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La historia de una correntina que enseña en la ciudad más bombardeada por la guerra

La maestra dicta clases en una escuela bombardeada con hasta 3 misiles a 15 kilómetros de la frontera con Gaza. Las sirenas suenan en todo el momento y llegar a la institución es todo un desafío.
 

Por El Litoral

Domingo, 10 de diciembre de 2023 a las 01:24

Por Verónica Tosutti

[email protected]

n La ciudad de Ashkelon, ubicada sobre la costa mediterránea en la zona sur de Israel (a 15 kilómetros de Gaza), fue uno de los sectores más bombardeados por la guerra iniciada el 7 de octubre de este año por el grupo terrorista Hamás. En una escuela de esa urbe enseña una maestra correntina, Olga Mañis, que desde hace dos meses enfrenta el desafío de seguir distintos trayectos para llegar a la institución educativa debido a que el camino directo es una zona militar.
Desde hace 6 años, la correntina es educadora y encargada de todos los aspectos de una clase científica/tecnológica para 39 estudiantes. Además enseña Francés en todos los niveles desde séptimo hasta el último, incluyendo los exámenes finales (bagruiot) exigidos por el Ministerio de Educación israelí, que determinan la orientación del estudiante.
Esta institución (por cuestiones de seguridad no se menciona el nombre) fue bombardeada sin límite.
“Al principio de la guerra la institución donde trabajo fue bombardeada de forma indiscriminada. Gracias a Dios y las medidas tomadas pertinentemente, estamos hablando de daños materiales y muchos, por lo cual no podemos en este momento centralizar toda la enseñanza en forma normal y presencial. Cayeron hasta 3 misiles, el hecho nos afectó muchísimo, pero por suerte fue un día sábado, distinto hubiera sido si hubiera sido un día hábil”, dijo la maestra a El Litoral.
Con la irrupción de la guerra y ante el temor de nuevos ataques cambió la modalidad en la que se enseña. Algunas clases se realizan en forma virtual (Zoom, Google meet) impartiendo en principio clases emocionales para verificar el daño ocasionado en alumnos (ya sea físico o psicológico). Debido a que familias enteras se trasladaron en forma momentánea de la ciudad en busca de un poco de tranquilidad para el bienestar de sus hijos, donde padres, hermanos y vínculos cercanos están en el ejército al servicio del país, dónde algunos perdieron la vida.
“Me ha ocurrido estar dando clases y en un momento dado mis alumnos me avisan, nos vamos a la pieza de refugio, porque está sonando la sirena en Ashkelon (o viceversa) yo vivo en Beer Sheva, luego del tiempo prudente volvemos a encontrarnos en las pantallas.
Agregando también que un número importante de profesores se encuentran en el frente del combate o fueron desplazados de sus casas por considerar que están en peligro o zonas de conflicto lo que los cambios son inevitables”, señaló Olga Mañis a El Litoral.
Los días que debe asistir de manera presencial, la educadora tiene hasta una hora para viajar desde Beer Sheva (ciudad en la que reside junto con su familia) hasta Ashkelon y viceversa.
En ese trayecto debe tomar caminos alternativos y ya que la vía oficial desde hace dos meses es considerada zona militar, por lo que no se puede circular libremente.
Actualmente, los alumnos de los tres últimos años asisten dos veces por semana a la escuela y los otros días en forma virtual, se trata de darles oportunidad de poder encontrarse con sus compañeros y tratar en lo posible de darles una rutina a la sombra de la guerra. En todas las otras clases se enseña de forma virtual, además de las reuniones de padres, interdisciplinarias, de departamento y cursos de formación.
“La incertidumbre son los sentimientos albergados por muchos desde el triste 7 de octubre, en el sur las clases están suspendidas, los alumnos de las zonas del conflicto fueron trasladados junto a sus familias a otros lugares donde se instalaron escuelas o se los derivó a instituciones de la zona, siempre con el apoyo y asistencia psicológica”, expresó la educadora.
La escuela cree en el dicho del rabino Shlomo Karlibach: Todo estudiante necesita un adulto que crea en él. Es por esto que el equipo educativo trabaja intensamente por los procesos de inclusión. Abriendo las puertas a nuevos inmigrantes que llegan al país, con enseñanza del hebreo y de nivelación. Los alumnos cuentan con orientación en diversas ramas y una vez por semana en los cursos inferiores se dictan clases de natación y navegación, son de carácter obligatorio teniendo en cuenta la proximidad del mar.
En el marco de la Fiesta de las Luminarias de esta semana, siendo unos de sus principales conceptos desterrar la oscuridad, “quiero agradecer la oportunidad para expresarme y traer la verdad. Parafraseando a Antoine de Saint Exupery, en su obra El Principito, donde expresa que lo esencial es invisible a los ojos,  espero que la verdad, la paz y el amor, conceptos esenciales de nuestras vidas sean alcanzados”, mencionó la educadora correntina.
Relata también que todos los días realiza una plegaria esperando buenas noticias: que todos los soldados regresen a casa sanos y salvos, que todos los secuestrados puedan regresar a sus casas. Para que la luz de la festividad ilumine su camino, el de todo el pueblo de Israel y del mundo entero.
(VT)

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