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/Ellitoral.com.ar/ Sociedad

Una especialista alertó por falencias en la educación de una unidad penal correntina

La serie de recomendaciones de la licenciada en Educación tiene el propósito de aumentar el rendimiento del aula en el contexto de encierro. También describió los inconvenientes de la enseñanza durante la pandemia de covid-19. 

La licenciada en Educación Liliana Belén Arriola finalizó su carrera con observaciones hacia la modalidad de enseñanza en el servicio penitenciario de Corrientes. Señaló la falta de educación emocional y de recursos en pandemia que caracterizó a la escuela para personas adultas. 

“La educación en contextos de encierro sostiene la misma problemática que la educación para adultos común, es decir, la escasez de recursos materiales y herramientas adaptadas a las singularidades y necesidades que conllevan estos entornos. En este sentido, resultan interesantes algunas expresiones de docentes respecto a las dificultades de sostener la educación en situaciones como la pandemia de covid-19, donde estuvieron mucho tiempo sin comunicación con los estudiantes”, advirtió Arriola.

Ella culminó su Licenciatura en Educación con un análisis de la modalidad de enseñanza en la Dirección Permanente de Jóvenes y Adultos (Depja), que funciona dentro de la Unidad Penitenciaria Nº 1, ubicada en la Cuidad de Corrientes, que aloja a condenados de sexo masculino, dependientes del Servicio Penitenciario Provincial. Mediante observaciones no participantes a las clases de nivel secundario, entrevistas semiestructuradas a directivos y responsables del área de educación del establecimiento y a internos que tuvieran o no acceso a alguna oferta educativa, Arriola obtuvo datos para comprender el fenómeno educativo de la población en contextos de encierro.

Con respecto a los estudiantes, señaló que tienen “dificultades emocionales, sociales, en algunos casos cognitivas, peripecias previas a su situación privativa de la libertad”. 

Entendió entonces a la escuela desde una perspectiva contenedora, y aclaró que no se observa una explícita intencionalidad de los docentes en producir esto. Arriola enfatizó la falta de educación emocional aplicada para docentes y estudiantes como una problemática a atender para mejorar el rendimiento en el aula. Su importancia en la educación emocional radica en la promoción de la autoestima y la reducción de la vulnerabilidad ante situaciones extremas de los estudiantes, como herramientas educativas que mejoran sus posicionamientos sociales y personales. 

La investigación fue publicada por la Universidad Siglo XXI.

Sistema coherente

La licenciada Arriola aclaró que las necesidades y limitaciones que se marcan en los docentes son factores reconocidos por los actores intervinientes. Allí se articulan dos sistemas: el servicio penitenciario y el servicio educativo. 

“Ambos con sus propias organizaciones y diversas normativas, ocasionando así tensiones, puestas en palabras y actos por los participantes educativos; estas situaciones dejan en evidencia la falta de coordinación, por encima de las instituciones intervinientes, para evitar las confrontaciones entre las lógicas penitenciarias y educativas respectivamente”, manifestó Arriola. 

Reclamó en su informe “una sistematización coherente, para superar la dicotomía entre las dos lógicas institucionales enfrentadas, la carcelaria bajo la premisa del ‘castigo’ y la educativa sosteniendo la ‘libertad’”.

El objetivo de esta investigación fue reconocer la modalidad pedagógica que se establece en el contexto de la educación a las personas privadas de la libertad en Corrientes. Arriola se refirió al compromiso pedagógico por parte de la Depja, a través de las diferentes líneas de acción desarrolladas para el cumplimiento de la obligatoriedad y permanencia de jóvenes y adultos, dentro del sistema educativo, “que permite saldar deudas en los sectores sociales que se encuentran excluidos”.

La oferta educativa que atiende a la inclusión y particularidad del entorno a la Unidad Penal Nº 1 es el Plan FinEs (terminalidad secundaria), donde se dan formatos acordes a las condiciones de los estudiantes. 

“Sin embargo, en la observación de clase no se logró apreciar la multidisciplinariedad que diferentes docentes plantearon acerca de la estructura modular; se pudo observar estrategias como el uso del diálogo pedagógico, llevado a situaciones cercanas, debates frente a un tema específico, lectura crítica de artículos periodísticos locales, construcción colaborativa de ideas referentes al tema abordado, resolución de guías de actividades, consultas e investigación en diferentes fuentes bibliográficas al alcance de los estudiantes, entre otras”, detalló Arriola.

Observaciones

La licenciada observó una clase de secundaria en un aula pequeña. 

La sede atiende a 120 alumnos, distribuidos en cada uno de seis módulos. Las clases se dictan en la biblioteca del penal, que solo es de acceso a los internos que están cursando algún tipo de estudio o capacitación. 

Para trabajar con los alumnos tienen habilitado el ingreso 7 docentes de las diferentes áreas, un secretario a cargo de la sede (administrador). 

Como resultado de la pandemia de covid-19 continúan trabajando con algunas actividades virtuales del sitio web del Ministerio de Educación de Corrientes, pero las adaptan de acuerdo a la situación problemática y a la necesidad que requiere el estudiante.

Se dividen por módulos, donde los docentes realizan una propuesta pedagógica basada en las situaciones problemáticas. Los módulos se dividen en seis, con una carga horaria específica en cada uno. Los estudiantes, una vez que adquieren las capacidades específicas esperables, son promovidos al siguiente módulo.

Posibilidades

La Provincia de Corrientes cuenta con una resolución de homologación de trayectorias escolares donde se prioriza la continuidad pedagógica, validando cada uno de los planes de estudio anteriores, adecuándolos a la estructura modular prevista en los actuales lineamientos de la Depja. “Yo hice hasta tercer año de la secundaria, después caí en problemas de adicciones y ya no pude seguir; acá empecé este año a estudiar en módulo 5, estamos estudiando mucha economía, me cuesta, pero me gusta mucho”, manifestó un estudiante entrevistado. 

Los estudiantes de la Unidad Penitenciaria Nº 1, además de la educación secundaria propuesta desde el Plan FinEs, considerada como Arriola como la mejor opción, cuentan con talleres de ajedrez, huerta y lectoescritura. 

“En la huerta hago mucho de lo que aprendo en las clases, si tenemos buena conducta podemos hacer eso y nos ayuda también para hacer algo más”, dijo un estudiante.

Alcance

Arriola partió de la línea temática “Ecosistemas educativos: inclusión” y abordó el problema de investigación en referencia a la educación en contextos de encierro, establecido como modalidad desde la sanción de la Ley Nacional de Educación 26.206, donde el Estado garantiza a todos los jóvenes el acceso a la escuela y su permanencia durante 13 años.

Esta modalidad dentro del sistema educativo fue su punto de partida para reflexionar sobre los distintos escenarios, en el marco de las actuales políticas educativas existentes en los penales de la Provincia de Corrientes, a fin de comprender cómo es considerado el rol de la educación para las personas privadas de su libertad y el alcance que tiene.

“Hablar de diversidad en las situaciones en que se encuentran las personas privadas de su libertad responde también a un obstáculo o un impulso del trabajo docente, partiendo de las edades, niveles cognitivos, motivación a aprender; siendo en primera medida la reducción de la condena y los beneficios el estímulo para la presencia de jóvenes y adultos dentro de las escuelas.

 Por lo tanto, es el docente el que constituye estrategias para transformar los beneficios en el deseo de aprender”, reflexionó Arriola.

(IB)

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