires”.
“Tuve el honor de que me cebara unos mates”, agrega cuando salta el nombre de Ernesto Montiel. “Con Isaco (Abitbol) la cosa fue distinta. Lo conocí fluidamente, un día me puse de periodista y le hice un reportaje, le pregunté cómo eran los primeros bailes, era un hombre muy callado, pero le gustaba la conversación. Muy generoso y desprendido, tal lo recuerdo en un baile de campo, estábamos en Carlos Pellegrini y a la intemperie el frío de la madrugada se hacía sentir. Sobre los hombros Isaco tenía un poncho que le había regalado Tarragó, pero ahí nomás se lo sacó para abrigar a una señora que estaba con un niño en brazos”.
“A mí, Damasio Esquivel me tomó de prueba y tuve que rendir examen, hoy la muchachada no quiere ni ensayar, quieren ser autores ‘pellizcando’ los chamamés de otros. La fama la tienen bien puesta en sus objetivos, pero saltan lindo los pasos esos que van asegurando esto que le estoy contando, que es nuestra historia”.
En el disco compacto que Miguel Salazar Fernández obsequia a El Litoral Cultura, hay temas clásicos del repertorio chamamecero como “La guampada” y “El desparramo”, que canta Coco Díaz. 
“El público reconoce mi trabajo, mis conocidos me piden que escriba un libro y no sé por dónde empezar. Nélida Zenón me dice que empiece por el principio. Son muchos inviernos los que tengo encima”, sonríe.
Cuando Tarragó Ros falleció, Miguel formó el conjunto “Los Reyes del Chamamé”. En 1984 resultaron consagrados en el Festival del Folklore en Cosquín, Córdoba. Aunque aquella primera formación se disolvió, retomó el nombre con otros integrantes y ahora recorre Buenos Aires, Norte de Entre Ríos y Sur de Corrientes. El estilo tarragosero, “que es ese cuando la música se te mete en la sangre con su alegría”, explica Miguel, está presente en lo que el grupo interpreta. 
La charla, pasa por caminos que uno aprende a conocer gracias al relato de hombres como Miguel Salazar Fernández. 
“La presencia de Tarragó Ros en mi vida fue muy importante. El me dio las oportunidades para afianzarme en la música, me dio seguridad”, cuenta este señor que tiene ganas de seguir hablando, porque las vivencias suyas enriquecen nuestro conocimiento, aunque él no lo sepa y sólo le interese hablar y que haya alguien para escucharlo.

Moni Munilla

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