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¿Por qué se salieron las ruedas de la minivan que llevaba al Chivo Rossi?

El episodio que dejó a pie a un ministro de la Nación y a un grupo de periodistas no pasó a mayores, pero invita a la reflexión sobre las técnicas de prevención para evitar situaciones evitables que pueden poner en riesgo la vida de los ocupantes de un vehículo en tal emergencia. Para los que fantasearon con un sabotaje, van aquí argumentos en contra de las miradas conspiranoicas.
 

Sabado, 18 de noviembre de 2023 a las 07:13

n Los bulones y tuercas encargados de sujetar las ruedas de un vehículo se pueden aflojar. Son piezas metálicas que necesitan un ajuste específico para mantenerse en su lugar frente a la exigencia que implica circular a distintas velocidades, soportar el peso de la carrocería, contradecir la inercia de las frenadas y aguantar el cimbronazo ante algún bache.
Es lo que pudo haber sucedido con el minibús Mercede Benz Sprinter que el pasado martes 14 de noviembre transportaba al jefe de Gabinete de la Nación, Agustín “Chivo” Rossi, a la ciudad de San Luis del Palmar. Durante el trayecto, y mientras era entrevistado por el periodista Orlando Giménez (diario Época), el vehículo comenzó a dibujar una trayectoria inesperadamente caprichosa mientras el propio Rossi interrumpía sus declaraciones con un “¡Ay ay!”.
La cosa no pasó a mayores, pero cuando descendieron los funcionarios, legisladores y periodistas que viajaban en el utilitario notaron que el eje trasero había perdido las ruedas duales de su flanco izquierdo. El hecho de que el conductor transitara la ruta provincial 5 a baja velocidad (entre 60 y 70 kilómetros por hora según los testigos consultados), evitó un posible vuelco, dado que un desperfecto como el ocurrido puede ocasionar ese tipo de consecuencias.
No tardaron en trascender las elucubraciones conspirativas. En plena campaña electoral y luego de que Rossi fuera severamente criticado por un militar retirado en las redes sociales, no faltó quien especulase con la hipótesis de un sabotaje contra quien además fue hasta hace algunos años ministro de Defensa de la Nación. Pero las teorías de ese tenor se desmoronan cuando se analizan los elementos de prueba y con ese fin presentamos este informe.


Por empezar, ni el propio Rossi le dio importancia al incidente, pero vamos a los puntos de análisis: los vehículos dedicados al transporte ejecutivo generalmente están a cargo de choferes que se ocupan del mantenimiento con la ayuda de servicios tercerizados. Acuden a talleres mecánicos, a lavaderos y a gomerías que se encargan (por ejemplo) de cambiar las ruedas cuando resulta necesario.
El minibús Mercedes Benz Sprinter es un modelo sumamente confiable, pero ello no implica que pierda estabilidad como resultado de un descuido. Por ejemplo, la negligencia de algún operario que ajuste de menos las tuercas de ruedas. Si bien es cierto que no sucede a menudo, cuando en ese tipo de procedimientos se utilizan pistolas atornilladoras neumáticas, el desgaste de la herramienta puede implicar que las tuercas reciban menos torque. Es decir que no queden tan apretadas como deberían.
Estas situaciones pueden complicarse cuando las ruedas que no fueron bien apretadas (mediante el indispensable chequeo manual con llave de cruz) son duales, es decir gemelas y de giro solidario, colocadas una pegada a la otra, como es el caso de los camiones de carga y muchos ómnibus. Esa configuración está presente también en el tren posterior de la Sprinter en la que viajaba Rossi con su comitiva.
¿Por qué puede complicarse un descuido de estas características? Por un detalle que no puede soslayarse en los tiempos económicos que corren: si por esas cosas de la vida la empresa que prestó el servicio colocó cubiertas gastadas o recapadas en la cara interna de la masa (donde no se ve con claridad el estado en que se encuentran) y utilizó neumáticos nuevos solamente en la cara externa del conjunto (a la vista de pasajeros y transeúntes), puede darse el percance de que el caucho viejo colapse por una piedra o un clavo, se desbalancee en pleno viaje y provoque que las tuercas se salgan hasta que ambas ruedas terminen siendo despedidas de su alojamiento en pleno trayecto.
Un tópico no menor es el hecho de que la minivan circulaba por ruta 5, que se encuentra en plena remodelación y siendo reasfaltada con materiales nuevos. Entre esos componentes recientemente incorporados a la calzada, aparece la piedra que forma parte de la mezcla alfáltica, con lo cual se observa que en zona de obras existe grava suelta. Cualquiera de esas piedras afiladas pudo haber afectado la integridad de un neumático fatigado.


En definitiva, hay un 99 por ciento de probabilidades de que lo ocurrido con la camioneta que transportaba al funcionario nacional y a varios trabajadores de prensa fue un accidente fruto de la premura (posiblemente negligente) de alguien que previamente acondicionó el vehículo. No se puede afirmar que haya sido tal cual se analiza en esta columna, pero sí se puede emitir un mensaje de tranquilidad a fin de contrarrestar las ideas del boicot.
Al mismo tiempo y como conclusión, de esta contingencia surge una recomendación muy saludable a la hora de la prevención: siempre que vayan a una gomería para cambiar neumáticos, es conveniente observar con atención si el operario a cargo ajusta con la fuerza apropiada los bulones ya no con el vehículo elevado por el cricket, sino cuando ya se encuentra con la cuatro ruedas correctamente apoyadas en el suelo. Se evitará así el riesgo de un despiste en plena ruta, con todas las derivaciones negativas que puedan desencadenarse.

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