Por Bernardo Stamateas
Colaboración especial
Hipocresía se dice al acto de fingir sentimientos, ideas o cualidades. El término proviene del latín hypocrisis y del griego hypokrisis, que referencian a la acción de desempeñar un papel. Esta denominación proviene del teatro, de la mano de los actores trágicos. Suetonio, en sus obras caracterizaba al hypocrités como el que imita a otro personaje en la comedia, un comediante.
Este rastreo etimológico de la palabra, nos ayuda a pensar en cuando nos ponemos una máscara para representar un papel. Esta máscara se transforma en nuestra forma de movernos, ahí es en donde vamos a encontrarnos con un gran problema, porque se actúa quien no se es.
Algunos de los tipos de hipócritas que podemos encontrar son el adinerado, el que destaca su moralidad, el buen papá o mamá, entre otros.
Básicamente tenemos que hablar de dos tipos de hipocresía:
• El que simula: necesita mostrar algo que no tiene, es decir que se pone una máscara para demostrar e impactar a la otra persona para que lo admire, etc.
• El que disimula: lo que hace es tapar algo que no quiere que la otra persona vea.
Cuando se usan las máscaras para simular lo que no se es, le causa risa a la otra persona, pero al que la tiene le comienza a traer angustia y necesita más máscaras para tapar esa.
Las dos caras
Dentro del hipócrita conviven dos “Yo”:
• El Yo verdadero: es cuando nadie los ve.
• El Yo social: es el que se construye para tapar al Yo Verdadero.
Cuando la persona tiene dos “Yo”, lo que sucede es que muestra una imagen distinta a su “Yo” verdadero, entonces se necesita gastar energía para mantener una imagen falsa. Cuando hablamos de la hipocresía hablamos del miedo al rechazo, la persona tiene miedo de que vean quien es, porque cree que si ven lo que es o si ven lo que quieren tapar lo van a rechazar.
Detrás del hipócrita hay una persona con miedo al rechazo, y ese miedo es lo que hace que uno simule determinados papeles, o disimule determinadas cosas que si salen a la luz.
Hay un protocolo social y un convencionalismo de cortesía que se aceptan, ahora, cuando hay una intención deliberada de engaño, ahí estamos hablando de ser hipócrita.
Un psicólogo que descubrió lo que es la disonancia cognitiva, es cuando una persona tiene dos ideas en la cabeza contradictorias entre sí entra en conflicto, cuando hay una contradicción entre lo que pienso y lo que hago, y esa contradicción trae angustia, entonces la persona recurre a racionalizar esa contradicción interna.
Las personas hipócritas tienen mucho miedo al rechazo y se juntan con personas semejantes a ellos, y simulan el juego de la aceptación. Tenemos que perderle el miedo al rechazo y amigarnos con los errores, de esta manera vamos a dejar de taparlos.
Po eso tenemos que mostrarnos como somos, “todos venimos fallados de fábrica”, y no tenemos que idealizar a nadie, cuando una persona quiere llamar la atención es porque, probablemente, hay algo en ella que no está funcionando bien.