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/Ellitoral.com.ar/ Sociedad

Un correntino compró un castillo en Francia y contó su historia

Se trata de Oscar Rinaldi, quien junto con su pareja adquirieron un castillo del 1500. Allí viven con sus tres hijos.

El correntino Oscar Rinaldi y su pareja, Jeff, compraron un castillo del Siglo XVI y viven allí junto con sus tres hijos en lo que fue una apuesta personal. Se trató de una apuesta personal y profesional que se desarrolló en plena pandemia.

Esta historia fue publicada porel diario Perfily firmada por elperiodista Ernesto Ise. Oscar contó sus vivencias.

Oscar Rinaldi tiene 40 años, es correntino, nació en la ciudad de Goya en una familia chica, de clase media. Con su pareja Jeff, compraron como vivienda Belebat, un castillo construido en 1550 en la zona del valle del Loire.

“No quería un castillo, ni tenía la idea de vivir en Francia pero en Chateau de Belebat me cayeron todas las fichas”, cuenta a PERFIL. “Más allá de lo banal, este proyecto opera en nosotros como un legado para nuestros hijos. Sin ser cursi, siempre quise crear algo que mis hijos hereden y se sientan orgullosos por eso”.

En esa zona llamada el “jardín de Francia”, los castillos son casi tan comunes como sus viñedos. “El Loire es ‘châteaux-land’ o un ‘châteaux country’,” ironiza Oscar Rinaldi. “Acá hay muchos castillos, de hecho alrededor nuestro hay cinco; el mío es el más lindo (risas), bueno, el segundo más lindo”.

Y acto seguido aclara con humor para poner en contexto “su vida” en Belebat: “El castillo estaba a la venta porque sufrió un incendio que destruyó sus interiores y no tiene -por ahora- electricidad, calefacción, gas, ni pozo séptico. Jeff, yo y nuestros tres hijos-Roman, Leighton y James-, vivimos en una de las casas que antes tenían otro uso.”

“En su origen, en 1550, Belebat era muy grande y autosuficiente,”, detalla este correntino con castillo propio en Francia. “Además de la casa donde estamos viviendo y estaban el resto de las’ dependencias’: la casa del casero, la de donde vivían los que cuidaban los animales, una panadería, una lavandería, un par de talleres, los establos, los corrales para vacas, cerdos, incluso una perrera porque acá se hacía caza, un palomar-que en su época era símbolo de estatus-, una capilla, una cava, y hasta un pabellón que hicieron los alemanes cuando lo ocuparon en la segunda guerra mundial.”

De Londres a chateaux-country

Oscar y Jeff vivían en Londres y en 2015 buscando una propiedad en Francia, se toparon con Belebat, pero el precio era imposible. Azar o destino, al tiempo Oscar vio que lo publicaban tres compañías y con precios disímiles. Luego de idas y vueltas, lo compraron y el proyecto mutó: dejaron Inglaterra y se instalaron en Belevat a vivir. “Me acordé de (Alejandro) Dolina cuando dice que uno no se busca en todo el mundo pero se reencuentra en el patio de su casa o en el lugar que lo recrea. Y así fue”, relata este correntino de clase media que tras estudios inconclusos en Buenos Aires se fue por amor a Estados Unidos, lueg a Londres, y ahora Francia.

Así, a fines de 2018 se dio el inicio de “las tres vidas” que, según Jeff, son lo que necesitarán para completar el proyecto de refacción del castillo que incluso, tiene un espacio se usaba como escala para los peregrinos que hacen el Camino de Santiago. En el mientras tanto, reacondicionaron áreas como alojamiento boutique. Y segunda ola de coronavirus mediante, esperan seguir con eso.

“El 2020 lo teníamos todo ocupado pero el 13 de marzo nos cancelaron todas las reserva por el COVID19”, dice Oscar. “En julio, pudimos recupera un poco de la temporada en parte gracias Mirella”. Se refiere a una joven que tiene un canal de YouTube- Mirella, una mexicana en París- que hizo un video en Belebat y potenció la llegada de huéspedes.

El lado B del COVID19…en Francia

Si bien la pandemia afectó el “business plan” 2020, Oscar es tajante en cuanto a lo personal: “Fue lo mejor que le pasó a mi familia; es la primera vez que estuvimos los cinco solos. Sin amigos, algunos huéspedes y sin gente en la obra. Fueron dos meses gloriosos; al núcleo familiar la cuarentena le vino bárbara”. Y si bien no es una gran ciudad donde viven, dice que le sorprendió el respeto de la gente. “Acá todos usan barbijo, respetan la distancia, y lo que más me asombró es que en los mercados ponen un cartel que dice ‘Tome lo que necesite’, es decir, no acopie”.

 

 

Fuente:Perfil.com

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