Con 100 años fue a sufragar: cuando el espíritu democrático puede más que todo

Gustavo Lescano

Ejercer un derecho, participar, elegir, desempeñar el rol ciudadano. Muchos cumplieron ayer con estas premisas que van más allá de un resultado: votar es siempre una posibilidad histórica para reafirmar la democracia en el país. Pero más valioso es cuando el espíritu democrático puede más que ningún otro condicionamiento: la libertad de elegir se ejerce, sin importar la edad ni la obligación de hacerlo.

Predispuesto, a media mañana el escribano Carlos María Botello, a casi dos meses de cumplir 101 años, esperó a uno de sus hijos para ir a sufragar a la escuela Normal. Ya lo había hecho en las anteriores elecciones Paso, pero esta vez estaba un poco más ansioso. Al subir al auto las cosas se apaciguaron un poco y el camino a las urnas fue de expectativas, muchas expectativas. Así, llegaron al colegio céntrico y contactaron a las autoridades de su mesa, quienes como habitualmente hacen en su caso, por ciertas limitaciones físicas que afronta para ingresar al edificio, le llevaron la urna hasta el vehículo.

La espera generó más expectativas, hasta que llegó el momento de definir el voto y cargarlo en la caja. Una leve sonrisa se le dibujó en el rostro: había cumplido con su deber ciudadano. Una frase que puede sonar trillada, pero que muy pocos realmente la cumplen, como Carlos María, quien, pese a que por la edad no está obligado a hacerlo, lo hizo.

Carlos María Botello es un reconocido escribano del medio y en noviembre del año pasado fue declarado Ciudadano Ilustre por el Concejo Deliberante capitalino, ocasión en la que se destacó sus 70 años de profesión, con una extensa y notable trayectoria en el ámbito notarial, y también se resaltó su servicio a la comunidad.

El escribano Carlos María Botello nació el 4 de enero de 1919 en Mercedes, y formó una familia junto con su esposa Emma Guillermina Ward, con quien tuvo cuatro hijos: Carlos Manuel, Guillermo José, Manuel Roberto y José María.

Como escribano desempeñó una vasta carrera. En 1948 participó del Primer Congreso Internacional del Notariado Latino llevado a cabo en la ciudad de Buenos Aires. Y en lo local, presidió el Colegio de Escribanos de la Provincia de Corrientes en los períodos 1974-1976, 1976-1978, 1982-1984, 1984-1986, 1990-1992, y 1992-1994. Actualmente es presidente honorario de la entidad y director de la Revista Notarial.

Durante su presidencia en 1994 la institución adquirió su actual sede de calle 9 de Julio. Botello también fue gestor de la creación del Museo Notarial y de Investigaciones Científicas del Colegio de Escribanos y de la delegación de la Universidad Notarial Argentina.

En el ámbito social también presidió y fue partícipe integrante de diversas entidades del medio.

Con esa trayectoria y a sus 100 años, Carlos María Botello fue ayer a cumplir con su deber ciudadano, con un espíritu democrático que pudo más que todo.