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/Ellitoral.com.ar/ Opinión

El caso del Ovni de Santa Catalina

En los años 70, 80 y parte de los 90, Corrientes fue escenario de numerosos casos de Ovnis, desde avistajes, descensos y contactos. Uno de los primeros casos fue el de Santa Catalina, un extraño objeto luminoso observado por toda una familia, en una noche de 1978, con una investigación exclusiva para El Litoral.
Testimonios. Ignacio, el padre y la hermana, testigos del avistaje.

Por Francisco Villagrán

villagranmail@gmail.com

Especial para El Litoral

La fría noche del 22 de agosto de 1978 no sería una más en la vida de la familia Miño, que fue la protagonista del increíble avistaje de un Objeto Volador No Identificado (Ovni), en las cercanías de Santa Catalina, que en esa época estaba al final del recorrido del colectivo de la Línea 6, lejos de lo que era la ciudad en esos momentos. Y en ese lugar estaba el destacamento militar, donde se asentaba las Compañía de Comando y Servicio, la Compañía Sanidad 7 y la Compañía Arsenales 7,  allí el ómnibus daba la vuelta y volvía a la ciudad. Había muy pocas casas en esa zona y las calles eran de arena, costaba andar sobre ellas, sobre todo en bicicleta, había que esforzarse para pedalear, la ciudad recién comenzaba a expandirse y lejos estaba de lo que es actualmente Santa Catalina.

El frío viento sur que soplaba sobre la región esa noche y, sin ser muy fuerte, invitaba a quedarse dentro de las casas, abrigados, tomando algo caliente. Ignacio Esteban Miño, testigo principal del sorprendente hecho, en esa época tenía 29 años y regresaba de trabajar en la ciudad, donde se desempeñaba como instructor de artes marciales, serían más o menos las 22. Cuando se disponía a entrar a su casa observó con sorpresa un extraño objeto luminoso, de un color blanco intenso que se iba desplazando lentamente en el cielo, a unos 200 metros de distancia, y sobre el río, ya que se encontraba cerca de la vivienda. El aparato tendría unos 6 o 7 metros de diámetro según sus cálculos y no emitía ningún ruido, se desplazaba en silencio lentamente, lo que permitió que el avistaje se prolongara durante unos 15 minutos.

Sorprendido y absorto por lo que estaba viendo, entró a su casa y le dijo a su familia: “Salgan rápido, vengan a ver esto, es increíble”, salieron su padre y su hermana, que aún estaban levantados, luego, con el bochinche que hacían al hablar, salieron también la madre y una tía, y todos se quedaron callados, observando el extraño objeto. Tenía una luz de color blanco intenso, que por momentos se ponía más fuerte y luego disminuía. Durante el tiempo que duró la visión, no se escuchó ningún ruido, y los animales que había cerca (perros) permanecieron en silencio.

Relato del hecho

Consultado Ignacio Miño sobre esta extraña experiencia nos comentó: “Nunca me había pasado algo así, no vi nada semejante, esta vez pude ver bien este objeto, estaba bastante cerca, le calculo unos 100 metros, en ningún momento tuve miedo. El aparato tenía una forma ovalada y era muy luminoso como ya comenté, no iba muy rápido y daba la impresión como que estaba inspeccionando, mirando algo.

¿Si leí antes del tema Ovni? No, muy poco, sólo sabía de su existencia por comentarios de amigos, lo que sí, creo que existen, que hay vida en otros lugares. A partir de esto que me pasó, voy a comenzar a leer un poco del tema, me interesa averiguar qué hay al respecto. Tuve la suerte de que no estaba solo cuando vi esto, sino nadie me iba a creer, salieron a ver mi papá, mi hermana, mi mamá y una tía. Fuimos cinco. Todos lo vimos perfectamente y nos quedamos muy asombrados por lo que vimos. Por  lo que escuché, no hubo ningún vecino que viera lo mismo que nosotros, nadie estaba afuera, ya que hacía bastante frío y corría un viento fresco, la noche no estaba como para estar afuera. De cualquier manera, no me voy a olvidar de esta experiencia. Fue increíble”.

Cabe señalar que la semana posterior a la observación de la familia Miño, un grupo de pescadores que había acampado unos 500 metros más allá, sobre el Paraná, siempre en la zona, pudo ver y describir un objeto luminoso de similares características, desplazándose sobre el río a baja altura.

Detalles

Este fue uno de los casos de la década del 70, luego de que ocurriera el caso Cambá Punta, en 1960, el caso Torrent, en 1965, como los más importantes y luego vendrían muchos más en las décadas del 80 y 90. Quizás el caso más importante fue el caso del Catamarán, ocurrido en 1978, cuando un grupo de artistas, músicos y chamameceros, reunidos en el catamarán ya casi sobre el fin de año, fueron testigos del paso de una flotilla de Ovnis sobre el río Paraná.

El caso Santa Catalina es importante por como se dio el hecho, en una noche fría, con el cielo limpio y despejado de nubes, de manera que pudo ser observado perfectamente, sin ningún impedimento. Además, hubo un grupo de testigos, cinco, que si bien no eran muchos, tuvieron la lucidez de ver todos lo mismo y detallarlo.

Como se estila en estos casos, los testimonios fueron tomados por separado, a cada uno de los integrantes de la familia y todos coincidieron en relatar lo mismo. Habían sido testigos de un hecho anómalo que comenzaba a ser considerado en todo el mundo como el avistaje de un aparato extraterrestre, muy luminoso, y que evidentemente tenía movimientos inteligentes, al desplazarse lentamente y luego cambiar de velocidad para desaparecer a gran velocidad en la oscuridad de la noche. En la actualidad ya es común poder ver un caso similar, con la ventaja que nos da la tecnología actual, de poder fotografiar y filmar las apariciones de estos objetos, como un rotundo testimonio de su existencia.

También fue el comienzo de una serie de observaciones, descensos y contactos, que se iniciaron en la zona Nordeste, especialmente en la provincia de Corrientes, que en las dos décadas siguientes tuvo muchos casos.

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