Las cardiopatías congénitas ocurren cuando desde las primeras semanas de vida intrauterina, el corazón sufre un desarrollo anormal. Un grupo de los bebés que las padecen mueren por esta causa, otros necesitan ser sometidos a muy temprana edad a una cirugía y luego a un tratamiento; muchos sobreviven y llegan sin problemas a la vida adulta.
Todos los años unos 7 mil bebés nacerán con un tipo de cardiopatía congénita en nuestro país, una malformación en el corazón que, si requiere cirugía cardiovascular y es diagnosticada a tiempo durante el embarazo o primeros meses de vida, puede corregirse en el 95% de los casos. El diagnóstico temprano es fundamental: a partir de la semana 20 de gestación puede detectarse la anomalía en el feto en la ecografía de rutina, lo que eleva su posibilidad de un tratamiento adecuado y mejor sobrevida.
La cardiopatía congénita es la malformación más frecuente en recién nacidos, la segunda causa de muerte en el período neonatal y responsable de más del 10% de la mortalidad infantil. "El primer paso para detectar una cardiopatía lo da el obstetra en los controles periódicos durante el embarazo", afirmó la Directora Médica del Hospital Garrahan y ex-Coordinadora del Programa Nacional de Cardiopatías Congénitas (2010-2017), Alejandra Villa, y reafirmó: "se pueden detectar a partir de las 20 semanas de gestación".
La detección temprana consiste, sobre todo, en realizar un ecocardiograma fetal a los grupos de riesgo, es decir a las personas que tienen mayores probabilidades de tener un niño con una cardiopatía congénita. El obstetra o ecografista obstétrico debe estar preparado para ver el corazón y poder detectar algo que le llame la atención para derivarlo al especialista en ecocardiografía fetal donde se confirmará o descartará la cardiopatía.
Las mujeres a las que debe realizarse este tipo de control durante el embarazo son: madres con cardiopatías congénitas, con hijos anteriores con defectos cardíacos congénitos o madres diabéticas entre otros. Sin embargo, es importante destacar que madres sin antecedentes ni factores de riesgo, también pueden tener un hijo con una malformación congénita: el 1% de los bebés nacidos en el país tiene una cardiopatía.
Los casos en que la cardiopatía se detecta durante la vida fetal tienen un mejor pronóstico a nivel mundial de resultado en la cirugía correctora, menos probabilidades de alteraciones cognitivas y de oxigenación cerebral. Argentina cuenta desde 2010 con el Programa Nacional de Cardiopatías Congénitas. Este programa permitió tener, por primera vez, un registro de cardiopatías: 5,5/1000 de recién nacidos vivos en niños sin cobertura de salud privada.
Más Información: www.garrahan.gov.ar - www.sap.org.ar